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Entrevista:JOSEP M. BRICALL | Comisionado del CCAC

"A la cultura catalana le falta ambición"

Josep Maria Bricall (Barcelona, 1936) es catedrático de Economía política, ha sido rector de la Universidad de Barcelona, presidió la conferencia de rectores europeos y participó en el Gobierno de la Generalitat provisional presidida por Josep Tarradellas, entre otras muchas responsabilidades. La última ha sido la de elaborar el proyecto para crear el Consejo de la Cultura y las Artes de Cataluña (CCAC), lo que le ha permitido evaluar la temperatura cultural del país.

Pregunta. ¿Cuál es el principal problema que ha advertido en la cultura catalana?

Respuesta. Le falta una gran ambición, aunque éste es un problema general de Cataluña. Faltan iniciativas que comporten ambición, y esto quiere decir tener claro el referente de lo que pasa en el mundo. Cataluña ha tenido peso cuando sus creadores y actividades han estado relacionados con la gran cultura internacional.

"Uno de los grandes problemas culturales de este país es la endogamia"

P. En las muchas conversaciones que ha tenido, ¿cuáles han sido las principales carencias que le han transmitido?

R. Carencias hay muchas, pero lo que más falta es confianza. La gente no pedía el consejo porque sí, sino porque desconfía de la política cultural que se ha hecho y de la que se pueda hacer. Pedían transparencia y racionalización.

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P. Ha comentado que quiere evitar la interferencia política, las incompatibilidades y la endogamia. ¿Tan grave es la endogamia que no quiere representantes de los sectores en el consejo?

R. Es el gran problema. Aquí la gente se pasa el porrón. Por esto es precisa esta ambición y la conexión con el extranjero. Si hay unos campos en los que hay que hacer un gran esfuerzo en este sentido es en los de la cultura, la investigación y la educación. Se trata de potenciar todo lo que sea movimiento, innovación, evolución, porque lo contrario es el aburrimiento, y este país ya es bastante aburrido.

P. También parece querer blindar el consejo frente al conflicto de intereses.

R. Es una cosa que nos preocupa. Por eso, de forma estructural se establece que ciertas personas no puedan formar parte del consejo si están relacionadas con lo que va a discutirse. Se prevé que la incompatibilidad sea total.

P. ¿Qué opina del Documento de Sant Boi de la Plataforma de la Cultura, en el que los creadores explicaban cómo tenía que ser el consejo?

R. Es un documento interesante, y gracias a ellos y a sus demandas el consejo ha tomado forma. Creo que iba más lejos de lo que hubiera podido aceptar el Parlament, pero sus propuestas básicas de alguna manera están recogidas en mi documento, aunque sea como el inicio de una dinámica en este sentido.

P. En algunos casos, el CCAC se solapa con organismos de Cultura, del que va a depender orgánicamente aunque sea autónomo. ¿Tendrá que cambiar el departamento?

R. Si se vota así como está, el departamento se tendrá que adaptar. Pienso que esto puede crear problemas con ciertos intereses o facultades que ahora ejercen otros, pero es lo que hay. Lo que es absurdo es multiplicar los pasos y los organismos. Algunos creen que una parte podrían pasar a depender del consejo, pero esto tendrá que verse.

P. Es el caso del Instituto de Creación Artística, que está en fase de creación, ¿podría ser el órgano ejecutivo y administrativo que tiene que tener el CCAC?

R. Podría serlo.

P. ¿Por qué tiene que depender del Departamento de Cultura y no de Presidencia?

R. El consejo no puede flotar en el aire, tiene que depender de algo y con Cultura existe la necesidad de coordinación y, además, es mucho más fácil que así lo apruebe el Parlament.

P. Ha explicado el documento a los grupos políticos. ¿Hay sintonía o cree que van a cambiarlo mucho?

R. En las primeras reuniones en general ha tenido una buena recepción. El problema es que es un documento muy coherente que si se marea mucho puede desvirtuarse.

P. ¿Cree que era necesario crear este consejo?

R. Se puede hacer política cultural sin consejo, pero en el caso catalán creo que difícilmente puede hacerse sin él.

P. ¿Participará usted en el proceso?

R. Mi función ha acabado, pero podrían pedirme continuar hasta terminar el proceso. Personalmente tengo ganas de volver a la vida normal porque esto ha sido muy laborioso.

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