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Chambao funde su etiqueta 'flamenco chill' con otros ritmos

El dúo reduce el toque electrónico en el nuevo disco 'Pokito a poko'

Javier Martín-Arroyo

Los creadores de la fusión del flamenco con las bases electrónicas del chill out, el dúo malagueño Chambao, tienen nuevo disco en la calle. Después de las 87.000 copias que despachó con su anterior trabajo, Endorfinas en la mente, Pokito a Poko respira aires más heterodoxos, flamencos y menos electrónicos. "Igual le da miedo a la compañía que haya menos chill out; a nosotros, desde luego, no. No componemos sólo para vender discos", afirma su cantante, María del Mar Rodríguez, conocida artísticamente como La Mari.

Oír los primeros compases del nuevo disco de Chambao encandila, pero ante todo impresiona. "Es como si hubiera sido bruja. Mis letras parecen un presagio de lo que venía". La Mari, voz solista de moderno quejío, le cantaba inocente a la quimioterapia en el estudio de grabación en marzo y semanas después le extirparon un tumor. Ahora, espera el tratamiento con una sonrisa y aún sorprendida de sus frases proféticas. De momento, el grupo ha suspendido la gira de promoción del disco, puesto que la cantante espera someterse a sesiones de quimioterapia el próximo mes.

Pokito a poko destila optimismo y combina el pellizco de suaves arrebatos de La Mari con el aplomo vanguardista que aportan las bases programadas por ordenador. Sosiego modernista espoleado por la guitarra flamenca.

La Mari es a sus 30 años una mujer temperamental y decidida. "Me encuentro más positiva y fuerte que nunca. Dentro de lo malo, lo mío es un pispás". Además de empresaria de su grupo, cuenta que cada vez curiosea más como intérprete: "Me estoy poniendo al día de las secuencias electrónicas. Ahora incluso quiero llevar el ratón", asegura mientras recupera fuerzas tras la operación en su coqueta casa del barrio malagueño del Pedregalejo.

El grupo, que comenzó como cuarteto y ahora lo forma un dúo, grabó el disco en un magnífico estudio-cabaña frente a la costa marroquí, Central Tarifa, y de ahí viajó hasta Milán para ser remasterizado.

En las nuevas canciones que compuso La Mari junto a su pareja artística, Eduardo Casañ, se suceden tangos, aires cubanos, rumbas, y hasta bossa nova sin que chirríen. Es lo que tiene la fusión, que no entiende de complejos. Palmas se mezclan con secuencias, violines, con requiebros.

En el álbum Pokito a Poko colaboran Miguel Campillo, cantante de Elbicho, y músicos sobresalientes como Oliver Sierra, que refuerza el tono ecléctico con su tres cubano. Chambao repite productor, el italiano Bob Benozzo. "Tiene una librería de sonidos impresionante", cuenta La Mari, quien nota que su voz está más curtida y madura. "Cuanto más disfrutas, más fluida te sale, y ahora la domino más, sufro menos tensión, y estoy menos a la defensiva". El pudor le llega con los palos serios del flamenco, y de momento sólo se lanza con los amigos. Soleás y martinetes seguirán esperando nuevas entregas.

Crecimiento

El rastro del flamenco billy de Mártires del Compás se nota en el tema Roé por la escalera: ritmos lánguidos, sureños, y letras que chapotean en un surrealismo andaluz más socarrón. "Menudo halago", apunta cuando se le menciona a los rebeldes andaluces.

Ella se resiste a confesar influencias en el nuevo álbum, pero revela que le apasiona la fusión de Ojos de Brujo y Diego Carrasco. Entre los temas del disco, le emociona especialmente Mi primo Juan, que tiene un ritmo ágil y una estructura nada rígida. A la hora de componer, por la retina del dúo pasan sus raíces, su familia y su particular filosofía vitalista. La Mari dice con prudencia: "Queríamos mostrar un poquito más nuestro crecimiento personal".

"Saber que no sólo soy la que piensa, elijo ser quien observa a la que piensa", canta en Camino interior.

Con el disco en la calle, el grupo prepara ahora sorpresas para cuando puedan recuperar los directos, "para que se encuentren algo más que en el disco", dice La Mari. "Nos salió un disco libre y caliente", reconoce el guitarrista Antonio Cantero, quien aporta las notas más flamencas, elegantes y ambiciosas.

Desde el primer disco, en el que con el lema "El auténtico flamenco chill out" se vieron publicados entre Vicente Amigo y Howie B, su punto de partida, hasta Pokito a Poko, Chambao ha pasado por el éxito del single Playas de Barbate -"acabamos un poco hastiados, la verdad"- y el Premio Ondas.

Siempre por libre y buscando su hueco. "No entiendo de valores de Bolsa ni de fondos de pensiones, que a mí me tira otra cosa", canta La Mari en el hermoso pasodoble que cierra el disco.

La Mari, cantante de Chambao, en una foto de promoción.
La Mari, cantante de Chambao, en una foto de promoción.
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Sobre la firma

Javier Martín-Arroyo
Es redactor especializado en temas sociales (medio ambiente, educación y sanidad). Comenzó en EL PAÍS en 2006 como corresponsal en Marbella y Granada, y más tarde en Sevilla cubrió información de tribunales. Antes trabajó en Cadena Ser y en la promoción cinematográfica. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla y máster de EL PAÍS.

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