El desembarco azteca
México es el país hispanohablante más grande del mundo, con una población de 104 millones de habitantes, según el censo de 2003. Sólo la capital del Estado cuenta con casi 18 millones de personas, una urbe intensa, caótica y de enormes contrastes, entre el cosmopolitismo y la miseria. No debe sorprender, por tanto, la variedad y cantidad de propuestas artísticas que se van a presentar estos días en Madrid.
El Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (Santa Isabel, 52) ha programado cuatro muestras para esta ocasión. Eco. Arte contemporáneo mexicano (del 8 de febrero al 6 de junio), comisariada por Kevin Power y Osvaldo Sánchez, presenta un panorama que abarca los últimos quince años de la plástica azteca. Una exposición que rompe barreras generacionales y genéricas para proponer un recorrido excéntrico a través de setenta obras.
Paralelamente se presentará un ciclo de videoarte mexicano, titulado Declaraciones, que exhibirá 70 piezas en 6 programas (los días 10, 11, 12, 13, 17, 18 y 19 de febrero), muchas de las cuales giran en torno al problema de la identidad.
El museo madrileño acogerá las muestras monográficas de dos artistas, un histórico y uno de los más innovadores. Gabriel Orozco (Jalapa, 1962) presenta en el Palacio de Cristal del parque del Retiro (del 8 de febrero al 18 de abril) unas diez piezas: seis instalaciones y varios objetos, entre los que se cuenta la obra Mesa de ping-pong.
La otra exposición, en el Reina Sofía, está dedicada al escultor estridentista Germán Cueto (México, 1893-1975). Un movimiento que quiso renovar el arte y la literatura después de la Revolución en la segunda década del siglo XX.
La Casa de América (Recoletos, 2) cuenta con los trabajos de otros dos artistas: Carlos Amorales y José Dávila (del 7 de febrero al 27 de marzo), que hará una intervención en la fachada del palacio de Linares dentro del programa de Madrid Abierto que lleva hasta el 27 de febrero a las calles de la capital otros ocho trabajos seleccionados.
La sala Alcalá 31 ha preferido escoger a una serie de creadores visuales de la frontera para sus Tijuana Sessions, exposición comisariada por Taiyana Pimentel y Príamo Lozada (del 8 de febrero al 10 de abril). Este último se encarga también de Dataspace, en el Centro Cultural Conde Duque (Conde Duque, 9), donde, además de las piezas de nueve artistas, se propone un espacio público de debate y encuentro en torno al arte y las nuevas tecnologías. La torre del Canal de Isabel II (Santa Engracia, 125) alberga Iconofagia, una selección de montajes fotográficos realizados a partir de los años cuarenta y hasta la actualidad (del 8 de febrero al 10 de abril).
También se centra en las técnicas manuales la muestra Breve historia contada a mano, de la Red de Arte Joven de la Comunidad de Madrid, con 22 trabajos. El cómic también estará presente en la sala Amadís del Injuve (hasta el 28 de febrero en Ortega y Gasset, 71) a través de ConSecuencias México, con trabajos de dibujantes menores de treinta años junto a piezas de los más veteranos.
La Casa Encendida (Ronda de Valencia, 2) también se suma a este desembarco azteca. Ecología, medioambiente, cultura popular, integración y solidaridad son los lemas de Intervenciones mexicanas, que engloba intervenciones plásticas con performances, conciertos y actos teatrales del 8 de febrero al 10 de abril).
En el otro extremo, el más clásico, se puede encontrar la exposición Monjas coronadas, en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (Alcalá, 13), en la que se reúnen una serie de retratos realizados en la Academia San Carlos de México, una de las instituciones más influyentes en la formación del arte del Nuevo Mundo (desde el 22 de febrero) En el mismo local, la Calcografía Nacional ha enfocado su interés por el paisaje en la muestra Botánicas, que comparten Jan Hendrix y Miguel Ángel Blanco (del 3 de febrero al 24 de abril), dos artistas que toman de la naturaleza los elementos con los que construyen sus obras.
La pintura tiene un lugar relevante entre las exposiciones en torno a Arco. El Instituto de México (Carrera de San Jerónimo, 46) destaca los trabajos de Alfredo Castañeda y su extraño mundo onírico poblado de personajes barbados que reúne bajo el título de Entrar en lo abierto. El Museo de América, a su vez, presenta cuarenta obras de los artistas José Antonio Farrera, José Antonio Platas, Coral Revueltas y Elvira Sarmiento. Pero la pintura ya no se limita al lienzo. Lourdes Grobet ha pintado físicamente el paisaje, primero con colores y después con luz. Una acción que después ha quedado grabada en vídeo con el título de Paisajes pintados.
El trágico atentado del 11
de marzo no ha estado desatendido. José Ismael Rodríguez creará M-12 (Monumento al paraguas), una pieza en memoria de las víctimas en la estación de Atocha, para la que reclama la participación del público donando paraguas que recordarán la multitudinaria manifestación en repulsa del terrorismo.
Algunas galerías de arte se suman a este despliegue. Fernando Pradilla propone Nuevas castas, con nueve creadores de distintas generaciones en torno al tema de la identidad. El Ojo Atómico, un espacio alternativo para el arte, invita a Miguel Ventura en su primera individual en España con una muestra titulada ¿Cómo he de amarte mi pequeñín?
No son mexicanos, pero su estancia en el país norteamericano ha marcado su obra más reciente. Félix Curto (Salamanca, 1967) deja señas del viaje iniciático que realizó por las carreteras fronterizas de México y Estados Unidos el año pasado en ocho fotografías y dos esculturas de luz que exhibe en la galería La Fábrica (Alameda, 9). La andaluza Ángeles Agrela se ha inspirado en los luchadores enmascarados para su exposición Los héroes, en la galería Magda Bellotti (Fúcar, 22, hasta el 26 de febrero).
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