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Maragall asegura que los independentistas de su Ejecutivo saben que "hay que implicarse" en España

El presidente dice que la reforma constitucional podría distinguir nacionalidades y regiones

Luis R. Aizpeolea

"Hay independentistas en mi Gobierno, pero ellos saben, a diferencia de CiU, que administró la relación [con España] con habilidad y agnosticismo, pero sin implicación en el Gobierno español, que hay que implicarse". Así se manifestó ayer el presidente de la Generalitat de Cataluña, Pasqual Maragall, en una intervención en el Club Siglo XXI de Madrid en la que presentó los objetivos de la reforma del estatuto de Sau. En el coloquio adelantó que la próxima reforma constitucional podría servir para distinguir entre nacionalidades y regiones.

Maragall, en una intervención cuyo objetivo era tranquilizar a la opinión de la capital de España y desdramatizar los planteamientos de su Gobierno, puso énfasis en que la finalidad de su Ejecutivo es implicar a Cataluña en España y que la reforma del Estatuto que propone la Generalitat, en la que participan Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) e Iniciativa per Catalunya (ICV-Verds), "no es una disimulada declaración de independencia ni tampoco es una aceptación vergonzante de vasallaje" sino de "interdependencia". Asistieron a la conferencia los ministros Jordi Sevilla (Administraciones Públicas), Elena Salgado (Sanidad) y José Montilla (Industria, Comercio y Turismo), así como la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, y el secretario de organización del PSOE, José Blanco. Maragall fue presentado por José Ramón Lasuén, que fue profesor suyo.

El presidente de la Generalitat valoró que los independentistas que le acompañan en su Gobierno, ERC, están "cada vez más convencidos" de que "su meta lejana pasa por todas y cada una de las estaciones que contempla el recorrido de la España plural que los socialistas definimos y acordamos en Santillana del Mar". Maragall se refería a la declaración territorial del Comité Federal del PSOE, del 30 de agosto de 2003, en la que este partido asumía la iniciativa de reforma de los estatutos de autonomía, siempre que se enmarcara dentro de la Constitución y con un amplio consenso, y la conversión del Senado en Cámara territorial.

Maragall vaticinó: "Este camino [el de la reforma del Estatuto] lo vamos a recorrer juntos", con ERC e ICV, y "tenemos ocho años por delante para ello porque este Gobierno está ahí para durar". El presidente de la Generalitat, en un intento de desdramatizar el independentismo catalán, dijo que "un sector importante del catalanismo se lo ha planteado siempre". Y puso un ejemplo histórico del papel moderador del socialismo español sobre el independentismo catalán. "Macià y Companys proclamaron la República catalana en la Federación de Repúblicas Ibéricas hasta que días más tarde Fernando de los Ríos [ministro socialista] les convenció de que la denominación que desapareció en 1714 era más prudente, la Generalitat de Catalunya", dijo.

Ya en el coloquio señaló que la reforma constitucional, anunciada por José Luis Rodríguez Zapatero, podría servir para una mejor integración de Cataluña en España al ofrecer "muchas ventanas abiertas" con la introducción en la norma fundamental de la denominación de las 17 comunidades autónomas y con su encaje en la Constitución europea. "La Constitución va a estar abierta y muy abierta" y podría servir "para distinguir entre nacionalidades y regiones".

Maragall no fue del todo preciso en los calendarios de la reforma del Estatuto catalán y el de la Constitución. No obstante precisó que la reforma estatutaria será anterior a la de la norma fundamental que, según calculó, quedará para el fin de la legislatura mientras la del Estatuto de Sau podría resolverse en dos años si no sufre obstáculos en las Cortes españolas.

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En este sentido, recordó que sigue siendo válida la advertencia que le hizo al ex presidente José María Aznar en una entrevista que mantuvo con él en enero. Maragall le dijo que la Generalitat "no iba a aceptar ni la dilación ni la no toma en consideración del Estatuto de Sau en las Cortes españolas". "En este caso habrá confrontación entre Cataluña y España", recordó que le dijo a Aznar.

Defendió que la mejor vía de tratar las reivindicaciones nacionalistas catalanas era a través de su proyecto de gobierno frente al de confrontación del PP y al del "escepticismo" de CiU, de "resignada convivencia" con España. "El proyecto del Gobierno de Cataluña se nutre de la experiencia histórica que nos dice que existe una correlación positiva entre el autogobierno de Catalunya y la democracia en España", dijo.

Maragall se desmarcó del plan Ibarretxe al señalar que su Gobierno "no ha presentado un proyecto cerrado de reforma estatutaria" sino que ha esbozado "unas líneas maestras" sobre la reforma que se debatirá en la ponencia con el "propósito de que llegue a las Cortes con el máximo consenso".

El presidente de la Generalitat de Cataluña, Pasqual Maragall, en el Club Siglo XXI.
El presidente de la Generalitat de Cataluña, Pasqual Maragall, en el Club Siglo XXI.EFE

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