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Tribuna:COYUNTURA NACIONAL
Tribuna
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El gobierno contraataca

Casi un año después de su victoria en las últimas elecciones generales, el Gobierno nos anuncia en los medios de comunicación la presentación a final de este mes de un conjunto de reformas tendente a mejorar la competencia en diferentes mercados, entre los que se citan la vivienda, la energía, el medio ambiente, el transporte, las telecomunicaciones, la distribución comercial, los servicios postales y profesionales y otros sectores regulados. Aparte de esto, también se están estudiando reformas de la fiscalidad y del mercado laboral. Por fin parece que la locomotora se pone en marcha, aunque si no coge rápidamente velocidad, puede que se pase el tiempo (la legislatura) sin que el tren, o la mayoría de sus pasajeros, lleguen a su destino.

Una aceleración del crecimiento sólo puede sustentarse en una mejora sustancial de la demanda externa neta

Por el tiempo transcurrido desde que se iniciara la nueva legislatura y la amplitud de los sectores afectados, no parece que se trate del típico paquete de medidas con el que todos los Gobiernos intentan dar contestación urgente a problemas que irritan a los ciudadanos. Parece más bien un programa de gobierno en el ámbito económico. Pero ¿es que el partido socialista no tenía ya un programa cuando se presentó a las elecciones? ¿No estaban ya los temas estudiados? ¿Qué votamos los ciudadanos cuando nos llaman a las urnas? En fin, pensamientos filosófico-políticos aparte, muchos estamos esperando reformas que aumenten la eficiencia, la productividad y la competitividad de nuestra economía. Porque los tipos de interés reales negativos de que ahora disfrutamos, que están permitiendo esta especie de luna de miel con el euro, se acabarán un día y entonces habrá que dedicarse a tareas que requieren competir en los mercados globalizados con gentes que producen muy bien y barato.

No sé si llevados por la euforia reformadora o porque descuentan ya por adelantado algunos de los efectos esperados de las reformas sobre el potencial de crecimiento, en el Ministerio de Economía también se sienten más optimistas sobre el crecimiento de la renta nacional en este año. Después de revisar a la baja en una décima porcentual la tasa de aumento del PIB que se incluía en los Presupuestos del Estado (3%), ahora parece que se vuelve otra vez a la cifra inicial. No está mal eso de revisar dos veces las previsiones en cuatro meses para quedarnos donde estábamos, pero no entiendo la jugada, sobre todo si estamos hablando de una décima. Es posible que la idea -transmitir credibilidad u optimismo a los agentes sociales- sea buena, por aquello de las expectativas, pero también puede dar la sensación de que cuando los gobernantes se dedican a hablar de décimas es porque no tienen cosas más sustanciosas que ofrecer, y esto no es bueno para los fines anteriores.

Puestos a discutir de décimas, a mí me sigue pareciendo algo optimista una previsión de crecimiento del 3% para este año. En esto me veo acompañado por mis colegas de profesión, que en la última encuesta realizada al Panel de Previsiones de FUNCAS siguen dando un 2,7%, la misma cifra de la encuesta anterior realizada dos meses atrás y sólo una décima más que la estimada para 2004 (véanse los gráficos adjuntos). Una aceleración del crecimiento sólo puede sustentarse en una mejora sustancial de la demanda externa neta, ya que es difícil -y desde luego sería suicida a medio plazo- que la demanda interna se acelere por encima del 4,4% que crecía en el tercer trimestre del pasado año. El problema es que asumir que la demanda externa mejore a corto plazo es un buen deseo, pero no una previsión racional.

Ángel Laborda es director de coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros (FUNCAS)

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