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Reportaje:Atenas 2004 | HOCKEY SOBRE HIERBA

Músculos en los ojos

Kiko Fàbregas hereda de su padre, Tito, los genes del medio centro y los potencia con novedosos e intensos ejercicios visuales

Francisco, Kiko, Fàbregas heredó de su padre la musculatura ocular y el cerebro con que se conecta. "Supongo que la genética ha tenido mucho que ver en el hecho de que juegue de medio centro, como lo hacía yo", dice el progenitor, Francisco, Tito, de su hijo, Kiko.

El padre fue el medio centro de la selección española de hockey sobre hierba en los Juegos de Múnich 72, Montreal 76 y Moscú 80. El hijo es el medio centro de la selección española que hoy se medirá a Pakistán, en Atenas, en un partido decisivo para alcanzar las semifinales de la competición. Y, como se ha visto, Kiko es un digno heredero del hombre al que, en palabras del ex seleccionador José Brasa, "no le cabía el cerebro en la cabeza".

"Por la velocidad de la bola, te llega mucha información. Y tienes que asumirla y decidir"

Los Fàbregas, que se mueven como peces en el agua por el centro deportivo de Helliniko, en la capital griega, hacen honor a la tradición familiar en el hóckey español.

"Llevo el cinco en el dorsal porque era el número de mi padre, el número del medio centro de toda la vida", dice Kiko; "pero la verdad es que, cuando era pequeño, no me gustaba que me diera consejos. Me rebotaba mucho con él".

Tito es arquitecto. Trabaja en la Generalitat de Cataluña como responsable de instalaciones deportivas. Kiko es ingeniero, pero no trabaja en ninguna parte porque se dedica exclusivamente al hockey. Su entrega es la de todo un jugador profesional, pero lo cierto es que su deporte no le da para mantenerse. Las empresas, al considerar su escasa disponibilidad, no le contratan.

Tito está preocupado. Planteando el problema de su hijo, pone de manifiesto una de las principales dificultades de muchos deportistas de élite en España: "Todavía vive en casa y ya tiene necesidad de marcharse. A los 26 años, está en su mejor momento para practicar deportes de equipo, pero la prioridad debe ser el trabajo. Si nadie le ofrece un trabajo compatible con el hockey, quizá se plantee dejarlo. No por el dinero, sino por su futuro. ¿Qué hará cuando el hockey se le termine y cumpla 35 años sin haber entrado en el mercado laboral?"

Kiko nació en 1977, cinco años antes de que su padre dejase el hockey. De la carrera de Tito dice que sólo le recuerda "en el aeropuerto, regresando de Moscú con la plata".

No se sabe si los hijos pueden heredar el conocimiento deportivo en los genes que les envía su progenitor. Pero se sabe que Tito era un superdotado en un puesto que exige un talento organizador especial. "Era tan bueno", recuerda Brasa, "que en Montreal se lesionó y le llevaron en silla de ruedas al campo, infiltrado, para que saltase de la silla a la cancha".

El seleccionador actual, Maurits Hendricks, explica las cualidades necesarias en un medio centro desde el paso de la hierba a la moqueta mojada: "Por la velocidad de la bola en nuestro deporte y con las superficies tan rápidas que hay, cuando juegas en el medio te llega mucha información de muchos lados. Tienes que asumir mucha información a gran velocidad y tomar las decisiones adecuadas. Necesitas una visión entrenada y por eso hemos empezado hace un año y medio a ejercitarla con una especialista surafricana, la única en el mundo. Los jugadores se han entrenado durante dos años con un software los músculos de los ojos. Te muestran números y tienes que verlos, reconocerlos, ordenarlos en un tiempo determinado y dar una respuesta. Para dos jugadores con la misma técnica, este tiempo es la diferencia entre ser un crack o ser mediocre. Kiko Fàbregas no tiene límite".

"Hemos entrenado la visión de cuatro en cuatro hasta media hora por día", continúa Hendricks; "es como la musculación. Hay una fase de inicio que tiene muchas repeticiones, tres o cuatro veces por semana. Y luego, dos por semana, de mantenimiento. Con la visión y el cerebro es lo mismo. Con lo primeros entrenamientos, terminas y tienes los ojos cansados, con agujetas, como cuando se te cargan las piernas".

Kiko Fàbregas, junto a su padre, Tito, que también fue internacional.
Kiko Fàbregas, junto a su padre, Tito, que también fue internacional.G. CORDERO

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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