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Fomento construirá un puente sobre la A-2 que unirá los distritos de Canillejas y Barajas

El ministerio anuncia que será necesario rebajar 900 metros de la carretera de Barcelona

Vicente G. Olaya

Veinte meses durarán, según los cálculos del Ministerio de Fomento, las obras de construcción del puente que unirá la avenida de Logroño (Barajas) con la calle de Alcalá (San Blas). El puente, que se elevará sobre la carretera de Barcelona (A-2), obligará a "deprimir la rasante" [hundir] de la autovía "en una longitud de 900 metros", entre los puntos kilométricos 5,300 y 6,200. Según los datos de Tráfico, más de 134.000 vehículos atraviesan cada día este punto de la autopista. Por otra parte, Fomento también anuncia una nueva conexión entre la M-40 y la A-6, que cada día sufre atascos kilométricos.

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El proyecto de construir un puente que una la avenida de Logroño y el final de la calle de Alcalá no es nuevo. Fue diseñado, por primera vez, en 1985 por el ingeniero municipal José María Paz Casañé, pero no fue hasta 1989 cuando el entonces alcalde, José María Álvarez del Manzano, del Partido Popular, firmó el convenio para la construcción del puente con el Ministerio de Transportes [ahora de Fomento] y la Comunidad de Madrid.

Las obras fueron adjudicadas a la empresa José Castro Matelo, que inició los trabajos en 1994. Pero ese mismo año, el entonces concejal de San Blas-Canillejas, Isaac Ramos, paralizó las obras por los "problemas técnicos" -"proximidad con las casas, zanjas sin tapar, escombros descontrolados", dijo- que la infraestructura iba previsiblemente a originar en el entorno. De esta manera, el proyecto municipal quedó congelado 10 años, los pilotes ya construidos fueron desmontados y ambos barrios siguieron así sufriendo los actuales problemas de conexión.

Pero ahora, el Ministerio de Fomento ha rescatado la idea y ha adjudicado las obras a la empresa Fernández Constructor, SA, con un presupuesto superior a los 12 millones de euros. La constructora tiene un plazo de ejecución de la infraestructura de 20 meses.

Puntos conflictivos

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El Ministerio de Fomento explica que las actuales conexiones entre Alcalá y Logroño son "puntos conflictivos", ya que ambas calles sólo están unidas por un estrecho puente de un carril por sentido que suele estar siempre atascado en las horas punta. El actual puente tiene un ceda el paso y es transitado, además de por los autobuses de la EMT que unen ambos barrios (San Blas y Barajas), por los camiones de gran tonelaje que transportan mercancías hacia el polígono industrial de Canillejas.

Pero como la avenida de Logroño y la calle de Alcalá están al mismo nivel que la carretera A-2, Fomento ha decidido "deprimir" ésta con el fin de cruzarla con el citado puente, que en sus extremos estará rematado por amplias glorietas con el fin de "minimizar el impacto en el entorno urbano".

La A-2 está actualmente flanqueada por sendas vías de servicio a ambos lados de la autopista y que sirven para que los vecinos de los barrios aleñados (Alameda de Osuna, Piovera, Ciudad Pegaso, Las Mercedes...) puedan incorporarse a la A-2. Estas vías de servicio, según Fomento, también van a ser reformadas y ampliadas entre el nudo de Eisenhower y la calle de Arturo Soria.

Por otra parte, Fomento también ha decidido reformar la actual conexión entre la M-40 y la carretera de A Coruña (A-6), ya que es "actualmente uno de los mayores puntos de congestión de la autovía". El ministerio recuerda que "los trenzados que se producen en la calzada en sentido hacia Madrid de los vehículos que se dirigen a la M-40 procedentes de la carretera de El Plantío provocan retenciones en la calzada que, en ocasiones, alcanza varios kilómetros de longitud. Este colapso repercute en los tres carriles de circulación", admite el ministerio, punto por el que pasan cada día unos 170.000 vehículos.

Según Fomento, "con la remodelación de este enlace se resolverán todos estos conflictos de congestión. Además, se conseguirá dar opción a que los vehículos procedentes del norte de la M-40 por la calzada exterior puedan acceder al Bus-VAO en dirección A Coruña".

Actualmente, al carril destinado a los "vehículos de alta ocupación" (dos o más ocupantes) sólo se puede acceder desde Madrid a la altura de la M-30, por lo que todos los vehículos que se incorporen a la A-6 después de este punto tienen vetada su entrada en el Bus-VAO aunque lleven más de dos ocupantes o sean autobuses.

Según Fomento, "la proliferación de puntos de decisión [desvíos e incorporaciones] en este tramo y en muy poca distancia, como son la salida a la vía de servicio, el acceso a la gasolinera y la separación de la M-40, crean una zona conflictiva y potencialmente peligrosa que es necesario solucionar".

El ministerio está convencido de que con las obras proyectadas se conseguirá "una mayor capacidad de la calzada y un mejor aprovechamiento del Bus-VAO".

La licitación de estas obras fue publicada el pasado 24 de noviembre en el Boletín Oficial de la Comunidad. Tienen un presupuesto de licitación de 385.000 euros y su plazo de ejecución será de 10 meses.

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Sobre la firma

Vicente G. Olaya
Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.

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