Seis paisajes para disfrutar del buen vino
De la zona del albariño hasta el Priorato, una ruta de colores, olores y sabores
En un país donde sólo hay que moverse medio centenar de kilómetros, incluso menos, para que el paisaje cambie bruscamente y el clima vire de lo continental a lo atlántico o de lo mediterráneo a lo continental, cuando no se fusionan uno y otro, es lógico que la diversidad vitivinícola sea impresionante, tal vez única en el mundo. Se combinan así, en sugerentes armonías, paisaje, vino y bodega. En España, con una impresionante riqueza y variedad de zonas, el viajero amante del buen vino puede gozar no sólo de las excelencias de tintos y blancos magistrales, sino solazarse en las bellezas de sus paisajes, donde el viñedo tapiza las laderas de suaves colinas. Al atractivo paisajístico se une el interés arquitectónico de sus bodegas; algunas, auténticas obras de arte: en unos casos, vanguardistas; en otros, verdaderos monumentos históricos. Proponemos seis rutas para vivir la cultura del vino y una docena de bodegas que se pueden visitar.
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RÍAS BAIXAS
El Salnés, vino y piedra
"Quen prova, repete" (quien prueba, repite), afirman con orgullo los viticultores de Cambados, el corazón sentido del albariño, nuestro mejor y más prestigioso varietal blanco. Y donde mejor se hermanan pasado y futuro del vino albariño es en los pazos gallegos, tiempo de vino y piedra. Allí, donde la soledad de siglos, tras el abandono y la decadencia de las familias ilustres, crió moho, liquen y hiedra sobre la muda sillería, hoy resurge la explotación vitivinícola, la emoción del vino blanco por excelencia. Tienen los pazos su epicentro geográfico en el Salnés, donde se da la mayor y más espléndida concentración, donde la geometría del viñedo y los sembradíos alterna y contrasta con la cantería de Barrantes, Señorans, Zárate, o la estampa palaciega de Fefiñanes. Surcada por el Umia, bordeada por el mar de las rías de Pontevedra y Arosa, el Salnés ha sabido recuperar el pulso vitivinícola con la potenciación de su vino emblemático. Y un viaje reposado por este valle hondísimo, de vid y herbal, verde o barciano, explosivo de sol en verano y siempre húmedo y sonoro, para visitar sus pazos, beber sus vinos y soñar, como escribía Valle-Inclán, con esta visión gozosa y teologal, puede ser una experiencia única.
El primero de todos los bodegueros que embotellaron el vino albariño fue el dueño del palacio de Fefiñanes. En Cambados, este magistral edificio del siglo XVI se ha convertido en visita obligada. Integrado en un conjunto monumental que forma plaza con la iglesia de San Benito (1588), es una obra serena y ensoñadora. Fue un hidalgo, don Miguel Gil Casares, el primero que soñó este vino, en 1904. Un sueño que hizo realidad su hijo, Juan Gil Armada, al fundar en 1918 la actual bodega.
Fefiñanes representa el despertar del mejor viñedo autóctono de nuestro país, la difícil síntesis de piedra y vino en la que radica su mejor futuro. Tras una audaz y radical remodelación, en un pulso entre pasado y futuro, hoy elabora vinos a la altura de su nobleza, lo que ha costado no pocos sudores.
Si el palacio de Fefiñanes tiene el valor del pionero, el pazo de Barrantes ofrece la otra cara de la moneda. Aquí el pazo se subordina a la bodega y se rodea de viñedo como un château francés. Construida en granito del país, no desentona en exceso con las formas arquitectónicas de Barrantes, y tras sus muros de piedra alberga el diseño moderno de una instalación vinícola a la última. Surtida además por sus ocho hectáreas del mejor viñedo, modélica plantación donde las tradicionales formas de emparrado y amplio marco han sido sustituidas por la espaldera. Junto a la bodega se alza el restaurado pazo de Barrantes, con su capilla y magnífico hórreo, cuyos fundamentos se remontan al siglo XV.
BODEGAS Y VINOS
PALACIO DE FEFIÑANES. Plaza de Fefiñanes, s/n. Cambados (Pontevedra). Teléfono: 986 54 22 04. Tipo: blanco, 12%. Cepas: albariño. Precio: 14 euros. Puntuación: 8,7/10.
