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Un semestre de vaivén

Juan Ignacio Crespo

El primer semestre de 2004 ha sido, para los 4.600 fondos de inversión que se comercializan en España, una etapa de fuerte agitación y desasosiego que terminó con resultados más bien felices ya que, en promedio, acumularon una rentabilidad de 3,38%. La media de las rentabilidades fue de 2,10%. Esto quiere decir que el 50% de los fondos obtuvo en el primer semestre una rentabilidad superior al 2,10%, en tanto que el otro 50% la tenía inferior a esa cifra.

Con todo y con eso, si la mitad de los fondos acumulan una rentabilidad que está por debajo de 2,10%, pudiera suceder que muchos de ellos estuvieran en pérdidas. Por suerte, esto no es cierto en este caso: de los 4.600 fondos mencionados, sólo acumulan pérdidas unos 750 (es decir, un 16% del total), algo que permite afirmar que el primer semestre del año ha sido más bien positivo para los fondos de inversión.

Esta visión optimista contrasta, y mucho, con la sensación que ha podido detectarse de intranquilidad en las bolsas y en los mercados de renta fija durante el mismo periodo. Pero ése parece ser el signo de 2004; al menos por ahora: que las bolsas suban y bajen de manera alternativa y continuada, deshaciendo un día lo que hicieron el anterior. De ahí que estamos a comienzos del mes de julio y las bolsas de EE UU, por ejemplo, se encuentran más o menos donde estaban a comienzos de año.

El caso del Ibex 35, que es el índice más observado para conocer el estado de la bolsa española, es algo más favorable, pues ganó un 4,4%, algo que se refleja de manera clara en las ganancias que acumulan en promedio los fondos que invierten en renta variable española que, en el primer semestre, acumulan un 5,75%. Este resultado mejora con creces el de la inversión en fondos que canalizan sus operaciones hacia el conjunto de la eurozona, que han obtenido en un periodo equivalente una rentabilidad media de 3,9%.

Suben los tipos

Pero los verdaderos protagonistas de la primera parte de 2004 han sido los fondos de renta fija. Al comenzar el año había un convencimiento general de que esta clase de fondos iba a pasar por claras dificultades dado que en algún momento habría de comenzar la subida de los tipos de interés de corto y largo plazo. Sin embargo, la fortuna les ha favorecido, haciendo que la subida de los tipos de interés del dólar por parte de la Reserva Federal se haya retrasado hasta finales de junio.

¿Por qué es tan importante el momento del año en el que se produce el incremento de tipos? Por una razón muy sencilla: todo el mundo suele fijarse en las rentabilidades que acumulan tanto los fondos como cualquier tipo de activo en el curso del año. Pues bien, cuando los tipos de interés de largo plazo suben, el precio de la renta fija en la cartera de los fondos baja, provocando las consiguientes pérdidas y la disminución de su rentabilidad. Si todo ello sucede en enero o febrero, los fondos de renta fija pueden entrar en pérdidas nada más comenzar el año, provocando el susto de los partícipes y, eventualmente, su abandono del fondo en un momento, quizá, poco afortunado. Los gestores de los fondos, conscientes de este problema, tienden a realizar ventas de los bonos en cartera con mayor intensidad si es esta última la situación en que se ven.

Cuando la bajada del precio de la renta fija se produce ya bien entrado el año, las pérdidas que eso provoca erosionan parte de (o todas) las ganancias acumuladas en el año, pero puede que no se produzca una entrada inmediata en pérdidas de los fondos.

Rentabilidades moderadas

El hecho, pues, de que la subida de tipos de interés se haya producido el 30 de junio hace que la inmensa mayoría de los fondos de renta fija a largo plazo tengan ganancias acumuladas en 2004 e, incluso, en los 12 últimos meses, para los que la rentabilidad media asciende al 1%.

En cualquier caso, todo parece indicar que las rentabilidades de los fondos no van a ser este año espectaculares pero que, tampoco, salvo que algún accidente geopolítico dé al traste con todas las previsiones, van a ser especialmente malas. Un comportamiento, por otra parte, completamente estándar para un año, como éste, de subida de los tipos de interés.

Juan Ignacio Crespo es director general de Finanduero.

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