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Crónica:
Crónica
Texto informativo con interpretación

Myskina da el golpe

La tenista moscovita arrolla a Dementieva en Roland Garros y ya es la primera rusa ganadora de un torneo del Grand Slam

Los nervios, la tensión, la cabeza..., todo le marchó al revés. Para Elena Dementieva la final de Roland Garros acabó convirtiéndose en una pesadilla. Su amiga Anastasia Myskina, de 22 años, como ella, le arrebató de un golpe todo el protagonismo y se convirtió en la primera tenista rusa que gana un torneo del Grand Slam. Su logro llegó como una bofetada para Dementieva, incapaz de poner al descubierto su capacidad. Myskina ganó por 6-1 y 6-2 en sólo 59 minutos después de que su rival perdiera su último servicio cometiendo tres dobles faltas.

Cuando el último revés de Dementieva salió fuera de los límites de la pista, no pareció que hubiera ocurrido nada especial para Myskina, la quinta del mundo. Pasaron unos segundos antes de que levantara los brazos y celebrase el título. "Sí, ganar fue algo enorme. Sentí emociones nuevas. Es difícil de explicar", dijo. Pero casi no lo demostró. Le dio un fuerte abrazo a su amiga antes de recoger el trofeo de manos de Jackson Richardson, el balonmanista del Portland San Antonio que será el abanderado de Francia en los Juegos Olímpicos de Atenas. "Todo resultó muy emotivo", agregó sabiendo que dejaba atrás el referente de Olga Morozova, la única rusa que había jugado finales del Grand Slam: Roland Garros y Wimbledon en 1974.

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"Tenía la sensación de que no podía hacer nada", reconoció Dementieva, la décima del mundo; "el sueño de ganar en París seguirá siendo un sueño, pero espero poder realizarlo el año que viene". Y luego, sin poder contener el llanto, hizo un reconocimiento público de su principal deficiencia técnica: "No sé sacar. Si hubiera podido disputar la final sin tener que hacerlo, todo habría ido mejor". Cometió diez dobles faltas en los siete juegos en que sacó y perdió su servicio cinco veces.

Una atrocidad para una jugadora que lleva tres torneos ganados, forma parte de las top ten, ha llegado a la final de Miami y, en su camino parisiense, derrotó a la norteamericana Lindsay Davenport, la francesa Amelie Mauresmo y la argentina Paola Suárez sin perder una manga. Tal vez fue un problema de amistad, como le ocurrió a Àlex Corretja ante Carlos Moyà en 1998. Pero todo indica que hubo un elemento fundamental que marcó el desarrollo del partido y el de toda la carrera conjunta: Myskina es más fuerte mentalmente.

Desde que comenzaron a jugar juntas en la escuela del Spartak Club de Moscú, Myskina ha mantenido un cierto ascendente sobre Dementieva. "De pequeñas", explicó, "yo jugaba mejor en los entrenamientos, pero perdía los partidos". Muchas veces discutieron. "Me has robado puntos", decía Myskina. Y Dementieva respondía: "Eres tú quien lo ha hecho". La cuestión es que quien más carácter tenía de las dos era Myskina. Y ayer eso resultó decisivo.

Entrenada por Jens Gerlach, futbolista de la Segunda División de la Liga alemana, que además es su novio, Myskina supo controlar en todo momento sus emociones. "Había llorado antes de entrar en la cancha", reconoció; "pero mi fisioterapeuta me dio algunos consejos: cómo debía respirar, ejercicios de control... Ví a Elena nerviosa. Y apliqué la táctica que más podía perjudicarla: le gusta un buen ritmo y yo no le daba velocidad. Cuando se pone nerviosa, saca muy mal. Y yo lo sabía".

Eso le bastó. Dementieva fue incapaz de controlarse. Myskina entró en la historia y se unió a Yevgeny Kafelnikov y Marat Safin, los dos únicos rusos campeones antes de un grand slam.

Final de dobles júniors: Pablo Andújar y Marcel Granollers-Pujol ganan a Alex Kutnezsov (EE UU) y Michael Zverev (Ale.) por 6-3 y 6-2.

Anastasia Myskina, en una de sus voleas ganadoras en la final parisiense de ayer.
Anastasia Myskina, en una de sus voleas ganadoras en la final parisiense de ayer.REUTERS
Anastasia Myskina aplaude, feliz, al público parisiense.
Anastasia Myskina aplaude, feliz, al público parisiense.EFE

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