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Reportaje:Toyota Aygo

Un pequeño con la calidad de los grandes

Marcos Baeza

Las virtudes de los coches de ciudad en cuanto a consumo y facilidad de aparcamiento se alían a una calidad de conjunto superior que se refleja en el diseño y se confirma después al volante, con un tacto y prestaciones que mejoran casi todo lo visto hasta ahora en este tipo de modelos. El equipo de serie del Toyota Aygo no tiene carencias, al menos en lo importante: ABS, doble airbag y, salvo en los acabados básicos, también aire acondicionado. Llegará a España en septiembre, y es uno de los coches urbanos más recomendables, aunque presenta también algunos aspectos mejorables.

El principal son los precios: aunque no se anunciarán hasta junio, Toyota ha adelantado que no aplicará tarifas bajas como gancho comercial. Más bien al contrario, porque la calidad y el equipamiento contribuirán a situarlo por encima de sus principales competidores: Fiat Panda, Kia Picanto, Chevrolet Matiz y otros modelos similares. Será difícil que cueste menos de 9.000 euros.

Orientado al conductor

El nombre del Aygo procede de un juego de palabras a partir de la expresión inglesa I go, que significa "voy". Es un pequeño coche urbano de sólo 3,4 metros de largo, casi 25 centímetros menos que el Toyota Yaris, con el que tiene cierto parecido, aunque a escala reducida. Comparten una silueta muy similar, pero con un frontal y una zaga completamente diferentes y muy originales.

Estas ajustadas medidas facilitan las maniobras de aparcamiento, pero penalizan el espacio de las plazas traseras y sobre todo la capacidad del maletero, otro de sus puntos débiles. La marca japonesa ha preferido primar la habitabilidad delantera, que es generosa y permite alojar sin agobios a dos adultos de talla grande sin rozarse con los hombros, algo poco habitual en los coches de ciudad. La posición de conducción se adapta a estaturas de hasta 1,91 metros sin problemas de ergonomía.

El conductor disfruta también de una mecánica muy eficiente que combina prestaciones, bajo consumo y calidad de funcionamiento. El protagonista es el motor, un 1.0 de gasolina de rendimiento brillante. A pesar de tener sólo tres cilindros y una potencia muy justa, rinde casi 70 CV, sube de revoluciones con finura y alegría, y alcanza 157 km/h. con dos personas a bordo. Y todo con un consumo medio de apenas 4,6 litros. El liviano peso del Aygo, unos 850 kilos, unido a unos neumáticos estrechos, contribuye a estos resultados. Pero gracias a unos ejes de ruedas bastante anchos y unas suspensiones firmes, estos detalles no penalizan el aplomo ni la estabilidad.

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Por lo demás, la insonorización, la calidad de rodadura y el tacto suave de los mandos completan uno de los coches urbanos más cómodos y eficaces para moverse en la ciudad y alrededores, e incluso para afrontar algún viaje.

Motor turbodiésel en 2006

El Aygo es el primer fruto de la alianza entre Toyota y el grupo PSA (Peugeot-Citroën) para fabricar un nuevo coche de ciudad, y tendrá otros dos hermanos: Citroën C1 y Peugeot 107. Los tres son un mismo coche con decoraciones diferentes: comparten chasis, motores, etcétera. A mediados de 2006, el Aygo recibirá el motor 1.4 HDi turbodiésel de PSA, disponible en los C1 y 107 desde el lanzamiento (segunda mitad de 2005).

El nuevo Toyota se venderá con carrocerías de tres y cinco puertas y tres acabados: Aygo, con ABS y doble airbag; Aygo Sound, que añade airbags laterales, elevalunas eléctricos, cierre con mando y radio-CD con conexión para MP3, y Aygo Sport, con llantas de aleación, faros antiniebla y aire acondicionado.

El Aygo es el primero de los tres modelos que saldrán de la alianza creada entre Toyota, Citroën y Peugeot. Los otros dos serán el Citroën C1 y el Peugeot 107.
El Aygo es el primero de los tres modelos que saldrán de la alianza creada entre Toyota, Citroën y Peugeot. Los otros dos serán el Citroën C1 y el Peugeot 107.

UN INTERIOR VISTOSO Y ORIGINAL

EL AYGO presenta un diseño más elaborado de lo habitual entre los coches de ciudad. La carrocería, con un frontal y una zaga muy creativos, denota ya una atención especial a la estética. Y esta prioridad se mantiene en el interior, con detalles originales como la posición del cuentarrevoluciones, la resolución de la consola central y los paneles de las puertas, con chapa a la vista a juego con el color de la carrocería. Además, los plásticos del salpicadero tienen también una calidad superior a la media entre los coches de su tamaño. Sin embargo, parece que este despliegue de medios ha exigido prescindir de otras cosas para contener los costes: los retrovisores sólo tienen ajuste manual y no disponen de regulación eléctrica; ninguna plaza incluye asideros en el techo para sujetarse; las ventanillas traseras de la versión cinco puertas

sólo se abren en compás, y el portón trasero es de cristal al completo.

El maletero, como en todos los coches urbanitas, es mínimo: sólo 139 litros. El inconveniente se agrava en el Aygo, porque aunque los respaldos se abaten por partes, no liberan mucho espacio. Y la boca de carga del portón es bastante pequeña.

Por lo demás, se ofrecen dos paquetes opcionales de equipamiento: viaje y movilidad. El primero incluye tres bolsas Samsonite, dos para el maletero y otra para la guantera interior. El otro consta de un navegador portátil con pantalla táctil en color que se puede acoplar y desacoplar en el salpicadero.

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Sobre la firma

Marcos Baeza
Redactor de Motor, especializado en producto y tecnología. Ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS, desde 1998, ligado siempre al automóvil. Sigue la actualidad del sector, prueba los nuevos modelos que llegan al mercado y analiza las tendencias y tecnologías asociadas, como la nueva movilidad eléctrica.

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