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Fiesta en el salón Mozart

Sylvia García, la directora del club Pozuelo, considera que Patricia está dotada con un "don" y sus amigas destacan su entrega

Las calles cercanas al Ayuntamiento de Pozuelo (Madrid), sitiadas por barreras rojas, aguardaban el encierro de esta mañana. En la localidad madrileña están de fiestas, pero la de anoche tenía una única y especial protagonista: Patricia Moreno.

Frente al hotel Pozuelo dos niñas menudas bailan sobre el césped y agitan una bandera de España. Son parte del nutrido grupo que se reunió ayer en el salón Mozart para seguir la final de suelo disputada en Atenas. Belén García, de 12 años, es compañera de Patricia en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid (CAR) donde vive Patricia. "Es muy buena amiga y siempre nos anima cuando nos cansamos o un ejercicio no nos sale bien", cuenta con los ojos muy brillantes.

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El milagro de Patricia

Sylvia García, directora técnica y entrenadora del Club de Gimnasia Artística de Pozuelo, asiente y puntualiza: "Es muy constante y ésa es la mejor de sus virtudes". García conoce a Patricia muy bien: "Cuando tenía unos 12 años, sus padres hablaron conmigo para que la entrenáramos en Pozuelo. Pero, dado su gran nivel, les recomendé que la mejor opción era que lo hiciese en el CAR, donde lo hacían sus compañeras de equipo".

Desde entonces, Patricia se entrena mañana y tarde. El tiempo que le queda lo dedica a sus estudios de 4º curso de la ESO. Algo a lo que pone tanto empeño como a la gimnasia. De mayor, quiere ser entrenadora o traumatóloga. "Este año no ha podido dedicarse a los estudios tanto como quisiera porque los Juegos eran su prioridad, pero siempre ha ido a año por curso", explica orgullosa su madre, María José Sánchez. "Es una niña muy cariñosa, sincera y una luchadora nata", explica por teléfono mientras espera en el pabellón ateniense "para darle un beso". Su marido, Fernando Moreno, le ha pasado el móvil para intentar acercarse a ella no sin antes hablar maravillas de su pequeña: "Es muy tranquila. Le gusta leer, la música -Avril Lavigne o Linkin Park- , la natación e Internet, lo típico para su edad".

Aunque son conscientes de que el deporte de élite conlleva muchos sacrificios, los padres de Patrcia defienden que su hija lleva una vida "normal". Viven en Madrid y acuden al CAR todos los jueves y domingos para estar con ella. Allí "vive con muchas niñas de su edad con las que comparte ilusiones, aficiones y amistad. Además, hablamos mucho por teléfono, mínimo dos veces al día", cuenta María José. Saben que no hay nada que Patricia desee más que ser deportista profesional. Respecto a la medalla de bronce que se traerá a casa es clara y tajente: "Se lo merece porque ha trabajado mucho y muy duro para conseguirla".

"Realmente, Patricia tenía la vista puesta en los Juegos de Pekín 2008. Los medios han hablado mucho de ella por su corta edad, pero ha sabido superar esa presión y ha hecho un gran ejercicio", explica Sylvia García; "aunque es una gimnasta muy completa, tiene un don para el suelo. Es muy liviana, por lo que puede hacer grandes piruetas". Por lo que cuentan, todavía queda mucho por ver. "Esta vez ha asegurado el ejercicio, algo que yo considero acertado. Pero Patricia suele hacer una cuádruple pirueta, un elemento novedoso que dará mucho que hablar. Ahora ya tiene nombre para hacerlo y que se le tengan en cuenta", asegura.

Mientras tanto, Patricia seguirá adorando la paella, jugando a la play-station e idolatrando a Simona Amanar, su gimnasta favorita.

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