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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Imposible Irak

La situación en Irak es tan desesperada que difícilmente la conferencia internacional que se celebrará en El Cairo a mediados de octubre podrá resolver nada. Con el anuncio de esta reunión por parte de Egipto, la Administración de Bush intenta recuperar al menos la iniciativa diplomática. El proyecto resultaría razonable si se llevara a cabo con seriedad y amplitud de miras. Pero a nadie se le puede escapar que la urgencia de la Administración de Bush para celebrarla en octubre está vinculada a sus propias elecciones del 2 de noviembre. Está por ver cómo se acoge la petición francesa de que en ella participen todas las fuerzas presentes en Irak, incluidos los insurgentes, y que sobre la mesa se ponga la retirada militar de EE UU.

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La agenda de la conferencia, en la que participarían los miembros del G 8 y los vecinos de Irak, se limitará, según el anuncio oficial egipcio, a "un punto único": debatir si es posible celebrar elecciones en Irak en enero, como está previsto. Ese punto lo comprende casi todo: la violencia no sólo no cesa, sino que, según Colin Powell, "empeora" porque los resistentes están "decididos a perturbar las elecciones"; y Donald Rumsfeld considera que podrían celebrarse en varias jornadas y sólo donde sea posible, pues ya se sabe que "nada es perfecto".

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Efectivamente, nada lo es, incluyendo la manera como EE UU está llevando la supuesta estabilización de Irak, según ha quedado patente con la detención, por colaborar con los insurgentes, del general Al Lahibi, nombrado una semana antes para hacerse cargo en la provincia de Diyala de la Guardia Nacional iraquí, esencial en la pacificación. Realmente, EE UU no puede fiarse de casi nadie en el país ocupado de facto aunque ya no de jure. Pero tampoco sus constantes bombardeos, como los de ayer con renovada violencia sobre Ciudad Sáder en Bagdad, resuelven nada frente a la violencia creciente de resistentes y terroristas. La Administración de Bush no ha logrado el apoyo en tropas que esperaba de varios países árabes. Será difícil que una conferencia invierta esta situación. Todos esperarán, para fijar su posición, a conocer el resultado del 2 de noviembre.

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