Albariño de Fefiñanes, III Año, 2001
Criado sobre lías, aporta un rico juego de sensaciones olfativas, donde destaca la pureza expresiva de la fruta envuelta en matices de flores. Tiene la textura suave, el sabor fresco, y un final fresco y sosegado.
Pazo de Barrantes, 2003
PAZO DE BARRANTES. Finca Pazo Barrantes. Barrantes (Pontevedra). Teléfono: 986 71 82 11. Tipo: blanco joven, 12,5%. Cepas: albariño. Precio: 13 euros. Puntuación: 8,6/10.
Un albariño joven, complejo, nada gratuito, que a los tonos de fruta madura añade recuerdos herbáceos y algún atisbo floral. Sabroso y fresco, tiene un final rico en evocaciones frutales y una punta mineral.
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RIBERA DEL DUERO
Castellana vena enológica
El Duero es un río de mucha enjundia, vena enológica de la vieja Castilla. Nace en tierras de Soria, donde riza un lazo y hace un requiebro como si quisiera viajar al Mediterráneo, para darse la vuelta y enfilar el Atlántico, que es su vocación y destino. El Duero es un río con las riberas orilladas de magníficas ciudades y villas. Comarca de orografía suave, con oteros enmarcando su calmo discurrir, donde se planta la viña para producir alguno de los mejores vinos del país. Y es que el Duero, en sus 910 kilómetros, riega zonas vitivinícolas con el común denominador de los tintos de cuerpo, graduación elevada y gran riqueza de polifenoles. Son los prestigiosos tintos de Ribera de Duero. Y la capital de estos vinos de ensueño es Peñafiel, con su magnífico castillo. La ciudad está carcomida de bodegas, de tal modo que la superficie socavada y subterránea no será mucho menor que la que campea a cielo abierto, con sus evocadoras arquitecturas medievales y las chimeneas que airean las bodegas.
Cerca de Peñafiel, entre Valbuena de Duero y Pesquera de Duero, se encuentra la bodega más emblemática de España: Vega Sicilia. Aquí, los suelos resultan inmejorables para el cultivo de la vid. Se trata de tierras arcilloso-calcáreas afectadas por un clima continental, de inviernos largos y fríos, veranos secos y cálidos, primaveras fugaces y otoños frescos.
Si Vega Sicilia es la aristocracia, Alejandro Fernández representa una nobleza ganada fundamentalmente con el tinto Pesquera. Con sus beneficios ha convertido en realidad sus más audaces sueños. Como el soberbio viñedo de 215 hectáreas entre los municipios de Roa y La Horra, con una nueva bodega de crianza en el mismo centro de sus parcelas. Ahí nace su Condado de Haza, un vino diferente, más joven y de evolución más rápida, elaborado al más puro estilo bordelés, con la crianza en roble precisa.
Entre Peñafiel y Encinas de Esgueva se alza Legaris, la bodega de Codorníu en Ribera del Duero proyectada por el grupo Naxal, con un aire racionalista tan acusado y estilizado que termina pareciendo un prodigio de geometría zen. Líneas que la luz disuelve en volúmenes, espacios cerrados sobre sí mismos para crear intimidad y lejanía a la vez. Jardín y templo, la bodega muestra y oculta su decidida vocación de calidad. Al diseño arquitectónico le corresponde una visión enológica que aúna precisión científica con emoción estética.
BODEGAS Y VINOS
Vega Sicilia Único, 89
VEGA SICILIA. Carretera Valladolid-Soria, km 40,2. Valbuena de Duero (Valladolid). Teléfono: 983 68 01 47. Tipo: tinto gran reserva, 13,5%. Cepas: tinto fino, cabernet sauvignon. Precio: 120 euros. Puntuación: 9,6/10.
Un abanico de sensaciones con el sello inconfundible de la casa: la perfecta integración entre fruta, madera y reducción. En boca destaca su dulce y suave tanicidad, la gran estructura y concentración.
Condado de Haza, 2001
CONDADO DE HAZA. Pago de Valera. Roa de Duero (Burgos). Teléfon
o: 947 52 52 54. Tipo: tinto crianza, 13,5%. Cepas: tinto fino. Precio: 8,10 euros. Puntuación: 8,8/10.
Hay que dejar que evolucione para poder apreciarlo en toda su magnificencia: aroma de frutosidad intensa y minerales que se imponen a la buena madera. En boca es poderoso, cargado de perfumados taninos, pero muy crudo todavía.
