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21 líneas de la EMT están tomadas por los carteristas

La Policía Municipal destapa los problemas que sufren los autobuses

La Empresa Municipal de Transportes (EMT) también sufre problemas de inseguridad. Y algunos graves. Así al menos lo revela un reciente informe de la Policía Municipal en el que se destaca que al menos 48 de las 187 líneas de la EMT registran problemas causados por los presencia constante de carteristas, altercados producidos por los viajeros, actos vandálicos y usuarios que se niegan a pagar el billete. Distritos como Villaverde o puntos negros como la avenida de Andalucía, junto con la Casa de Campo y el Retiro, son las mayores fuentes de incidentes en este servicio de transporte.

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Hasta la fecha, todas las autoridades municipales han negado la existencia de problemas de seguridad en la EMT. Siempre lo han tenido como uno de los transportes más seguros para los usuarios ( 470 millones durante el año pasado) y para los 5.000 conductores que trabajan en esta empresa. Pero la realidad parece distinta, sin que la situación llegue a ser alarmante, a la vista de un informe de la Policía Municipal.

Destaca ante todo la exagerada presencia de amigos de lo ajeno en al menos 21 líneas. Los carteristas hacen su agosto a diario en autobuses con recorridos céntricos, donde abundan los turistas, y las aglomeraciones de viajeros permiten a los cacos trabajar sin levantar sospechas. La fauna que pulula en estos autobuses está formada por los piqueros [los que sustraen carteras usando el pico que forman con dos de sus dedos]; las bolsilleras [que roban hábilmente el interior de los bolsos de las mujeres]; los que utilizan un periódico como muleta, que hábilmente colocada a la altura del cuello de la víctima impide que ésta vea cómo le hurtan la cartera; y los que, con la excusa de limpiar una mancha del traje del pringao, en realidad le limpian la billetera.

El informe cita las siguientes líneas calientes: 1, 2, 202, 14, 20, 21, 27, 29, 30, 34, 38, 45, 51, 52, 53, 56, 61, 70, 147, 150 y la circular. La EMT ha puesto en algunos vehículos pegatinas en las que se avisa a los viajeros de la presencia de estos carteristas.

El 'botellón'

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Los usuarios también son fuente continua de problemas y de altercados. Según el informe policial, 11 líneas son problemáticas. La línea 14 (Conde de Casal-Pío XII) sufre los viernes, a partir de las 21.30, las consecuencias del consumo de alcohol en la vía pública (botellón). Grupos de jóvenes provocan altercados en la plaza del Duque de Pastrana (distrito de Chamartín) al utilizar los autobuses de esta línea.

El botellón también está tras los problemas que sufre la línea 148 (Callao-Puente de Vallecas), ya que los jóvenes que lo cogen en el parque de Tierno Galván acosan a los conductores durante todo el recorrido.

Igual ocurre con los alumnos de un instituto en la avenida de Orovilla (distrito de Villaverde), que provocan serios altercados en los autobuses de la líneas 23 (plaza Mayor-El Espinillo) y 123 (Legazpi-Villaverde Bajo) a la entrada y salida de las clases. "En verano, a la salida de las piscinas, también se originan problemas similares por grupos de jóvenes", reconoce el informe. La línea 140 (Pavones-Canillejas) sufre los días laborables, de 8.00 a 8.30, a alumnos del instituto de San Blas, que en ocasiones "se preparan porros calentando la sustancia" en el interior del vehículo.

El capítulo de inmigrantes también tiene una clara presencia en los problemas de la EMT. Los fines de semana y "con ocasión de una importante afluencia de inmigrantes al Retiro", al retirarse a sus domicilios en horario de tarde-noche provocan incidentes en los autobuses de las líneas 19 (plaza de Cataluña-plaza de Legazpi) y 28 (Puerta de Alcalá-Canillejas).

El informe continúa con los problemas de la Casa de Campo. Los sábados, domingos y festivos, entre las 19.00 y las 22.00, en las cabeceras de las líneas 41 (Atocha-Colonia de Manzanares) y 75 (plaza del Callao-Colonia del Manzanares), en la avenida del Manzanares, se dan "comportamientos violentos de grupos de personas de origen suramericano que, procedentes de la Casa de Campo, acceden a dichas líneas, algunos en estado de embriaguez". Esto origina altercados con los conductores al exigirles el pago del billete o se les retira el abono transporte en caso de utilización irregular y "mantienen actitudes incorrectas durante el viaje que molestan al resto de usuarios", con las consecuencias que esto supone.

