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El orujillo, fuente de electricidad

Los residuos procedentes de la extracción del aceite de oliva han sido objeto en los últimos años de numerosas investigaciones para su aprovechamiento y reciclado. Con estos trabajos se ha puesto fin al calvario que en cada campaña oleícola suponía el vertido a cauces públicos del alpechín, que es el agua de vegetación de la aceituna que queda después de la extracción y decantación del aceite.

La evolución de los sistemas de extracción ha aportado nuevos residuos que, en el caso del sistema continuo de extracción de dos fases, se denominan alperujos (alpechín más orujo). El alperujo se emplea como combustible y un ejemplo claro es la Central Térmica de Baena (Córdoba).

Uno de los proyectos más ambiciosos es la planta de la biomasa que la firma Energía La Loma tiene en Villanueva del Arzobispo (Jaén). La central, de última tecnología y con avanzados sistemas para su óptima explotación, exporta a la red distribuidora de electricidad más de 113 gigavatios hora al año, gracias a sus 16 megavatios de potencia total instalada, lo que supone un consumo equivalente al de una población de 30.000 habitantes. La planta utiliza como combustible, para la generación de la electricidad, el orujillo, que es el desechos de la parte sólida de la aceituna, una vez que el orujo proveniente de las almazaras de aceite de oliva ha servido para obtener el aceite de orujo gracias a determinados procesos químicos.

El proceso de producción de la central se concibe como un ciclo energético de vapor. Este vapor se genera en una caldera y, a su paso por una turbina acoplada a un generador, proporciona la energía eléctrica. El ciclo se cierra condensando el vapor mediante aerocondensadores, reduciendo así considerablemente el consumo de agua. La planta contribuye a la eliminación de los excedentes del orujillo de forma controlada y limpia, aportando una solución a importantes problemas medioambientales de la zona en que está emplazada.

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