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Reportaje:

Angustia en alta mar

El patrón del 'Stella Maris' cree que colisionaron al dormirse el capitán del buque de Bermeo

"¡Que nos vamos a pique, que nos vamos a pique!" Bonifacio Aizpurua, patrón del pesquero Stella Maris Berria, de Getaria, se ha quedado casi sin voz de tanto gritar. Se la dejó el lunes en alta mar, cuando el buque Divina Pastora, con base en Bermeo, abordó su bonitero a unas 29 millas de la costa de San Vicente de la Barquera (Cantabria) y acabó por hundirse. "Nunca, en los 34 años que llevo trabajando, había visto nada igual. Fue terrible. Primero pensé que nos hundíamos. Cuando el hermano me dijo que no, que no había vía de agua, sólo me dio tiempo a soltar un par de juramentos. Los de Bermeo habían echado un bote al mar cuando vieron que su barco se hundía, pero estaba sobrecargado, con demasiada gente. Así que algunos tuvieron que lanzarse al agua. Pasamos muchos apuros para rescatarlos a todos".

Lo que originó el accidente, infrecuente en alta mar, sólo lo sabe el patrón del Divina Pastora, a cargo entonces del puente de mando, según Aizpurua. La Capitanía Marítima de Santander, que ha abierto un expediente, no quiere dar datos antes de que concluya la investigación. En Bermeo, nadie quiso contestar ayer a las llamadas de EL PAÍS.

Hacía buen tiempo y la visibilidad era normal, así que todas las conjeturas apuntan en la misma dirección. "Nadie del otro barco sabe nada, porque estaban todos dormidos, salvo el cocinero, que estaba preparando algo y se quemó con agua hirviendo por el impacto. El único que tiene una respuesta es el patrón del Divina Pastora", cuenta Aizpurua. "Cuando subió al puente después del accidente no dijo nada. Sólo llamó a su casa y habló con la mujer. Y yo, desde el otro lado, le escuché algo de que si se había ido a echar una meada... Pero eso ya Boni no se lo cree. Boni lleva ya muchos años en esto... A Boni le dice la intuición que se durmió".

Boni empezó en la mar con 14 años y desde los 15 -y está a punto de cumplir 49- ha estado haciendo guardias rotativas en el puente de mando. Esta vez el impacto le sorprendió en el camarote. "Estábamos unos treinta barcos haciendo la costera del bonito y paramos como a las diez de la noche. La gente se duchó y a dormir. Sólo uno, el hermano, quedó de guardia. Más que nada para cuidar el cebo vivo [anchoa], y por si nos acercábamos demasiado a algún buque por las corrientes o el viento".

De repente, una media hora después de la medianoche, se escuchó: "Que se nos viene un barco encima". "Desde que salí del camarote y miré por la ventana, diez segundos", recuerda el patrón de Getaria. Apenas tuvieron tiempo a dar las señales acústicas. El Divina Pastora, una nave de madera de 32 años, chocaba en ese momento de lleno contra el puente de mando del Stella Maris Berria, rompiendo su radar grande, un ploter de navegación y uno de los ordenadores, entre otro instrumental. "Me han dicho que tiene para dos meses y medio de arreglo, así que vamos a hacer, aquí en Pasajes, un apaño provisional para poder zarpar en ocho días. Hay que seguir con el bonito. Ya pararemos más adelante", señalaba ayer.

Sólo dos personas resultaron heridas en la colisión. Un marinero del buque guipuzcoano, que se ha dañó los ligamentos de un brazo, y el cocinero del Divina Pastora, que se recupera de sus quemaduras en Santander. "El pobre tenía ampollas por todas partes", recuerda Boni.

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