Igual ocurre en la línea 128 (Cuatro Caminos-Barrio del Pilar) durante los fines de semana en las inmediaciones del parque de Agustín Rodríguez Sahagún: "Intimidan a los viajeros que les recriminan su actitud".

En la línea 122 (avenida de América-Campo de las Naciones), grupos de jóvenes "de origen magrebí con edades entre los 10 y los 16 años" originan actos vandálicos en los autobuses y, en ocasiones, sustraen de forma violenta bolsos y otras pertenencias a los viajeros, amenazando con navajas a quien les recrimina su actitud.

Lanzamiento de piedras

Las agresiones también provienen del exterior del autobús. Seis líneas sufren "con frecuencia" actos vandálicos de individuos que lanzan piedras a los vehículos. La línea 131 (Campamento-Villaverde Alto) lo sufre por la noche en la carretera de Carabanchel a Villaverde, a la altura del Poblado de los Toreros. Las líneas 76 (plaza de la Beata María Ana de Jesús-Villaverde Alto), 78 (Embajadores-San Fermín) y 116 (Embajadores-Ciudad de los Ángeles) lo padecen en la calle de Eduardo Barreiros, a la altura de Orcasur; mientras que la 106 (Manuel Becerra-Vicálvaro) tiene su punto negro en la avenida de Daroca, a la altura del cementerio de la Almudena. La 138 (plaza de España-Aluche) sufre actos vandálicos al llegar al parque de la calle de Caramuel, donde a veces sufre apedreamientos.

Algunos usuarios también se convierten en protagonistas del informe por negarse a pagar el precio del billete. Esto es habitual en las líneas que circulan por la avenida de Andalucía (18, 22, 59, 76, 79, 85 y 86), donde los inmigrantes en hora punta y los fines de semana desde las 21.00 quieren viajar por la cara. Situaciones similares se producen en las líneas 47 (Atocha-Carabanchel Alto), 118 (Embajadores-Carabanchel Alto), 59 (Atocha-San Cristóbal de los Ángeles) y 88 (Legazpi-Mercamadrid).

La ruta de los toxicómanos

Otro capítulo que también causa más de un quebradero de cabeza a los responsables de la EMT son las líneas utilizadas por toxicómanos. Según el informe de la Policía Municipal, éstos muestran actitudes violentas y agresivas con los conductores y con el resto de usuarios. Para ello cita seis casos flagrantes: las líneas 24, 79, 102, 130, 133 y 134. "De todas ellas debe destacarse la línea 130 [Villaverde Alto-Vicálvaro] que, por la utilización masiva de viajeros toxicómanos, se hace conveniente la presencia continuada de agentes de la Policía Municipal en el recorrido de la línea y, ocasionalmente, en el interior de los autobuses", explica el informe.

Este documento refleja uno de los mayores problemas a los que se han enfrentado en los últimos años los conductores de la EMT, ya que han sufrido numerosos atracos y agresiones. Esta línea es de las más peligrosas ya que los yonquis la utilizan para llegar al mayor hipermercado de venta de droga de España: el poblado marginal de Las Barranquillas.

Las líneas nocturnas, conocidas como búhos, no representan hasta la fecha un problema palpable de inseguridad, según el informe. Tan sólo la línea 9 (plaza de Cibeles-Villa de Vallecas) es frecuentada por un número mayor de toxicómanos: "No hay líneas concretas con más o menos incidentes con los viajeros. Los problemas son esporádicos y pueden surgir en cualquier línea". Eso sí, el estudio policial plantea la necesidad de que exista presencia policial en la plaza de Cibeles "de forma permanente"durante las noches de los fines de semana (jueves, viernes y sábados), para evitar altercados, riñas o agresiones que se producen entre el gran número de usuarios que a determinadas horas se concentran en dicha plaza mientras esperan a acceder a las diferentes líneas con salidas unificadas en el tiempo para todas ellas.

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