Legaris, 2001
LEGARIS. Carretera Peñafiel-Encinas de Esgueva, km 2,5. Curiel de Duero (Valladolid). Teléfon
o: 983 87 80 88. Tipo: tinto crianza, 13,5%. Cepas: tinto fino. Precio: 12 euros. Puntuación: 8,7/10.
Aroma estilizado, complejo y elegante, con una presencia equilibrada de notas frutales y especiadas en un marco de madera nueva. Boca viva, ágil, con taninos jugosos maduros y la adecuada acidez.
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NAVARRA
Tradición y vanguardia
Puede el viajero plantearse un paseo por Navarra como una cuesta arriba si se encara este viejo reino de sur a norte. Por abajo se expanden las tierras bajas, planas, frutales y ribereñas del Ebro, y por arriba, los duros escarpes de los Pirineos. Por empezar por la Ribera, Tudela, capital de la comarca, deja ver los precarios restos de su polivalente carácter judío, moro y cristiano. La catedral, que otea los huertos ribereños, está de pie sobre lo que fue mezquita mayor. El monasterio cisterciense de la Oliva luce un gótico soberbio. Por allí se alzan varios castillos que, abdicadas sus viejas funciones militares, se dedican a otras cosas. Uno es el de Olite, hoy parador. Otro -mestizo de castillo e iglesia- tiene almenado el campanario. Es el de Ujué. El corazón del rey navarro Carlos el Malo se guarda allí, desde 1387, en arqueta de plata. Muy próximo sobrevive bien el castillo de Javier, muy maquillado, cuna del famoso santo jesuita. En Tafalla dicen que descansaban los reyes, por lo sano de su clima. Ya hemos subido a los 600 metros de altura. Siguiendo cuesta arriba, y haciendo parada en Pamplona, entramos en pleno Camino de Santiago.
Pero el mayor interés vitivinícola de Navarra, y los tiene muchos, está en las cercanías de Estella, en dirección a Logroño, con zonas para visitar como Valdizarbe, Añorbe, Obanos, Eunate, Puente la Reina, Muruzábal y Señorío de Arínzano. Es un itinerario de gran interés artístico-cultural, en el que se une la arquitectura antigua a la concepción más avanzada y racionalista gracias al genio de Rafael Moneo, en feliz conjunción con los Chivite, la prestigiosa familia de bodegueros navarros.
Tan feliz conjunción se da en el Señorío de Arínzano, un precioso conjunto monumental cuyos orígenes datan del siglo XI. El Señorío, una finca de 300 hectáreas situada en el término municipal de Aberin (Merindad de Estella), fue adquirida por la familia Chivite en 1988. Consta de tres edificios que se integran con el paisaje de la finca: una torre defensiva del siglo XVI, una casona del XVIII y una capilla neoclásica. Además de encargarse de la restauración, Moneo integró en este conjunto una nueva bodega, sobria y armoniosa, de hormigón abujardado y labrado que con el tiempo adquirirá una pátina pétrea. En el interior, las cubiertas son de madera con un acabado de cobre que al envejecer, como el vino, ennoblece.
BODEGA Y VINO
JULIÁN CHIVITE. Ribera, s/n. Cintruéñigo (Navarra). Teléfon
Chivite Colección 125, 1999
o: 948 81 10 00. Tipo: tinto reserva, 13,5%. Cepas: tempranillo, cabernet sauvignon y merlot. Precio: 33 euros. Puntuación: 9,2/10.
Impactante la nariz, plena de aromas complejos y elegantes. Extraordinaria la armonía fruta-madera, el perfecto equilibrio logrado sin menoscabo de la potencia, la carnosidad, el esplendor de unos taninos frutosos y perfumados.
4
RIOJA
Pasado y presente
Pasear por el viñedo riojano, de suaves pendientes entre los meandros del río Ebro, vena vital de su enología, es adentrarse en la historia enológica de nuestro país, que ha tenido en La Rioja el paradigma del vino fino de crianza. Por aquí pasó el Camino de Santiago, dejando hermosas joyas románicas. No hay que olvidar que los monjes benedictinos de Borgoña transitaron por estas tierras trayendo devoción, cepas y conocimientos vitivinícolas. Aquí nació el primer vino de calidad, que Gonzalo de Berceo calificara en justicia de "bon vino". Viñas, sendas, fuentes, regatos, castillos o ermitas esperan al viajero amante del vino moderno, de taninos jugosos, roble nuevo y el respeto por el terruño, pero también del rioja de glorias pasadas.
