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El bello resultado de un impulso impuro

Margot Molina

El Festival de Jerez entró la noche del viernes con buen pie en su novena edición como corroboró el largo y caluroso aplauso que se ganó El loco, una producción del Ballet Nacional de España con coreografía de Javier Latorre. Y es que el reconocimiento del montaje que recrea la atormentada vida del bailaor sevillano Félix Fernández, a caballo entre el siglo XIX y el XX, le llegó de un público plagado de profesionales del baile flamenco que llenó el teatro Villamarta.

Mario Maya, Matilde Coral, El Grilo, Isabel Bayón, Blanca del Rey, Angelita Gómez y Rocio Coral, entre otros, admiraron el espectáculo cuyo estreno abrió esta temporada del Teatro Real de Madrid el 6 de septiembre. El loco, que ha pasado también por el Liceo de Barcelona, podrá verse en la Zarzuela de Madrid y estará el 30 y 31 de mayo en el Maestranza de Sevilla.

El público apreció la conjunción de la calidad del montaje en su dramaturgia, coreografía, puesta en escena y vestuario; algo que en flamenco es bastante difícil cuando se trata de contar una historia. Francisco López (libreto y dirección de escena), Javier Latorre (coreografía) y Jesús Ruiz (escenografía y vestuario) han sido "los tres picos del sombrero", como decía entusiasmada una aficionada japonesa que asiste además a las clases de baile que organiza el festival.

La bailaora nipona aludía con su metáfora al centro de toda la historia: Al bailaor sevillano Félix Fernández lo contratan los Ballets Rusos de Sergei Diaghilev como maestro de flamenco para montar El sombrero de tres picos, de Falla. Félix el loco, como se le conoce en el mundo del flamenco, se topó con la rivalidad del coreógrafo y bailarín Léonide Massine y perdió la razón en 1919 cuando no le dejaron subir al escenario del Teatro Alhambra de Londres para bailar la farruca de El sombrero de tres picos. Después de ese episodio la vida del bailaor transcurrió de un manicomio a otro. Murió en 1941 en el psiquiátrico de Epsom (Gran Bretaña). La leyenda que ha crecido en torno a su peripecia -que también ha inspirado a Israel Galván en Los zapatos rojos- dice que pasó todos esos años bailando hasta la extenuación.

Precisamente en ese momento, con Félix está ya en el frenopático, es cuando comienza el espectáculo que protagoniza Christian Lozano y con el que el Ballet Nacional, que dirige José Antonio, conquistó al público. Los papeles principales de esta recreación de las miserias del teatro dentro del teatro los encarnaron Tamara López, Óscar Jiménez, Francisco J. Velasco y Primitivo Daza.

"El estigma de la pureza exige que nos pongamos a régimen en el banquete de la vida, en el festín multicolor de la creación artística...Y se olvidan de que el milagro del arte, de la verdad, de la belleza es siempre resultado de un impulso impuro: de un acto de desobediencia". Estas palabras de Francisco López sobre la pureza casan perfectamente con el espíritu de El loco, flamenco con el siempre arriesgado lenguaje de Latorre y la música de Falla entre los sonidos contemporáneos de Mauricio Sotelo y Juan Manuel Cañizares.

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Sobre la firma

Margot Molina
Ha desarrollado su carrera en El PAÍS, la mayor parte en la redacción de Andalucía a la que llegó en 1988. Especializada en Cultura, se ha ocupado también de Educación, Sociedad, Viajes y Gastronomía. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Ha publicado, entre otras, la guía de viajes 'Sevilla de cerca' de Lonely Planet.

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