Una oposición sin estabilidad

El PSOE nombró la pasada semana a Eduardo Castro nuevo portavoz en el Ayuntamiento de Jaén en sustitución de Marcos Gutiérrez Melgarejo, que ha abandonado la Corporación tras ser designado miembro del Consejo Consultivo de Andalucía. Castro se convierte así en el quinto portavoz socialista desde las elecciones municipales de 1999, un claro reflejo de la inestabilidad que ha vivido este grupo político en los últimos años y que le ha llevado, a dos años vista de los próximos comicios, a no tener un referente ante la ciudadanía.

Parece como si una extraña maldición persiguiese a los portavoces socialistas en el Consistorio jiennense. Los cinco últimos tienen un denominador común: ninguno ha saboreado las mieles de ser alcalde y, en mayor o menor medida, todos salieron por la puerta de atrás devorados por su partido. De alguna manera, el goteo de portavoces no es más que la consecuencia de la difícil cohabitación que ha existido entre el grupo municipal y la agrupación socialista, esta última quizá el único foco de poder que se le ha resistido en los últimos años al secretario general del PSOE de Jaén, Gaspar Zarrías.

La renuncia de Marcos Gutiérrez a su puesto en el Ayuntamiento, concretado el pasado martes, era un secreto a voces desde que se supo que su nombre contaba con una gran contestación interna para volver a repetir como candidato en 2007. Gutiérrez fue una apuesta personal de Zarrías en 2003. Entorno a este popular abogado, el PSOE confeccionó una candidatura de indudable peso político para arrebatar la alcaldía al PP. Sin embargo, la derrota contra todo pronóstico no fue bien digerida. De hecho, en este tiempo ha sufrido cuatro bajas, incluida la de Gutiérrez.

Más importante aún que estas bajas ha sido la fractura en el grupo socialista a raíz del último congreso municipal. Seis de los 11 concejales se alinearon con una candidatura crítica con Zarrías, pero su derrota en el congreso les cortó las alas. La consecuencia fue la destitución del principal exponente del sector crítico, Antonio Manuel Foche, como viceportavoz, y la pérdida de la liberación de otra edil afín, Lola Campos.

Este sector ha quedado relegado de nuevo en la nueva reorganización del grupo socialista, pues al nombramiento como portavoz de Eduardo Castro, vicesecretario de la agrupación municipal, se une el de Carmen Guerrero (que era la número 16 de la lista y entra en sustitución de Gutiérrez) como viceportavoz.

De alguna manera ha vuelto a reproducirse el enfrentamiento del inicio de la pasada legislatura, cuando los seguidores de Zarrías forzaron la marcha del entonces portavoz municipal y ganador de las primarias para las elecciones de 1999, Juan Torres, para allanar la entrada en la esfera política local de Marcos Gutiérrez, que a la postre sería el candidato en 2003. Cuando Torres abandonó el Ayuntamiento a los pocos días después de iniciada la anterior legislatura le sustituyó como portavoz Juan Carlos Higueras, que se vio obligado a dimitir en noviembre de 2000 al verse implicado en el caso de las alegaciones falsas a los presupuestos de 2000.

A Higueras le sustituyó como portavoz Manuel López, que tuvo el mérito de estabilizar la oposición del grupo socialista y protagonizó de una fuerte ofensiva contra el PP. Su labor no fue reconocida y López (que no ocultó que le hubiera gustado ser el candidato en 2003) se tuvo que conformar con ser nombrado delegado de Obras Públicas un año más tarde.

Ahora el grupo socialista se queda sin un líder claro, por lo que todo apunta a que el próximo alcaldable será una persona que no está en la vida municipal. Los tres con más probabilidades son el subdelegado del Gobierno en Jaén, Fernando Calahorro, Manuel López, y, sobre todo, la secretaria de la agrupación municipal y responsable de Política Municipal del PSOE andaluz, Carmen Peñalver, cuyo discurso el pasado día 10 en una fiesta socialista organizada con la presencia de Manuel Chaves tuvo todo el tufo de una futura candidata.