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Santiago Díaz cede sus acciones del Racing al Gobierno de Cantabria

El Racing de Santander cambió ayer de propietarios. Tras años de peticiones y amenazas de abandono, el empresario Santiago Díaz ha terminado por deshacerse del club mediante la cesión del 53% de las acciones que poseía al Gobierno de Cantabria. Se trata de una solución puente, a la espera de la llegada de un grupo de inversores, mexicanos o montañeses, y que, en principio, no le costará nada al Ejecutivo. "Ni hemos puesto ni vamos a poner un euro en el Racing", afirmó Ángel Agudo, consejero de Economía y Hacienda.

Sin embargo, con la acción emprendida, el Gobierno cántabro se compromete a avalar un préstamo participativo de 6,7 millones de euros que evita que el Racing incurra en causa legal de disolución. La medida obedece a que en las anteriores ampliaciones de capital del club blanquiverde sólo la familia Díaz había respondido positivamente, pero llegando a perder siete millones de euros en las repetidas operaciones de compra y venta de acciones.

Desde hace ocho años, cuando se convirtió en sociedad anónima deportiva, el Racing ha acusado a la Administración Pública y a las entidades crediticias cántabras de no darle apoyo y de ahogar su única opción de futuro: construir un centro de ocio en el estadio de El Sardinero, a lo que se negó el Ejecutivo.

Díaz incluso ha hecho público que el anterior equipo gubernamental le jugó una mala pasada con el Club de Balonmano Cantabria, al que dijo que apoyaría a cambio de ayudas institucionales favorables. No obstante, en dos temporadas, el Racing tuvo que abonar más de dos millones de euros a fondo perdido.

33 millones en deudas

Mediante operaciones de este tipo, la deuda del Racing roza los 33 millones de euros, una de las más pequeñas de los clubes profesionales españoles, pero también una de las más acuciantes.

Con el Consejo de Administración de ayer, el Gobierno de Cantabria, a través de la sociedad Cantur, controla el 61% de las acciones del club, puesto que con la llegada del estadounidense de origen ucraniano Dimitri Piterman, hace dos años, ya entró a formar parte de su propiedad.

Como accionista mayoritario, el Ejecutivo ya ha explicado que su mandato provisional va a girar en torno a un consejo de sabios. Se da la circunstancia de que la coalición entre el PSOE y el Partido Regionalista de Cantabria (PRC), que gobierna la comunidad, va a ceder la presidencia a Manuel Huerta, antiguo presidente del club y ex alcalde (PP). Todo un encaje de bolillos para tratar de involucrar al conjunto de la sociedad cántabra y evitar que el Racing desaparezca.

Con la nueva dirección se espera recuperar el rumbo financiero y mantener el deportivo, aunque el aval del Gobierno tiene la fecha de caducidad de seis meses y sólo se trata de un puntal para evitar la disolución. Si los inversores no aparecen en este plazo, el Racing pasaría a una situación crítica y a una más que probable desaparición.

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