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España pierde apoyos para el futuro reparto de los fondos comunitarios

Madrid logra, en cambio, imponer sus tesis para la próxima cumbre europea

Carlos Yárnoz

La batalla para pactar las perspectivas financieras (2007-2013) de la UE ha registrado nuevas escaramuzas en el Consejo de Ministros de Finanzas (Ecofin) de ayer, de las que España no ha salido bien parada. En cambio, ha impuesto sus tesis para la cumbre de los días 16 y 17. Al hilo de la cita ministerial, al menos dos países (Estonia y Malta) se han descolgado del grupo liderado por España para defender los intereses de los receptores de fondos, mientras el bloque de los países ricos ha visto crecer sus efectivos y, de paso, ha hecho propuestas muy perjudiciales para las regiones españolas.

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La larga batalla se inició en diciembre pasado, cuando los seis países que más aportan a las arcas comunitarias (Francia, Alemania, Reino Unido, Austria, Holanda y Suecia) exigieron que los presupuestos de la UE no superaran el 1% del PIB comunitario. La Comisión propuso después que ese porcentaje llegara al 1,24%. Para rebajar la cifra, los citados países han defendido continuamente que las ayudas regionales y del Fondo de Cohesión (España percibe en este periodo unos 8.000 millones anuales) deben concentrarse, casi en exclusiva, en los 10 países que acaban de incorporarse a la UE el pasado 1 de mayo.

Con ese planteamiento de los países ricos, quedaría escaso margen para que España lograra su objetivo en esta negociación: amplios y generosos periodos de transición para las regiones españolas, que dejarán de ser las más beneficiadas en el reparto por superar el 75% de renta media comunitaria por habitante (límite para las regiones Objetivo 1).

Propuesta española

A finales de octubre, España propuso a Portugal y a Grecia formar un grupo al que también se incorporarían los 10 nuevos socios de la UE y, a modo de observadores, Italia, Irlanda y Bélgica. El grupo ha tenido ya tres reuniones. La última, el viernes pasado en Varsovia. Ayer, fuentes oficiales informaron de que Estonia y Malta se habían descolgado y que el grupo de los ricos ya estaba formado "por 8 o 10" países.

Pese a las deserciones, el grupo de España difundió un comunicado muy genérico en el que se destacan "los resultados positivos" de la política de cohesión de la UE y se indica que los esfuerzos financieros deben ser distribuidos "entre todos los Estados miembros de acuerdo con el principio de solidaridad". Anoche,las fuentes oficiales españolas desconocían cuáles eran los países que habían suscrito el comunicado. La terminología en este terreno es importante. España insiste en esta batalla en que los tres conceptos básicos a la hora de pactar las perspectivas financieras son "solidaridad" (para todos, no sólo para los nuevos socios), "gradualidad" (periodos transitorios amplios) y "suficiencia" (en dinero). No eran esos los conceptos incluidos en el proyecto de conclusiones para la próxima cumbre en el capítulo sobre perspectivas financieras, que decía: "La solidaridad debiera ser la guía principal para la distribución de los fondos de cohesión; a este respecto, la específica necesidad de los nuevos Estados miembros de converger al adecuado nivel europeo es bien conocida".

Se sostenían así las tesis de los países ricos. El texto, aún en negociación, ha sido modificado. Se han eliminado ambas frases y se incluye ya la filosofía española de forma que, tras hacer referencia a los principios de "subsidiariedad, proporcionalidad y solidaridad", se añade: "En una Europa ampliada, el esfuerzo principal de la política estructural debe estar dirigido a reducir disparidades en los niveles de desarrollo, con especial atención a las áreas menos prósperas de la Unión".

Pero en esta guerra de guerrillas se abren y se cierran frentes continuamente. En los debates entre los ministros de Finanzas, los titulares de Reino Unido, Suecia y Holanda llegaron a mencionar la posibilidad de cambiar las reglas de juego, de forma que las ayudas para la cohesión no vayan especialmente a las regiones con una renta por habitante inferior al 75% de la media, sino a los países con renta inferior a ese porcentaje. Así, España no perdería ya el 30% de las ayudas que dejará de percibir si se aplica el proyecto de la Comisión (que sí prevé periodos transitorios para las regiones, pero no para el Fondo de Cohesión), sino que prácticamente perdería la totalidad de esas ayudas. El ministro Pedro Solbes rechazó ayer de plano esa hipótesis, afirmó que las posiciones divergentes "están al 50% en cada lado" y recordó que quedan meses para negociar.

Pedro Solbes (a la izquierda) conversa con su homólogo belga, Didier Reynders, al inicio de la reunión en Bruselas.
Pedro Solbes (a la izquierda) conversa con su homólogo belga, Didier Reynders, al inicio de la reunión en Bruselas.EFE

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Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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