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Síntomas del mayor maltratado

Tereixa Constenla

No es fácil detectar el maltrato entre los ancianos, reacios a denunciar a quienes abusan de ellos porque, en la mayoría de los casos, son también sus cuidadores. Una actitud vigilante de los médicos de familia, a veces el único contacto con el exterior para las víctimas, puede ayudar a descubrir episodios de violencia familiar sobre personas en las que se agranda su vulnerabilidad conforme pasan los años.

La violencia hacia los mayores no es nueva, pero su frecuencia sí. Los expertos achacan su actual incidencia a cambios sociales y de valores. "Está en alza lo joven, lo bello, lo metrosexual; el mayor no entiende, es pesado, es feo", describe el médico de familia Juan Manuel Espinosa Almendro.

Caídas repetitivas, depresiones, intoxicaciones farmacológicas, suciedad, desnutrición o una deshidratación injustificable pueden indicar un caso de maltrato, explicó Espinosa a los 13 médicos de atención primaria que participaron en un taller para aprender a detectar malos tratos a ancianos. "No podemos presuponer nunca nada, pero tendremos que averiguarlo", incidió la trabajadora social María Luz Burgos Varo, antes de recordar que los médicos están obligados "siempre" a redactar un parte de lesiones con o sin aquiescencia del paciente para remitirlo a la Fiscalía.

Tanto Burgos como Espinosa trabajan en el barrio malagueño de El Palo. Junto al grupo de atención al mayor de la Sociedad Andaluza de Medicina Familiar y Comunitaria han elaborado la publicación Malos tratos a las personas mayores, una guía para que los facultativos aprendan a detectar el maltrato y a manejar una situación similar.

Algunos estudios sostienen que entre el 4% y el 5% de los mayores de 65 años sufren algún tipo de violencia, si bien la ministra de Sanidad, Elena Salgado, rebajó ayer a la categoría de "estimaciones" las cifras aportadas el martes por la Samfyc, que cuantificó en 300.000 la cifra de ancianos maltratados en España. Un maltrato que puede ser familiar o institucional si el anciano vive en una residencia.

Un maltrato que puede diferenciarse entre las negligencias, que representan la mitad de los casos de violencia a los mayores, y los abusos físicos. "Es un problema viejo y nuevo a la vez, no damos fórmulas mágicas, pero tenemos que saber que existe", indicó. El facultativo considera que es un fenómeno poco diagnosticado: "No lo vemos ni lo queremos ver". La solución requiere numerosos recursos y la coordinación entre el sistema social y el sanitario, añade María Luz Burgos.

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Sobre la firma

Tereixa Constenla
Corresponsal de EL PAÍS en Portugal desde julio de 2021. En los últimos años ha sido jefa de sección en Cultura, redactora en Babelia y reportera de temas sociales en Andalucía en EL PAÍS y en el diario IDEAL. Es autora de 'Cuaderno de urgencias', un libro de amor y duelo, y 'Abril es un país', sobre la Revolución de los Claveles.

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