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Reportaje:FÚTBOL | Fractura en la cúpula del club azulgrana

Laporta pasa al ataque

El presidente afirma: "Rosell no compartía el proyecto deportivo ni el de gobierno"

Joan Laporta acusó al ya ex vicepresidente del club, Sandro Rosell, de no haber compartido el proyecto de la directiva tanto en la vertiente deportiva como en la de gobierno. "Ha quedado muy claro, en reiteradas ocasiones, que el vicepresidente tenía un enfrentamiento encubierto y sistemático con los técnicos, Txiki Begiristain y Frank Rijkaard. Ha sido una constante. He intentado que hiciera marcha atrás pero no ha sido posible", argumentó el presidente del Barcelona tras la reunión extraordinaria de la directiva -sólo faltó Xavier Faus, de viaje en EU UU- y en la que fueron aceptadas las dimisiones de Rosell, Josep Maria Bartomeu y Jordi Monés y en la que se le comunicó a Jordi Moix que no cuenta con la confianza de sus compañeros por lo que también dimitió. Laporta pormenorizó que Rosell no quiso que el club prescindiera de Rijkaard durante varias ocasiones en 2004 y también hace dos meses. "Nuestro entrenador hacía tiempo que estaba aguantando", comentó cuando fue preguntado sobre las quejas expresadas la semana pasada por el técnico holandés hacia la actuación de Rosell.

"Si no aceptas la mayoría sólo te queda una solución: dimitir. De lo contrario, eres desleal"
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"Falta independencia y democracia"

Laporta desveló que Rosell le instó a que entre ambos gobernaran el club. "Eso no lo podía permitir porque hay compañeros de junta a los que se debe respetar. Tengo la absoluta tranquilidad de conciencia de haber respetado el principio de democracia". Respecto a la actitud de los cuatro directivos que presentaron su dimisión, indicó: "Llevaban adelante un proyecto que manifestaba una clara defensa de intereses particulares. Se ha tomado una decisión y se ha resuelto. Hay gente que no puede aguantar la presión y, si estás insatisfecho y no puedes aguantarla, lo que tienes que hacer es abandonar el barco. De no haber dimitido hubieran creado una desestabilización". Acusó a los ex directivos de haber entrado en una "dinámica de deslealtad", defendió el respecto que le merecen las minorías, pero agregó: "Si no aceptas la mayoría sólo te queda una solución: dimitir. De lo contrario, se entra en una dinámica de deslealtad".

No cree Laporta que la crisis, que dio por zanjada, haga mella en el equipo. "Hay una mayoría amplia que gobierna, el entrenador tiene toda la confianza y ha demostrado su capacidad y el secretario técnico trabaja de forma silenciosa y eficiente".

Contestó Laporta a tres puntos concretos de actuación. El primero, por qué no se investigó más a fondo y se denunció la actuación económica de la directiva que presidió Joan Gaspart. "No hubo ningún pacto para no levantar alfombras. En su día se decidió en la junta porqué el Barça no puede actuar con temeridad e interponer una demanda por mala gestión sin tener evidencias. Se ha demostrado con una sentencia en la que han perdido los socios que la interpusieron". Aseguró que no es cierto que se dijera a los directivos que las negociaciones para tener a China como patrocinador fueran confidenciales. "Sólo eran confidenciales de puertas afuera", dijo. Y rechazó las acusaciones de que ha cambiado. "Los amigos así me lo han dicho. En cuanto a las influencias externas que siempre apuntan a Cruyff, no son ciertas. La junta es independiente y decide libremente. Tenemos en cuenta las opiniones de personas y, en algún caso las hemos seguido. Ha sido el de la contratación de Txiki y Rijkaard y ha sido un acierto". Laporta, para concluir, dijo no temer que se produzca una división en el barcelonismo.

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