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Arenas cree justificado renunciar a "hacer oposición" del modelo territorial tras el acuerdo Zapatero-Rajoy

Lourdes Lucio

El presidente regional del PP, Javier Arenas, abandonó ayer la tibieza con la que acogió el pasado lunes el principio de acuerdo entre el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el líder del PP, Mariano Rajoy, sobre el debate territorial. En una entrevista en Antena 3 y Onda Cero, Arenas afirmó que estaría "más que justificado" que su partido renunciase a "hacer oposición" sobre este asunto "a cambio del mantenimiento" del acuerdo ya que, a su juicio, "no hay mejor fórmula para contestar a las propuestas independentistas" que el pacto entre las dos grandes formaciones estatales.

Arenas también ve "trasladable" en Andalucía el diálogo, aunque se quejó de recibir "insultos cada vez" que hace una propuesta.

Pero una cosa son las palabras y otra los hechos. El portavoz parlamentario del PP, Antonio Sanz, acusó horas más tarde al PSOE de "obstaculizar" y "dilatar "mediante reuniones secretas con PA e IU" un acuerdo unánime en el Parlamento en contra del plan Ibarretxe, después de que la reunión prevista para hoy entre los cuatro grupos se haya pospuesto para el martes próximo. Sanz dijo a Europa Press que el retraso "siembra dudas sobre la voluntad real de consenso" del presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves. "El señor Sanz sabe exactamente igual que yo que lo que está diciendo es mentira. Hay problemas de agenda, entre otros, los de él. El único que no los tenía era yo", aseguró ayer el portavoz socialista, Manuel Gracia.

"Con los brazos abiertos" y "como agua de mayo" acogió el Gobierno andaluz el acuerdo Zapatero-Rajoy, que también expresó su confianza en que este "mejor clima" cale en Andalucía, según afirmó el portavoz del Ejecutivo, Enrique Cervera. "Me gustaría que el PP se sintiera cómodo, porque el acuerdo abre expectativas importantes", añadió.

Cervera se expresó con ironía sobre el documento del PP sobre el Estatuto. "El Gobierno está encantado" con la propuesta porque "responde al objetivo estratégico" de Manuel Chaves "de lograr un buena reforma del Estatuto" con un apoyo igual o superior al alcanzado en 1981. Dicho esto dijo que la iniciativa del PP es una "aportación modestita", "llena de lugares comunes" y obvios, y a la que es difícil "encontrar un punto sustantivo que no forme parte del discurso común".

De otro lado, PSOE, IU y PA mantienen contactos bilaterales fluidos para presentar enmiendas al paquete legislativo relacionado con el impulso democrático. Los socialistas están dispuestos a rebajar las pensiones para los ex presidentes de la Junta, incrementar las incompatibilidades y dejar fuera de la ley las cesantías para los directores generales de la Administración que se regularían mediante decreto del Gobierno, de forma que la oposición tendría plena libertad de crítica. Esta fórmula la propuso el Ejecutivo al PP, pero la rechazó.

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