_
_
_
_
_
Reportaje:TENIS | Torneo de Roland Garros

El hombre que se salvó de milagro

Puerta, semifinalista ante Davydenko, salió en 2003 de un ascensor antes de que cayera 18 pisos

Hay dos hechos que marcaron de forma ineludible su vida. El argentino Mariano Puerta, que hoy disputará una de las semifinales de Roland Garros contra el ruso Nicolay Davydenko, vivió unas Navidades de 2003 para olvidar. A principios de diciembre, recibió la notificación del ATP Tour de que había sido sancionado con nueve meses por dar positivo con clembuterol en un control antidopaje. Y el día 29 de aquel mismo mes, salvó su vida de milagro, cuando poco después de salir del ascensor de su vivienda forzando la puerta, el aparato se cayó al vacío 18 pisos.

Su historia tenística comenzó realmente cuando se proclamó campeón júnior en Roland Garros en 1995. Puerta demostró entonces que tenía potencial para ser profesional. Con un juego muy sólido, basado en una entrega física incuestionable, Puerta se fue abriendo camino en el circuito profesional y en agosto de 2000 llegó a escalar hasta el 18º puesto mundial, tras haber ganado los títulos de Palermo (1998) y de Bogotá (2000). Sin embargo, a partir de entonces comenzó un calvario del que no ha salido hasta ahora.

"Acababa de conseguirlo cuando escuché un gran ruido. El ascensor se hundió como una piedra"
Más información
Pierce y Henin se meten en la final tras arrasar a sus rivales rusas

A finales de 2000, el tenista argentino sufrió una lesión en su muñeca derecha que le obligó a pasar por el quirófano en EE UU en enero de 2001. La recuperación resultó un tremendo calvario. Esa temporada no logró más que una victoria en los 12 torneos que disputó. En la lista mundial cayó hasta el puesto 255º. Y los dos años siguientes se los pasó disputando prácticamente torneos challenger para recuperar su clasificación. En abril de 2003, justo cuando acababa de ganar a Rafael Nadal en la final de Aix en Provence, le comunicaron que había dado positivo en un control antidopaje que había pasado en el torneo de Viña del Mar (Chile) en febrero de aquel mismo año, tras un partido que había jugado contra Agustín Calleri.

Puerta luchó contra el ATP Tour contratando a un bufete de abogados españoles que actuaba en Miami. La broma le costó 70.000 dólares. Sin embargo, en diciembre de 2003 le comunicaron que había sido sancionado con nueve meses de paro forzoso.

Lo único que le concedieron fue que los tres meses finales de 2003, en los que no había jugado, se le descontaran. Le quedaban pues, seis meses en el dique seco: no iba a volver a jugar hasta julio de 2004. Puerta siempre insistió en su inocencia. "El problema fue que no rellené unos impresos del ATP Tour para explicar que había tomado clembuterol para protegerme del asma, que sufro desde que soy niño", explicó el jugador argentino. "Si lo hubiera hecho, no habría habido caso. Fui negligente, lo reconozco, pero creo que fueron demasiado severos conmigo, porque se demostró que no había tenido intención de doparme".

Sólo unos días más tarde, se produjo el incidente con el ascensor en el que a punto estuvo de perder la vida. Acababa de casarse con Sol, la hija de un magnate de la televisión argentina, y se habían instalado en una zona bastante noble de Buenos Aires, en el barrio de Palermo. Vivían en la 19ª planta de un inmueble, en el que el ascensor hacía días que funcionaba mal. Sol se negó aquel día a cogerlo y subió por la escalera. Pero Mariano Puerta decidió subir. El aparato se paró entre la planta 18ª y 19ª. Y tras forzar la puerta, optó por escalar hasta su piso y luego buscar la forma de salir al rellano de la escalera. "Acababa de conseguirlo cuando escuché un gran ruido. El ascensor comenzó a descender a toda velocidad, hundiéndose en el vacío como si fuera una piedra, hasta estrellarse contra el suelo. Salvé la vida".

Los seis meses que estuvo parado, Puerta los pasó mirando partidos de tenis en televisión y viendo vídeos para preparar a fondo su regreso a las pistas. Al final de 2004 era el 186º mundial. Pero en 2005 comenzó a todo tren: jugó la final de Buenos Aires, las semifinales de Acapulco, ganó en Casablanca y entró fuerte en la tierra batida europea. En París ganó a su compatriota Guillermo Cañas en los cuartos de final y accedió por primera vez en su vida a unas semifinales del Grand Slam. Y ahí está. Hoy buscará la final ante el ruso Davydenko.

Puerta, durante el partido de cuartos de final ante Cañas.
Puerta, durante el partido de cuartos de final ante Cañas.REUTERS

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_