Para conocer La Rioja de toda la vida, nada mejor que una visita a la estación en Haro. Allí, junto a las vías del ferrocarril, se agrupan algunas de las bodegas que han hecho historia y dado lustre a nuestra zona vitivinícola de mayor calidad y prestigio: Cune, Bodegas Bilbaínas, López de Heredia-Viña Tondonia, Rioja Alta, Muga..., más de cien años elaborando vinos que crearon escuela y definieron modelos.
Quien mejor representa hoy este clasicismo es López de Heredia-Viña Tondonia, actualmente dirigida por una generación joven y entusiasta encabezada por Marijose, que sigue aferrada al buen hacer que hiciera famosa la casa. Aquí parece que el tiempo se ha detenido. La bodega, que es también casa solariega llena de cuartos y cacharros, conserva la atmósfera de principios de siglo, como si el bisabuelo fundador guardara su territorio. Lo curioso es que la biznieta, menuda y vivaracha, mantiene celosamente la llama de la tradición familiar. Catar en la lóbrega cava subterránea es una experiencia inenarrable, con blancos viejísimos de una complejidad aromática tan sutil como indescifrable.
En la otra Rioja, la alavesa, Marqués de Riscal ejemplariza la mejor síntesis de clasicismo y modernidad. No sólo por su espléndido tinto Barón de Chirel, sino porque la bodega de Elciego, de estructura funcional, construida en 1883, una de las primeras de la Rioja alavesa, se enriquece con la sede social, creada por el prestigioso arquitecto Frank O. Gehry. Así, el titanio y las formas voladizas de Gehry conviven con las viejas prensas hidráulicas verticales, reliquia para los entendidos y una curiosidad histórica para el resto de los visitantes (como los grandes tinos de madera noble del roble de Allier, que son la clave en distintos procesos de la crianza del vino).
El viaje pide una visita a un enclave fortificado, la noble villa de Samaniego. Su señorial palacio del siglo XVIII, con fachada de sillería de piedra que exhibe el escudo de armas de sus fundadores, recupera el esplendor de las mejores épocas para ofrecer a sus visitantes 11 habitaciones y la degustación de deliciosos platos en su restaurante. Frente al palacio se encuentra una de las bodegas más modernas y audaces de la Rioja alavesa, la obra personal del empecinado y prestigioso Fernando Remírez de Ganuza. Para su vino, empezó con una soberbia plantación en Samaniego con cepas de tempranillo nacidas hace 70 años. Luego ideó la mesa de selección de uvas más perfecta, en la que corta los racimos en puntas y hombros, y baña los granos con mosto para eliminar restos químicos. En época de vendimia, su limpia y acerada sala de selección parece un laboratorio espacial.
En Laguardia, villa medieval minada de bodegas subterráneas, el viajero puede visitar la bodega de Ysios (945 60 06 40), diseñada por Santiago Calatrava, que ya forma parte del paisaje con su perfil sinuoso y la ondulada esbeltez de la cubierta laminar en aluminio. Y muy cerca, en La Rad de Santa Cruz, a dos kilómetros de Logroño, la bodega Juan Alcorta (941 27 99 00), proyectada por Ignacio Quemada, ofrece un muy recomendable espectáculo arquitectónico: la mayor sala de crianza de España. Desde el exterior, la nítida horizontalidad del edificio se funde con el cerro a modo de hermosa pieza de land-art.
BODEGAS Y VINOS Barón de Chirel, 1999
VINOS DE LOS HEREDEROS DEL MARQUÉS DE RISCAL. Torrea, 1. Elciego (Álava). Teléfono: 945 60 60 00. Tipo: tinto reserva, 13,5%. Cepas: tempranillo, mazuelo, graciano. Precio: 32 euros. Puntuación: 9/10.
La perfecta evolución de un clásico: potente nariz de aromas intensos, fondo frutoso sostenido por la madera y las notas especiadas. Buena expresión tánica, con un final elegante en el que sobresale un toque telúrico de mineral y trufa.
