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Barajas dispara el presupuesto, retrasa la apertura y contenta a pocos

El nuevo aeropuerto no funcionará hasta otoño de 2005

La situación de los aeropuertos españoles ha supuesto una desagradable sorpresa para el nuevo Gobierno. La ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, ha desvelado que la deuda de AENA (Aeropuertos Españoles) es el doble de la que se creía y, además, ha podido comprobar el descontento existente entre las compañías aéreas con las obras faraónicas de Barajas, cuyo coste se ha elevado nada menos que hasta 6.000 millones de euros, y cuya entrada en funcionamiento se hará con más de un año de retraso, en otoño de 2005. "Este retraso", dice la Asociación de Líneas Aéreas (ALA), "acentúa las dificultades en las actuales terminales del aeropuerto, ya que su saturación difícilmente podrá absorber el incremento del tráfico de este verano, que se trasladará a las temporadas de invierno y verano de 2005, si no se toman medidas correctoras que se estimaban innecesarias con la inauguración de la nueva terminal".

El tiempo de conexión entre vuelos aumentará de 10 a 25 minutos en la nueva terminal con respecto a la situación actual
Fomento no ha ratificado el reparto del nuevo Barajas entre las compañías que realizó Álvarez-Cascos y provocó las quejas de Iberia

Una terminal, la IV, que ha levantado todo tipo de críticas.De momento, Fomento no ha ratificado el reparto de la terminal entre compañías decidido por el anterior titular, Francisco Álvarez-Cascos, que provocó airadas protestas de Iberia. La terminal, según ese reparto, la compartirían Oneworld y Star Alliance, lo que, segun Iberia, ahogaría el crecimiento de la compañía española, amén de salir perjudicada ante la competencia.

Distribución de vuelos

Al margen del reparto entre compañías, en la nueva terminal de Barajas hay problemas estructurales. La terminal consta de dos edificios -el principal, que llaman dique, y uno más pequeño, llamado satélite- separados por una pista y que se conectan mediante un tren subterráneo. Todos los pasajeros facturan en el dique, que es el que consta de aparcamiento, y de allí salen los vuelos nacionales y a los países Schengen, que no necesitan pasar control de pasaportes. Los internacionales no Schengen salen del satélite.

Uno de los inconvenientes es que el dique y el satélite están a 2,5 kilómetros de distancia. Un pasajero en conexión de Londres a cualquier otro aeropuerto Schengen o nacional, vía Madrid, tiene que pasar del satélite al dique con el tren. En definitiva, los tiempos de conexión se incrementan entre 10 y 25 minutos. Las maletas a destinos internacionales no Schengen recorren con el sitema informático SATE (lectura de barras) un largo camino del dique al satélite sin posibilidad de manipulación manual y con alguna curva en el camino que incrementa el riesgo de pérdida, y la configuración de las pistas provoca un gran número de cruce de aviones en tierra que, según algunos expertos, puede provocar algún cuello de botella en el tráfico.

La nueva terminal es, en realidad, un nuevo aeropuerto que ni siquiera está conectado internamente con las terminales ahora existentes.

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