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Entrevista:JAUME COLL | Director del Museo Nacional de Cerámica González Martí

"España no ha valorado la cerámica valenciana"

Miquel Alberola

Pregunta

. Usted se formó en la arqueología, ¿el arqueólogo tiene una mirada distinta a la del resto de la humanidad?

Respuesta. Tiene una visión diferente a la que espera la gente normal. La gente normal ve comodidad, beneficio... cosas que al arqueólogo, como científico que vive un poco en las nubes, no le parecen un valor inmediato sino una cuestión a largo plazo.

P. ¿Qué le llevó ahí?

R. El interés por aproximarse a cosas que están oscuras, escondidas. Me aficioné muy jovencito y me incorporé como colaborador en un museo.

P. Dicen que de niño ya publicaba sus trabajos.

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R. La primera publicación la hice a los 14 años. Era un estudio sobre tejas pintadas y se presentó al Congreso Nacional de Etnología. No era arqueología pura y dura, pero tenía ese componente de misterio. Se decía que lo habían hecho los moros y no era cierto.

P. ¿Por qué siempre se atribuye todo lo antiguo a los moros?

R. La gente funciona en esa mecánica de remitirlo todo a unos individuos que vivieron en tiempo inmemorial, y en nuestra sociedad curiosamente son los moros. Es un mito.

P. Usted hizo la tesis sobre los monumentos funerarios talayóticos. ¿La muerte suministra más información que la vida?

R. Sí. Los yacimientos de habitación sólo te dan instantáneas incompletas porque están sometidos a cambios continuos, sin embargo los cementerios son un lugar sagrado que se cierra y permanece una instantánea muy viva de los ritos y de las claves simbólicas sociales del individuo inhumado.

P. ¿Una cultura aplasta siempre a la otra o se producen transferencias?

R. Se producen, pero quedan disimuladas por los procesos de tensión entre los grupos humanos. Hay un ejemplo interesante. Cuando los aragoneses conquistaron Valencia la cultura cerámica de la ciudad era riquísima comparada con la que traían los catalanes. Pero desapareció, y hasta 60 años después no renació, cuando los musulmanes pudieron demostrar que era un valor interesante.

P. ¿Usted excava todavía o el museo le absorbe?

R. El museo absorbe mucho, pero aún hago excavaciones. Pero tan importante como excavar es investigar las piezas que se van encontrando. Excavo bien por cuestiones relacionadas con el museo o en Manises, donde tratamos de indentificar las series que se han producido, de las que hay muy poca información. En realidad, aunque pensamos que lo sabemos todo de la cerámica de Manises, no tenemos ni idea. Los estudios más interesantes sobre Manises los han hecho extranjeros. Es un contrasentido: la cerámica valenciana marcó la pauta en Europa durante dos siglos y en España no se ha valorado. Todas las grandes piezas de la producción valenciana de ese momento se encuentran fuera de España.

P. ¿Es cierto que le gusta meterse por las cuevas?

R. Claro.

P. ¿Y qué busca?

R. Aparte de la diversión deportiva tienen misterio y te encuentras cosas interesantes. Las cuevas han sido el refugio de la humanidad, y han sido lugares sagrados de enterramiento.

P. No le interesa sólo el subsuelo: dicen que usted es una autoridad en vino y aceite.

R. Me gustan, sí. Pero en vinos hoy en día lo es cualquiera que quiera vivir un poco bien. En mi caso, yo no diría tanto una autoridad. Con el aceite sí tengo un instinto un poco especial, pero porque he corrido mucho mundo y además mis padres tienen una almazara. Allí lo pruebas y, claro, vas haciendo un poco de paladar.

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Sobre la firma

Miquel Alberola
Forma parte de la redacción de EL PAÍS desde 1995, en la que, entre otros cometidos, ha sido corresponsal en el Congreso de los Diputados, el Senado y la Casa del Rey en los años de congestión institucional y moción de censura. Fue delegado del periódico en la Comunidad Valenciana y, antes, subdirector del semanario El Temps.

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