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China anuncia una política monetaria estable para contener la inflación

El Gobierno chino ejercerá una política monetaria estable este año, mientras intenta mantener bajo control el crecimiento de la economía y lucha para evitar que se dispare la inflación. Así lo anunció ayer el banco central del país en el marco de la sesión anual de la Asamblea Popular Nacional (APN), que comenzó el pasado sábado en Pekín. El Banco Popular de China aseguró que pondrá en marcha la reforma del sistema de cambio del yuan (o renminbi) y abrirá gradualmente las cuentas de capitales, aunque dejó bien claro que la moneda china permanecerá "básicamente estable".

Según la entidad reguladora, la política monetaria estable impedirá que se desboque la inflación y evitará riesgos en el sistema financiero. Pekín se ha fijado como objetivo para este año un incremento del IPC del 4%. El año pasado fue del 3,9%, y en 2003, del 1,2%.

El comunicado hecho público por el banco insiste en la línea marcada por el primer ministro, Wen Jiabao, durante el discurso de apertura de la APN. Wen afirmó que, tras siete años de política fiscal pro activa, destinada a contrarrestar el impacto de la crisis asiática e impulsar la débil demanda doméstica, Pekín cambiará a una política fiscal ajustada. "La gran magnitud de la inversión en China y la cantidad de fondos en manos de la gente hacen esto necesario y posible", dijo el primer ministro.

Reducción del déficit

El Gobierno central estima para 2005 un déficit fiscal de 300.000 millones de yuanes (27.300 millones de euros), 19.800 millones de yuanes menos que el presupuestado para 2004. La emisión de bonos del Tesoro a largo plazo será de 80.000 millones de yuanes (7.300 millones de euros), 30.000 millones de yuanes menos que el año pasado. Wen aseguró que continuarán los controles macroeconómicos, con objeto de evitar un sobrecalentamiento de la economía. Porque el riesgo, según dijo, está latente. Advirtió de que "la tasa de inversión sigue siendo demasiado alta, y el consumo bajo". "Éste es un periodo de oportunidades estratégicas para China, y la economía debe crecer rápidamente, pero no hay que permitir que se recaliente. Las subidas y bajadas drásticas de crecimiento son malas para el desarrollo, para la reforma y la apertura, y para la estabilidad social", dijo Wen.

El dirigente chino afirmó que el país necesita seguir políticas fiscales y monetarias "prudentes", y señaló que será preciso restringir algunos sectores a la par que se expanden otros. Con objeto de incentivar la demanda, Pekín impulsará diferentes medidas, como la concesión de créditos al consumo. El Gobierno asegura también que abrirá gradualmente las cuentas de capitales este año, en lo que supone un paso hacia la flexibilización del yuan, que está ligado al dólar a un cambio de 8,28 por billete verde.

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