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Reportaje:

Kaláshnikov en venta libre

El lunes expira la ley que prohibió durante 10 años la fabricación y venta de armas de asalto en EE UU

En 1993, un individuo desequilibrado entró en un edificio de San Francisco armado con un Colt 45 y dos Luger TEC-9 semiautomáticas. Las armas eran tan eficaces, rápidas y fáciles de disparar que dejó ocho cadáveres y seis heridos en unos pocos segundos. Ese incidente y alguno más impulsaron una ley que prohibió la fabricación y venta en EE UU de unos 20 modelos de armas de asalto, las de mayor capacidad.

Pasado mañana, cualquier ciudadano podrá entrar en una armería en buena parte de EE UU y comprar esas armas hoy prohibidas, como los Uzis israelíes o los kaláshnikov rusos. La ley expira el lunes. Las presiones de la Asociación Nacional del Rifle (NRA) han logrado que el Congreso deje caducar la única ley que ponía límites a la compraventa en un país que tiene más de 200 millones de armas en circulación.

Bill Clinton sólo consiguió aprobar la ley en 1994 con la promesa de volver a someterla a votación diez años después, pero la apretada situación electoral en la que ahora se mueven demócratas y republicanos ha permitido el triunfo de la NRA. El presidente Bush ha dicho en público que era partidario de renovar la prohibición, pero no ha movido un dedo por impulsar esa postura entre los republicanos del Capitolio. Su contrincante, John Kerry, votó como senador a favor de la prohibición y era partidario de mantenerla, pero se deja fotografiar alegremente con rifles en las manos y repite constantemente lo mucho que le gusta tener armas y poder cazar.

Ahora, los amantes del gatillo disfrutan de lo que ellos consideran un ejercicio de libertad: poder comprar el lunes armas diseñadas para uso militar. Los fabricantes de la compañía Beretta USA Corp. aceptan pedidos desde hace semanas y regalan un cupón con dos cargadores gratis a quienes han reservado ya alguna de las armas. Otros fabricantes preparan modelos especiales que pueden plegarse, es decir, ocultarse con mayor facilidad. "Tienen cargadores de gran capacidad y disparan rápido. No se usan para cazar. Son armas para asesinar", decía esta semana el jefe de la policía de Los Ángeles, que intentó evitar el vencimiento de la ley.

Una página de Internet que incluye un contador con los segundos que faltan para que venza la ley cita, entre otras, la siguiente razón para lanzarse a comprarlas: "Tras el 11-S, los americanos prudentes tienen que entender que tenemos que estar preparados para defendernos, defender a nuestras familias. Una persona armada con un rifle militar proporciona un efecto disuasorio y, si es necesario, una defensa efectiva".

Dos vendedores muestran sus artículos en una tienda de rifles de Nebraska.
Dos vendedores muestran sus artículos en una tienda de rifles de Nebraska.BERNARDO PÉREZ

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