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La junta del Santander ratifica la compra de Abbey por 13.467 millones

El banco coloca a su actual 'número tres', Gómez Roldán, al frente de la entidad británica

Íñigo de Barrón

Botín tuvo que escuchar a varios accionistas críticos por los dos casos judiciales que tiene abiertos. "Las causas pendientes con la justicia no afectan para nada a la marcha del banco", afirmó en el Palacio de Congresos de Santander. Ése fue el escenario del último trámite legal para que Abbey National pertenezca al Santander a partir del 12 de noviembre.

La junta extraordinaria del Santander, bajo fuertes medidas de seguridad, contó con más de 14.000 accionistas que votaron a través de sistemas electrónicos y 2.013 personas presentes en la sala, sobre todo empleados de la primera entidad española. Terry Burns, presidente de Abbey, y Luqman Arnold, consejero delegado, así como el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, fueron invitados de lujo. Entre las ausencias destacadas, George Matthewson, presidente del Royal Bank of Scotland y consejero del Santander, probablemente para evitar problemas con el Tribunal de la Competencia.

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La entidad emitirá 1.511 millones de nuevas acciones a un precio de 8,44 euros, que es el cierre del miércoles, el día anterior a la junta, como estaba estipulado. Los títulos del Santander subieron ayer un 1,18%, hasta 8,54 euros. Abbey avanzó un 0,82% en Londres.

La operación tiene un coste de 12.800 millones para el banco español, al que hay que añadir 667 millones que desembolsará en dividendos para los accionistas de Abbey. En total, el coste para el Santander es de 13.467 millones. El banco español entregará 100 acciones a cada uno de los 27.000 empleados de Abbey. "Para que se integren en nuestra organización", dijo Botín. Además, la entidad ha aprobado un plan para recomprar hasta el 4% de su capital para evitar una caída brusca del valor. "Todavía no hemos comprado casi ninguna acción por la fuerte demanda que ha habido", aclaró.

Cotizar en Londres

El Santander cotizará en Londres en seis meses y repartirá los futuros dividendos en peniques. La compra de Abbey, que perdió 1.054 millones de euros en 2003, supondrá reducir el beneficio por acción del Santander en 2004, 2005 y, probablemente, 2006. A partir de esa fecha, aportará beneficios al banco cántabro.

Botín no escatimó halagos para la operación. Con esta adquisición, el Santander se adelanta de nuevo, como ya sucedió en 1999 "con la primera operación bancaria tras la llegada del euro", dijo recordando la fusión del Santander y el Central Hispano. "Y nos aporta más capacidad de crecimiento", añadió. Sin hacer referencia a la caída de la cotización tras el anuncio de esta adquisición, Botín afirmó que el grupo no cerrará ninguna de las 741 oficinas de Abbey, pero que se despedirá a 3.000 de los 27.000 empleados que tiene ahora la entidad británica.

El Santander deberá sacrificar a su actual número tres, Francisco Gómez Roldán, que será consejero delegado de Abbey. Este veterano ejecutivo comenzó su carrera profesional en 1978 en el Banco Vizcaya y ha pasado por Banca Catalana, el BBV, el BBVA, Argentaria, Banesto y el Santander. Se mantendrá a Burns como presidente -no ejecutivo- del consejo, mientras que Arnold será asesor no ejecutivo hasta junio de 2005. Arnold cobrará 5,25 millones de euros por lograr vender Abbey, como tenía estipulado en su contrato cuando fue fichado hace dos años. Botín confirmó este extremo, aunque aclaró que es "un acuerdo que cerró con el consejo de Abbey".

Durante el anuncio de la compra, el grupo comentó que el equipo de gestión sería británico, pero Botín afirmó: "Prefiero un crack de la casa". "Espero que transforme el banco en 18 meses o dos años a lo sumo", retó a Gómez Roldán. El nombramiento de un financiero demuestra que es prioritario poner en orden el enorme balance de Abbey, con 267.000 millones de euros de activos. Para sustituir a Roldán la entidad ha reestructurado su división financiera.

Botín hizo gala de no haber tenido que desembolsar efectivo para hacerse con Abbey: "Hemos pagado con papel del Santander y eso no se ha hecho todavía nunca en la eurozona". Si bien, con dimensiones diferentes, el Popular adquirió hace meses un banco portugués, el BCN, con sus acciones.

Botín anunció el nombramiento de su hijo Javier como consejero, que ocupa el puesto de su hermano Jaime Botín, que dejó la entidad antes de aprobar la compra de Abbey. Botín no pronunció palabras de agradecimiento al papel de su hermano y se limitó a decir que "ha contribuido de manera muy destacada" al banco.

Francisco Gómez Roldán (izquierda) y Emilio Botín, en la junta extraordinaria de accionistas. 

/ EFE
Francisco Gómez Roldán (izquierda) y Emilio Botín, en la junta extraordinaria de accionistas. / EFEPABLO HOJAS

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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