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Reportaje:PLENO DEL PARLAMENTO

Debut entre algodones

La mayoría de las preguntas del estreno de cuatro de los nuevos consejeros fueron del PSOE

La primera sesión de control al Gobierno en el Parlamento andaluz de esta legislatura trascurrió ayer a una velocidad de vértigo. La presidenta de la Cámara, Mar Moreno, quien en otros formatos se ha mostrado muy flexible, impuso a rajatabla el reglamento (5 minutos entre pregunta y respuesta) y casi en la mitad de las cuestiones dejó a interrogadores e interrogados con la palabra en la boca y los papeles colgando. El desconcierto ante la severidad de los tiempos se dejó ver sobre todo en los cuatro nuevos consejeros del Gobierno que ayer debutaron en la Cámara: Cultura, Rosa Torres; Empleo, Antonio Fernández; Salud; María Jesús Montero; e Igualdad y Bienestar Social; Micaela Navarro.

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Rosa Torres fue la primera en salir al ruedo y apenas le dio tiempo a completar el preámbulo de la disertación que llevaba preparada respecto a la conservación de la catedral de Málaga, si bien el embarazo fue escaso, habida cuenta de que la pregunta la había sido formulada por un compañero de partido. De hecho, en correspondencia con la mayoría absoluta del PSOE, casi tres cuartas partes de las consultas al Ejecutivo (14 de 21, y 7 del PP) partieron de las propias filas socialistas, por lo que el estreno de los novatos, las más de las veces, discurrió entre algodones, con réplicas del tipo "es una grata noticia", "nos alegramos de lo que dice" o "valoramos muy positivamente las medidas que ha puesto en marcha".

Todo lo contrario que con los parlamentarios del PP, aunque fue la veterana Concha Gutiérrez (Obras Públicas) la que atrajo mayor foco (3 cuestiones). El consejero Fernández se midió con el portavoz popular, Antonio Sanz, a cuenta de la crisis de los astilleros y se le vio dominio en la materia, no en vano ha sido viceconsejero durante la legislatura anterior y además es natural de Cádiz.

La responsable de sanidad e igualdad del PP, Esperanza Oña, se encargó de probar la rapidez y pericia parlamentaria de María Jesús Montero y Micaela Navarro. La titular de Salud, única consejera independiente, respondió a la diputada popular en el mismo tono peleón con el que le había interpelado y sorprendió con un estilo político muy lejano al perfil técnico que se le presuponía.

El tema, la investigación con células madres embrionarias, se prestó a la refriega partidaria: Oña dijo que la Junta se ha olvidado ya de que Granada era el destino primordial del centro nacional de medicina regenerativa y Montero ironizó con el interés repentino del PP en las células embrionarias.

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Navarro, ampliamente fajada en estas tareas en el Congreso de los Diputados, le tocó lidiar el difícil toro del fallo del TSJA para que el Instituto de la Mujer readmitiera a una trabajadora embarazada. Le dio unos pases con la lectura de parte del pronunciamiento en el que se exculpaba al instituto de mala fe y la inclemencia de la presidenta de la Cámara con los tiempos le ayudó dar la puntilla.

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