Viña Tondonia, 1985
R. LÓPEZ DE HEREDIA-VIÑA TONDONIA. Avenida de Vizcaya, 3. Haro (La Rioja). Teléfon
o: 941 31 02 44. Tipo: tinto reserva, 13,5%. Cepas: tempranillo, garnacha, mazuelo y graciano. Precio: 35 euros. Puntuación: 8,7.
Un viaje fantástico al mejor clasicismo, donde la elegancia y la finura imponen sus reglas. Buqué complejo, ensoñador, con las maderas antiguas y las notas de tabaco y cuero impregnando su cuerpo ligero, de perfiles aterciopelados.
Remírez de Ganuza Reserva, 1999
FERNANDO REMÍREZ DE GANUZA. Constitución, 1. Samaniego (Álava). Teléfon
o: 945 60 90 22. Tipo: tinto reserva, 13,5%. Cepas: tempranillo y graciano. Precio: 36. Puntuación: 9,6/10.
Tinto poderoso, muy concentrado, pero abierto a la expresividad embriagadora de sus taninos maduros y frutosos; paisaje aromático muy complejo y potente en evolución, con la elegancia encerrada en su paladar suave y goloso.
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PRIORATO
La bendición
de la garnacha
El Priorato es un laberinto de colinas donde el terreno se desliza abruptamente en estratos fascinantes, mientras el sol juega al escondite con las sombras de las cepas ancladas en sus ondulantes laderas. Es la accidentada orografía formada por las estribaciones de la sierra de Montsant, con viñedos que llegan hasta los 1.000 metros en pequeñas parcelas que tapizan las laderas. En Falset, la capital del Priorato, se encuentra el abrigo de Sant Gregori, con gran riqueza arqueológica que va desde el periodo auriñaciense hasta el neolítico. En Scala Dei fundó Alfonso II de Aragón una cartuja (1162) cuyas ruinas pueden contemplarse en La Morera. Un viaje alucinante, para terminar en el monasterio de Poblet, panteón de los reyes de Aragón.
Pocos ejemplos hay tan claros de cómo la sagacidad y el buen hacer enológico pueden despertar a una zona vitivinícola histórica como la del Priorato. Todo comenzó en 1981, con la llegada de José Luis Pérez a estas históricas tierras, de abadías y conventos, y cuyos priores -de ahí el nombre- sabían del buen vino. En unión de René Barbier Fil y Carlos Pastrana, inicia la renovación de la zona, basada en cepas muy antiguas (algunas centenarias) de garnacha, cariñena y pequeñas cantidades de cabernet sauvignon, merlot y syrah, con las que elaboran tintos extraordinarios. Un milagro en una denominación de origen anclada en el pasado. Son tintos difíciles, escasos y caros, con cuerpo y garra, aromas intensos y complejos, cálida frutosidad, sobresalientes paisajes de crianza en madera y un magnífico paladar: amplio, sabroso, suave, con plenitud tánica y una expresividad gusto-olfativa que necesita del tiempo para desarrollar toda su potencialidad. Auténticos vinos de terruño, porque el suelo marca claramente la diferencia, con sus fallas y numerosos pliegues que albergan una capa freática rica en agua y bien aireada. Es en estas terrazas, con una profundidad de cultivo de unos 30 centímetros, donde se cultivan las cepas, cuyas raíces penetran en las grietas para encontrar agua y aire. Por otro lado, como estos suelos son muy abiertos, las cepas se deshidratan con rapidez, y solamente las muy viejas, con más de medio siglo, han conseguido un perfecto equilibrio, con una producción escasa, pero de gran concentración.
Entre sus numerosas bodegas destaca por su originalidad la de Álvaro Palacios, joven emprendedor de tradición riojana, creador del vino más caro de España y uno de los mejores, L'Ermita. Declarado bodeguero del año por la revista WineSpectator, ha conseguido integrar sus instalaciones de Gratallops con el terruño. Esta bodega, en principio, no está abierta al público; la oficina de turismo del Priorato (977 83 10 23) informa sobre otras bodegas visitables.
BODEGA Y VINO
ÁLVARO PALACIOS. Cami Manyetes, s/n. Gratallops (Tarragona). Teléfon
L'Ermita, 2000
o: 977 83 91 95. Tipo: tinto crianza, 13,5%. Cepas: garnacha, cabernet sauvignon y cariñena. Precio: 395 euros. Puntuación: 9,7/10.
