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Cuatro actores por el papel protagonista

Timberwolves, los novatos, y Lakers, la solera, abrieron las finales de conferencia en la NBA

El Target Center, de Minneapolis, abrió en la pasada madrugada española las finales de conferencia -al mejor de siete partidos- de la Liga profesional norteamericana de baloncesto (NBA) con el primer encuentro de la del Oeste entre Minnesota Timberwolves y Los Angeles Lakers. La del Este opondrá a partir de la madrugada del domingo a Indiana Pacers y Detroit Pistons.

- Minnesota Timberwolves. Nunca llegó a tanto ni nunca ofreció tantos merecimientos. El equipo que administra Kevin McHale, estrella de los Celtics en los años 80, ha optimizado sus dos principales activos: el peso de sus 58 victorias para ser el mejor cuadro del Oeste en la primera fase de la competición y el incontestable y perenne dominio del jugador más valioso de la temporada, Garnett. Con el factor campo a su favor frente a los Lakers, los Timberwolves van a depender en gran medida del rendimiento de su base Cassell, limitado por una lesión en la cadera. El acierto de Sprewell y la aportación desde el banquillo de un all star como Szczerbiak van a ser determinantes.

- Los Ángeles Lakers. Añejos, con cuerpo y solera. Durante los play-offs han ido mejorando. Los hombres de Phil Jackson jugarán la baza de la confianza y la seguridad en su mayor experiencia y en saberse superiores. El único precedente de un enfrentamiento con Minnesota Timberwolves en una eliminatoria por el título es el de su triunfo (4-2) el curso pasado en la primera ronda. O'Neal y Malone intentarán frustar a Garnett dentro de la zona como lo hicieron a veces con Duncan en la serie previa. Bryant, después de haber minimizado ante los Spurs a un especialista defensivo como Bowen, afrontará el reto de otro perro de presa, Hassell, que logró secar a Stojakovic en la victoria de Timberwolves sobre Sacramento Kings. El conjunto californiano perdió en la temporada regular tres partidos frente a Timberwolves, pero venció en el último enfrentamiento entre ambos, el pasado 26 de marzo.

- Indiana Pacers. Si el Oeste es exponente de espectáculo, estrellas y glamour baloncestístico, en el Este mandan los equipos que dominan las suertes del control, la defensa y el tacticismo exacerbado. Con esos códigos como premisa, Indiana Pacers ganó 61 partidos durante la campaña regular y dispone del factor campo a su favor en lo que le resta de campeonato. El equipo que preside Larry Bird se mantiene invicto en su cancha en los play-offs. El pívot Jermaine O'Neal es su apuesta más firme y el alero Artest buscará sacar múltiples ventajas de su superioridad física ante el que será su marcador, Prince. Si hay espacio y tiempo para la magia, en Indiana Pacers el turno lo tiene reservado el veterano Miller, un clásico de la historia de las eliminatorias por el título.

- Detroit Pistons. Aunque en la temporada pasada también alcanzó la final de conferencia, en esta oportunidad es distinto. La llegada del pívot Wallace a mitad de ejercicio ha creado un clima de excepción y de gran ocasión de conseguir el anillo que no se respiraba en Detroit desde hace 14 años, justamente el tiempo que lleva el grupo de Michigan sin alcanzar la final de la NBA. El presidente del club, Joe Dumars, decidió el pasado verano destituir a un entrenador que en dos años había ganado dos títulos de división y 112 partidos. Ahora, ese técnico, Rick Carlisle, es precisamente el dueño del éxito de su rival, Indiana Pacers. Si Wallace consigue reducir la producción de Jermaine O'Neal, el conjunto de Larry Brown habrá resuelto en su propio provecho gran parte de la ecuación.

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