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500 personas rinden homenaje al comunista José Díaz en Sevilla

Los restos de José Díaz, el secretario general del PCE que fue enterrrado en Georgia en 1942, vuelven a Sevilla

Dolores Ibárruri, La Pasionaria, encabezó el funeral de José Díaz en Tlibisi, la capital de Georgia, en 1942. Allí ya prometió que llegaría el día en el que España repatriaría al compañero que estaban enterrando. Han pasado 63 años, pero el que fue secretario general del Partido Comunista de España (PCE) vuelve a Sevilla, su ciudad natal, para ser enterrado el Día del Trabajo en el conocido como cementerio de los disidentes de Sevilla.

Los restos de José Díaz volaron ayer a la capital andaluza desde Tbilisi. En el aeropuerto le esperaba su hija Gardenia, que se crió en la Unión Soviética y regresó a Sevilla para quedarse hace más de 30 años. Gardenia ha colaborado activamente con el Ayuntamiento sevillano para traer los restos de su padre, que vuelve con los honores de hijo predilecto de la ciudad, un título que le otorgó el pleno municipal por unanimidad el pasado 22 de abril.

José Díaz nació en el barrio de La Macarena, el mismo que es noticia desde hace dos meses por asuntos que tienen que ver con la peor cara de la política, una muy distinta a la que él entregó su vida. Con 11 años ya trabajaba en un horno de pan familiar y con 18, militaba en la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) y era dirigente del sindicato sevillano de panaderos.

Se ganó prestigio entre la clase obrera por su participación en los enfrentamientos armados contra los pistoleros de la patronal y con su negativa a exiliarse durante la dictadura de Primo de Rivera. Optó por continuar en la clandestinidad con su actividad sindical, dando mítines sobre todo en locales del barrio de La Alameda, en cuya plaza central le rindieron ayer homenaje sus sucesores, los dirigentes y militantes del actual PCE.

Todos estarán hoy también en el cementerio de San Fernando, en el que los restos de Díaz reposarán muy cerca de otros comunistas como Manuel Benítez Rufo. Hasta ahora, han estado en el cementerio de Tbilis, cuya tumba descuidada llamó la atención hace tres años al cineasta georgiano Alexandr Eliasashvilcon. La inscripción "Aquí yace José Díaz, dirigente del Partido Comunista de España y del Movimiento Obrero Internacional", le llevó a rastrear la vida de José Díaz. El resultado es El sevillano olvidado, un documental emitido la pasada semana por la televisión georgiana.

Pero antes de llegar a la Unión Soviética, Díaz vivió una intensa vida política en España. Desde Sevilla se trasladó en 1925 a Madrid, donde al poco tiempo fue detenido mientras vendía por la calle picos de pan. Aquel paso por la prisión fue breve, pero quedó marcado para siempre al contraer un cáncer de estómago que arrastró hasta el final de sus días. Volvió a Sevilla en 1927, empeñado en organizar políticamente a la clase obrera y se convirtió en uno de los dirigentes más destacados del PCE, del que fue nombrado secretario general en 1932.

Su capacidad de organización durante la guerra civil resultó decisiva en la lucha del Partido Comunista, que pasó de 12.000 militantes en 1932 a cerca de 300.000 en 1938. Pero su enfermedad le debilitaba más rápido de los esperado. Stalin mandó a su médico personal para que lo visitase en plena guerra española y, poco tiempo antes de la caída de Madrid, el 28 de marzo de 1939, el secretario general del PCE se trasladó con su familia a Leningrado para ser sometido a una intervención quirúrgica que prolongó durante tres años su vida.

La entrada del ejército Nazi en la Unión Soviética en 1941 les obligó a peregrinar de una ciudad a otra hasta que en otoño de ese año llegaron a Tbilisi, donde el dirigente comunista fue atendido por los mejores médicos, pero ninguno de ellos pudo contra el cáncer y un ataque de dolor le llevó a adelantar el desenlace. Murió el 21 de marzo de 1942 al arrojarse por la ventana de la quinta planta del hotel en el que vivía con su mujer y su hija.

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