Aroma explosivo, muy rico en notas afrutadas llevadas al paroxismo de la madurez en armonía con las especias, los perfumes florales, el embrujo balsámico y el telúrico fondo mineral. Un canto a los taninos dulces, frutosos y perfumados.
6
EN TORNO A JEREZ
FILIGRANA Y EMBRUJO
DE LOS VINOS GENEROSOS
Cádiz es asiento de antiguas civilizaciones; un ejemplo de cultura, tolerancia y amor a la libertad. Su capital es luminosa y divertida, y, en la misma costa atlántica, separada por kilómetros de playa, se sitúan pueblos de tanta belleza como tradición marinera: Sanlúcar de Barrameda, a orillas del parque nacional de Doñana, donde el fino es manzanilla; Chipiona, centro veraniego; El Puerto de Santa María, ciudad residencial; San Fernando, rodeada de blancas salinas; Chiclana de la Frontera, con su carácter árabe; Barbate y sus famosas almadrabas, y Tarifa, punto de encuentro surfero. Complemento del Cádiz marinero es el Cádiz serrano, con sus pueblos blancos, como Arcos de la Frontera, insólita y maravillosa población encaramada en los lomos de un cerro alargado. Nieve es el caserío morisco que se asoma al cauce del Guadalete; Grazalema, de casas encaladas y preciosos balcones de forja, es, curiosamente, uno de los lugares donde más llueve en España. Cerca está un pinsapar, bosque de una singular especie de conífera; Olvera, Ubrique... Y en la campiña, soñando con el mar, Jerez de la Frontera, con su marco de viñedos sobre tierra blanca, una ciudad donde el tiempo pasa entre caballos, flamenco, arte y vino. Del vino de Jerez escribió Shakespeare en Enrique IV que, subiéndose al cerebro "le hace abierto, ágil, inventivo (...), todo lo cual, comunicado a la voz, la lengua, que le da expresión, produce excelentes ocurrencias".
Hay en Jerez, El Puerto y Sanlúcar preciosas bodegas, sin parangón en el mundo enológico, cuya visita transporta a otra realidad. Como la de González Byass, una de las mayores bodegas de España y desde luego la mayor de Jerez, que son siete bodegas de elaboración, la primera llamada La Constancia, nombre y signo de su carácter. Y aquí nace, en 1844, el vino con más renombre universal, el primer fino jerezano y actualmente el más vendido en todo el mundo: Tío Pepe. Los Apóstoles, La Cuadrada, La Concha..., son los siguientes eslabones de un progreso que se basa en dos constantes que definen a la bodega: la actividad creadora y la expansión empresarial.
Antonio Barbadillo es toda una institución en Sanlúcar de Barrameda, la zona gaditana de las manzanillas, prima hermana del fino jerezano. No sólo posee la bodega mayor y más importante, sino que ha sido el pionero en lanzar al mercado una manzanilla en rama. Pero donde destaca Antonio Barbadillo, bodega fundada en 1837, es en la elaboración de viejos vinos generosos, verdaderas reliquias de soberbia factura, tanto amontillados como olorosos y dulces. Ambas, y otras no menos prestigiosas como Domecq, constituyen una de las arquitecturas del vino más originales e impactantes, verdaderas catedrales donde se cría la filigrana, tocada por la gracia gaditana y el embrujo de sus vientos contrapuestos, de los generosos, la aportación española más destacada a la enología mundial. No hay mejor fin de camino.
BODEGAS Y VINOS Noé
GONZÁLEZ BYASS. Manuel García González, 12. Jerez de la Frontera (Cádiz). Teléfon
o: 956 35 70 00. Tipo: solera dulce, 21%. Cepas: Pedro Ximénez. Precio: 50 euros. Puntuación: 9,5/10.
Nariz de aromas sin fondo: pasas, dátiles, higos secos, perfumados de cedro, vainilla, clavo. En la boca es aterciopelado, potente y largo sin resultar empalagoso.
Solear
ANTONIO BARBADILLO. Luis de Eguilaz, 21. Sanlúcar de Barrameda. (Cádiz). Teléfon
o: 956 38 55 00. Tipo: manzanilla. Cepas: palomino. Precio: 6 euros. Puntuación: 9/10.
Intensos aromas de crianza punzantes y limpios, con recuerdos de frutos secos. Seca al ataque, se desarrolla potente y glicérica, muy larga y persistente.
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