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Reportaje:

Mucha tecnología, pero poco uso

España ronda la media europea en equipamiento tecnológico, aunque está en la cola en utilización

Ramón Muñoz

En los hogares españoles hay prácticamente los mismos ordenadores personales (PC) que en los europeos. Pero no hace falta recurrir a ninguna encuesta para saber que, en la mayor parte de los casos, su uso es muy primario: procesador de textos, navegación ociosa por Internet, juegos, o archivador de documentos. Esta infrautilización no es exclusiva de los equipos informáticos. En general, tanto los ciudadanos como las empresas españolas cada vez adquieren más tecnología, acercándose a la media europea en equipamiento e incluso superándola en algunos casos, pero siguen sin utilizarla.

Esta percepción de que tenemos muchos aparatos pero apenas sabemos utilizarlos coincide con la principal conclusión del último estudio "Métrica de la Sociedad de la Información", correspondiente al año 2003, realizado por el Ministerio de Industria y la Asociación de Empresas de Electrónica, Tecnologías de la Información y Telecomunicaciones (Aetic), la patronal del sector.

Tenemos un 75,7% más de cajeros que la media de la UE pero menos transacciones
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Los españoles se gastan cada vez más en tecnologías de la información (394 euros al año por habitante), y aunque todavía estamos lejos de la media europea (el 56,5% sobre la UE), nos acercamos a pasos agigantados, ya que en el último año al que se refiere la estadística hemos recortado 10 puntos.

Es más, en algunos casos estamos muy por encima de la media e incluso a la cabeza. El caso más revelador es el de los cajeros automáticos. La costumbre de disponer de dinero en metálico para pagar en efectivo y el interés de bancos y cajas en ahorrar gastos de personal ha sembrado España de cajeros, un 75,7% más que la media europea y el doble, por ejemplo, que en Alemania.

Sin embargo, el número de transacciones que se realizan en los mismos es menor que en el conjunto de la UE, porque casi la única utilidad que se les encuentra es la de sacar dinero. Estrechamente ligado a este comportamiento, está el de las tarjetas de crédito: el número de tarjetas que se emiten por habitantes es un 27,8% superior en España que en la UE, pero el número de operaciones que se realizan con ellas es menos de la mitad que en Europa. Lo mismo ocurre con los terminales de punto de venta, ya que las tiendas españolas son las mejor equipadas para el pago con tarjeta, pero esa costumbre no acaba de arraigar entre el consumidor.

El teléfono móvil también es otro caso sintomático de esa pereza tecnológica del usuario español. Con casi 38 millones de abonados, el 90% de la población, España no tiene nada que envidiar en el concierto europeo. Pero los completos terminales multimedia apenas sirven para hablar y enviar mensajes de textos (sms). Baste decir que, pese a haber ya siete millones de aparatos terminales con cámara, apenas se remiten 100.000 mensajes multimedia al mes (fundamentalmente envío de fotos), cuando el número de sms, alcanza los 1.000 millones mensuales, según la patronal Aseam.

Las razones de ese desinterés no están claras. Ramón Palacio, director general de Red.es, el organismo público encargado de implantar la Sociedad de la Información, cree que tiene mucho que ver con que España sea "un país extrovertido", en el que se asumen rápidamente las tecnologías que nos ayudan a desarrollar nuestra faceta social como el móvil, el DVD, las agendas electrónicas (PDA) o las consolas de videojuegos, pero no otras que tienen que ver más con la formación o los procesos productivos.

"Hemos introducido en nuestras vidas, tanto en empresas como particulares, tecnologías de exterior que facilitan y mejoran las relaciones sociales, pero no aquellas otras que en la Sociedad de la Información y el conocimiento mejoran la productividad y la competitividad porque agilizan los procesos y reducen costes", dice Palacio.

Ésa puede que sea la razón de que estemos en el pelotón de cabeza en Europa en DVD -ya supera el 50% de los hogares-, Cine en Casa (Home Cinema), cámaras digitales o consolas de videojuegos. Sin embargo, el equipamiento es más modesto cuando se refiere a las tecnologías de la información y la comunicación (TIC).

Según la tercera oleada de datos sobre demanda de nuevas tecnologías, correspondiente al primer trimestre de este año, el 34,7% de los hogares españoles disponen de tres o cuatro servicios de TIC (teléfono fijo, móvil, Internet y televisión de pago).

"El precio de los servicios no es un elemento decisivo en lo que está ocurriendo", argumenta Palacio, que recuerda que el móvil se puede considerar caro y tiene una elevada penetración mientras que el acceso a Internet, que es relativamente barato, no tiene la misma aceptación, ya que sólo el 28% de los hogares tienen acceso a Internet frente a una media del 39% en la UE.

Por el contrario, en el mundo de la empresa el panorama es bastante descorazonador. Casi la totalidad de ellas (96,5%) tiene ordenadores, y el 87,4% está conectada a Internet, pero sólo el 1,7% de ellas la utiliza para vender, según un estudio del Instituto Nacional de Estadística (INE) y de la Asociación de Comercio Electrónico (AECE).

Las soluciones a este déficit tecnológico no son fáciles. El Gobierno pone énfasis en dos: la dotación de infraestructuras de telecomunicaciones (banda ancha, telefonía móvil de tercera generación y televisión digital terrestre, entre otras) y campañas masivas de información y concienciación como la de "Todos.es", recientemente puesta en marcha y que ha visitado 350 localidades, tratando de acercar Internet a los ciudadanos con menos posibilidades.

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Sobre la firma

Ramón Muñoz
Es periodista de la sección de Economía, especializado en Telecomunicaciones y Transporte. Ha desarrollado su carrera en varios medios como Europa Press, El Mundo y ahora EL PAÍS. Es también autor del libro 'España, destino Tercer Mundo'.

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