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Liberado en Bagdad un español secuestrado por un grupo armado

El Gobierno presta cobertura logística para su salida del país

Un empresario español de origen iraquí, cuyo nombre corresponde a las iniciales U. A. H., fue liberado el martes en Bagdad tras haber permanecido varias semanas secuestrado por un grupo armado iraquí que exigió el pago de un rescate. Fuentes del Gobierno confirmaron ayer a EL PAÍS que el secuestro había concluido "satisfactoriamente", pero se negaron a facilitar cualquier detalle del rescate porque podía "estar en juego la seguridad de algunas personas que han intervenido en la operación".

La familia del secuestrado ha solicitado al Gobierno que no se facilite ningún dato. El secuestrado, con pasaporte y nacionalidad española desde 2000, reside desde hace una treintena de años en España, donde tiene una empresa de traducción y una inmobiliaria. En una visita a su familia, fue capturado por una docena de personas armadas. La primera noticia del secuestro la tuvo el Gobierno el pasado 7 de marzo.

Fuentes conocedoras de la operación han confirmado a EL PAÍS el pago por la familia de un rescate. El Gobierno ha prestado ayuda para la negociación y para sacar del país al empresario, que ayer a las once de la noche llegó a Madrid en avión tras un periplo por Ammán (Jordania), Damasco (Siria) y Viena. Más de 100 extranjeros han sido secuestrados en Irak desde el fin de la guerra. Casi 30 han sido asesinados, entre ellos una británica, un periodista italiano y varios estadounidenses.

El Gobierno tuvo noticia del secuestro por una doble vía. En Madrid, le informaron empleados de las empresas de U. A. H. en España. Pero al mismo tiempo un sobrino del empresario se dirigió a la Embajada en Bagdad, y puso en antecedentes a Diego Ruiz, que en aquel momento ejercía ocasionalmente la función de encargado de negocios. Hasta ese momento, la embajada ignoraba la presencia en la capital iraquí de U. A. H., ya que no se había inscrito en el registro.

El empresario estaba alojado en Bagdad en un barrio humilde, en el que reside su familia iraquí y en el que prácticamente no existe control de la policía. Los investigadores sospechan que alguien dio un soplo e informó a los secuestradores de que U. A. H. disponía de dinero como para que se pudiera exigir un rescate. Sin embargo, todo apunta a que ignoraban que se trataba de un ciudadano español.

La familia siempre consideró que el móvil del secuestro era únicamente económico. Por este motivo, el sobrino insistió ante la embajada para que se mantuviera el secreto. Temía que la revelación de que se trataba de un ciudadano de un país occidental llevara a los secuestradores a endurecer las condiciones para la liberación y a exigir un rescate más elevado.

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El Gobierno ha facilitado apoyo para la salida de U. A. H. del país, y ha urgido para que se produjera cuanto antes. Una vez liberado, el empresario planeó abandonar el país hoy, pero el Ejecutivo le convenció para que lo hiciera ayer mismo. El Gobierno español también ha apoyado a la familia, a través del servicio secreto CNI, durante la negociación del rescate. En momentos de dificultades en las conversaciones, se pidió ayuda al Gobierno provisional iraquí.

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