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ACCIONES PARA COMBATIR EL CAMBIO CLIMÁTICO

Un largo camino que empezó en 1992

Kioto desarrolla la Convención de la ONU sobre Cambio Climático

El Protocolo de Kioto, aprobado en diciembre de 1997 en esa ciudad japonesa y que aún no ha entrado en vigor, es el acuerdo internacional que desarrolla los compromisos asumidos por 159 países en la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, aprobada en la cumbre de Río de 1992. El objetivo de la convención es lograr "la estabilización de las emisiones de gases de efecto invernadero en la atmósfera a un nivel que impida interferencias antropógenas peligrosas en el sistema climático. Este nivel debería lograrse en un plazo suficiente para permitir que los ecosistemas se adapten naturalmente al cambio climático, asegurar que la producción de alimentos no se vea amenazada y permitir que el desarrollo económico prosiga de manera sostenible".

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- Reducción. El protocolo es un compromiso de controlar con objetivos cuantificados (los países desarrollados) las emisiones de gases de efecto invernadero. La reducción de emisiones es de un 5,2% en el plazo 2008-2012, respecto a los niveles del año 1990. Es una reducción insignificante, advierten los científicos especialistas en clima, pero se considera una primera medida que muestre el camino a seguir en la contención de dichas emisiones.

- España. El 5,2% es el objetivo global, pero los porcentajes no son iguales para todos. EE UU quedó en reducir sus emisiones en un 7%; Japón, en un 6%, y todos los países de la Unión Europea, el 8%. Pero en la UE se estipuló un reparto interno de la reducción conjunta comprometida. España tiene derecho a aumentar sus emisiones hasta un 15%, siempre como media del plazo 2008-2012, respecto al nivel de 1990.

- Mecanismos. El protocolo estipula qué pueden hacer los países para cumplir esos objetivos, cómo regular sus medidas y a qué sanciones se expone quien no cumpla. Todas estas normas han exigido varios años de negociaciones durísimas.

Admite tres mecanismos: la compraventa de emisiones de gases de efecto invernadero, los proyectos de implementación conjunta y el mecanismo de desarrollo limpio. El primero significa que si un país tiene en el plazo de cumplimiento menos emisiones de lo que se le consiente, puede vender el volumen que le sobra a otro que no logre reducir suficiente. Algunos países, como Rusia, donde ha caído considerablemente la actividad industrial y se han cerrado muchas plantas industriales y energéticas obsoletas y muy contaminantes, tienen un considerable superávit de CO

2 para vender.

La implementación conjunta regula proyectos de cooperación entre países obligados a contener sus emisiones en el protocolo de manera que la cantidad de ahorro gracias a las nuevas instalaciones, respecto a plantas más contaminantes, se lo reparten entre los participantes en los proyectos. El mecanismo de desarrollo limpio es similar a la implementación conjunta, pero lo realiza un país desarrollado, obligado a controlar sus emisiones, en uno en desarrollo que no tiene este compromiso cuantitativo, y el ahorro de emisiones logrado se lo apunta entero el primero.

- Gases. Son seis los gases de efecto invernadero regulados en el protocolo (dióxido de carbono, metano, óxido nitroso y tres gases industriales), pero en toda la contabilidad se traducen todos ellos a dióxido de carbono, lo que se llama CO2 equivalente.

- Entrada en vigor. El Protocolo de Kioto ha sido ratificado ya un número más que suficiente de países para cumplir la primera condición de su entrada en vigor, pero no se cumple la segunda (que entre los países que lo hayan ratificado haya suficientes de los desarrollados para sumar al menos el 55% de las emisiones globales de 1990). Todos los países de la UE lo han ratificado, así como otros muchos como Nueva Zelanda y Canadá. El gran ausente es Estados Unidos, cuyo presidente, George Bush, renunció al protocolo, aunque la anterior Administración, la de Clinton, lo firmó. Y la gran incógnita es Rusia, ya que si ratifica se habrán alcanzado los mínimos para que el protocolo entre en vigor. La Unión Europea espera que lo haga en los próximos meses (información en Internet:www.unfccc.de; www.unfccc.int.).

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