Imre Kertész se estrena como guionista y adapta 'Sin destino' al cine
Ha hecho un viaje de vuelta al horror cuando ya es difícil borrarle una sonrisa de los labios. Imre Kertész presentó ayer en Berlín Fateless, la adaptación al cine de su famosa novela publicada en España como Sin destino, basada en el viaje terrorífico de un niño en la frontera con la adolescencia hacia lugares de no retorno como Buchenwald y Auschwitz. El premio Nobel, con una copa de vino en la mano que degustó con placer en la rueda de prensa, habló de la película -que se ha incluido a última hora a concurso- junto al director, Lajos Koltai, y el protagonista, Marcell Nagy, un niño sobre el que recae la enorme carga de esta obra impactante y dura pero esperanzadora, que presenta el espanto a través de los ojos del muchacho judío a quien interpreta.
"Es muy difícil trabajar sobre estos temas. Yo he querido presentar la experiencia de un individuo y no hacer reproches ni culpar a nadie", aseguraba el escritor húngaro. "El niño no pide cuentas políticas, sólo se pregunta cómo fue posible que le ocurriera todo eso", añade Kertész.
Y todo eso es el viaje completo, la separación de su familia, la estancia en los campos, el hambre, la humillación, el frío, la enfermedad, el coqueteo diario con la muerte y el regreso a su ciudad al encuentro de una familia rota en mitad de los oídos sordos de la gente. Pero también es un aprendizaje de los aspectos positivos que pueden exprimírsele a la barbarie: "Quiero hablar de belleza. La naturaleza tuvo su función en Auschwitz y ayudó a mantener la esperanza a este niño que encontraba el sentido de la vida en mitad de todo eso al contemplar una puesta de sol o una tormenta", asegura el director del filme.
Por eso, ni Kertész ni Koltai han querido hacer una película oscura, ni siquiera estaba en su ánimo hacer una obra sobre el Holocausto. "No, queríamos mostrar la dignidad que les mantenía vivos y sobre todo una experiencia individual, la de ese niño", afirma el realizador. Es algo que comprendió a la perfección el autor de la música, Ennio Morricone, que ayuda a digerir toda la dureza del filme. "Ha compuesto una banda sonora bellísima para hacer hincapié en esta idea".
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