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Blesa critica a los "conversos" de la responsabilidad social corporativa

Íñigo de Barrón

El presidente de Caja Madrid, Miguel Blesa, utilizó ayer la ironía en su discurso de clausura del IV Encuentro Financiero Internacional y afirmó que "las cajas dan la bienvenida a tantos y tan apasionados creyentes y conversos en la Responsabilidad Social Corporativa, un concepto de honda raigambre en nuestro sector". Y añadió que esta "bienvenida a tan buena práctica empresarial" la realizaba "desde un sector líder".

Y continuó: "Llama la atención leer entre las acciones socialmente responsables la financiación de proyectos de terceros con contenido ecológico hecha a precios de mercado; yo creo que esto es simple y puro negocio". Para Blesa, existe riesgo de que haya empresas que estén comunicando la RSC "más para buscar la notoriedad y diferenciación, que por pura convicción, más para buscar certificados de buena conducta" que por convicción. Pidió a las empresas que "no nos confundan" con " acciones publicitarias" y recordó que las ONG denuncian a las compañías que utilizan la responsabilidad social por "pura cosmética".

El presidente de la quinta entidad financiera española lanzó un disparo más a la competencia y apuntó que "son difíciles de entender esas voces que tratan de devaluar nuestra acción social por una pretendida obligatoriedad; no tenemos una obligación, sino una vieja vocación. Nos obligan las leyes a dotar nuestras reservas con un mínimo del 25% de los beneficios, pero a partir de ahí deciden nuestros Consejos y Asambleas". Blesa recordó que el 28% del beneficio de las cajas ha ido a Obra Social, "más de mil millones de euros".

Sin fusiones por Basilea

El presidente de Caja Madrid, en contra de lo que hace dos semanas afirmó Francisco González, presidente del BBVA, descartó que la adopción de las nuevas normas de capital, denominadas Basilea II, que entran en vigor a partir de 2006, vaya a promover "de forma inminente procesos de consolidación o fusión en Europa. Existen otras restricciones como la elevada concentración del sector en algunos países, obstáculos regulatorios, políticos, fiscales, diferencias culturales y las razones puramente económicas que influyen más que Basilea" para estas operaciones.

Este ejecutivo advirtió que el acuerdo de capital, si no se modifica, podía provocar "que en fases recesivas, cuando el riesgo consuma más parte del capital, las entidades podríamos restringir la oferta, con lo que ocasionaríamos una escasez de crédito y favoreceríamos la recesión".

Por último, otra advertencia sobre Basilea II: que el alto coste de asumir riesgos "puede producir efectos poco deseables desde el punto de vista social; me refiero a la exclusión financiera" para los colectivos más desfavorecidos. A renglón seguido mencionó que de los 700.000 inmigrantes que viven en la Comunidad de Madrid, el 36% de ellos "son atendidos por Caja Madrid".

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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