Asociaciones vecinales piden a Gallardón que adelante el horario de cierre nocturno
Diversas asociaciones y colectivos de vecinos del centro de Madrid han pedido al Ayuntamiento de la capital, regido por Alberto Ruiz-Gallardón, que aplique una ley para adelantar los horarios de cierre nocturno de los locales de ocio, ampliados por la Comunidad de Madrid.
Estas asociaciones, las de Justicia, Chueca, Malasaña, Ópera-Austrias, La Corrala, San Ildefonso-Amaniel y Las Letras, se refieren al decreto firmado el pasado 21 de diciembre por Alfredo Prada, vicepresidente segundo y consejero de Justicia e Interior de la Comunidad, que regula el horario de desalojo de los establecimientos públicos.
El decreto establece que la salida de los clientes de los locales con aforo superior a las 350 personas se debe practicar con un plazo máximo de 45 minutos desde la hora de cierre, mientras en los demás casos el tiempo establecido es de 30 minutos como máximo. Además, se establece que a partir de ese momento no se permitirá el acceso de clientes ni se venderá consumición alguna, y que quedarán fuera de funcionamiento la ambientación musical, las máquinas y el resto de aparatos de juego o similares, a excepción de las tareas de limpieza.
Juan Carlos Mora, de la Asociación de Vecinos Barrio de las Letras, informó de que la situación es "muy grave" desde la ampliación de horarios aprobada por la Administración regional, y agregó que esta modificación fue acordada por el Gobierno de Esperanza Aguirre "de manera unilateral, injusta e ilegal".
"Con ello, la señora Aguirre desprecia los procedimientos legales, incluido el pleno municipal que aprobó la ordenanza contra el ruido de Madrid por unanimidad, y los derechos fundamentales de los vecinos de la capital, y de paso boicotea la opción de Madrid como organizadora de unos Juegos Olímpicos, puesto que la carta verde de Madrid 2012, firmada por instituciones y colectivos sociales, señala como primer objetivo la reducción del ruido", continúa.
'Tortura' a los vecinos
Mora resaltó que "una de las ciudades más ruidosas del mundo no puede permitirse por más tiempo seguir torturando a los vecinos que viven en las zonas de copas, con 90 decibelios por las noches y las madrugadas". Puntualizó que esta situación es "impropia de un Estado de derecho, y más por quien pretende organizar unos Juegos Olímpicos presentando el respeto al medio ambiente como valor y aval más importante".
