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El petróleo pone en jaque a la economía

El barril a 37 dólares, el máximo en 13 años y medio, restará medio punto al crecimiento mundial

Fernando Gualdoni

La escalada del precio del crudo de los últimos dos meses restará a la riqueza del mundo unos 225.000 millones de dólares este año, equivalentes al 0,5% del producto interior bruto (PIB) del planeta, según la Agencia Internacional de la Energía (AIE). Los países que lo importan, tanto industrializados como en vías de desarrollo, sufren el incremento de sus facturas energéticas. Al mismo tiempo, aquellos países que exportan crudo pueden llegar a encontrarse con que sus clientes se ajustan los cinturones, bajan su actividad económica y, por ende, reducen la compra de la energía.

Los precios del barril de petróleo, tanto en los mercados de Londres como de Nueva York, han superado los 37 y 40 dólares, respectivamente, y ambos son los niveles más altos desde octubre de 1990, cuando Irak invadió Kuwait. Sólo desde que terminó la segunda guerra con Irak, el 1 de mayo pasado, el crudo se ha incrementado unos 13 dólares, en torno a un 60%. La AIE ha calculado que por cada 10 dólares que aumenta el barril, el crecimiento mundial se frena medio punto porcentual en los países ricos dependientes de las importaciones de crudo, como España, y hasta tres puntos en los menos desarrollados.

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El Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Central Europeo (BCE), la Reserva Federal (banco central) de EE UU ya han dado la voz de alarma por la escalada de la cotización del crudo. El incremento ha sido muy fuerte como para que no vaya a notarse en la economía real. ¿Qué es lo que estos organismos temen? El primer efecto de los altos precios del crudo se traduce en una subida generalizada de los precios, en el aumento de los costes de producción y en la reducción de las inversiones en los países importadores.

En una segunda etapa, el alza del crudo ya comienza a sentirse en el tejido social, ya que reduce la demanda y el poder adquisitivo de los salarios. Después, la caída del consumo y la baja producción terminan por aumentar el desempleo. Estos efectos son más agudos cuanto más pronunciada y duradera es la escalada del crudo. Por el momento, ya se ve el impacto del alza del crudo en el precio de los carburantes en países importadores como España, donde la gasolina sin plomo ha pasado de 83,6 a un récord de 88 céntimos por litro en los últimos dos meses, mientras que el gasóleo se ha encarecido de 70 a 74 céntimos.

La percepción de que estamos en un periodo de altos precios, cuyo fin no se vislumbra en el horizonte, añade actualmente entre dos y tres dólares a la cotización real del crudo. El petrolero no es un mercado tangible, sino de títulos, de papeles que valen por una determinada cantidad de barriles de oro negro que en algunos casos cambian de manos decenas de veces desde que un buque sale de un puerto del golfo Pérsico y entre 10 y 20 días después llega a Rotterdam, Génova o algún puerto en la Costa Este de EE UU.

Actualmente hay una gran demanda de esos títulos petroleros, ya que los intermediarios creen que los que hoy compran a 35 dólares mañana valdrán 37, y pasado, más. El mercado cree que quien posee esos títulos obtiene una muy buena rentabilidad y casi garantizada, porque el crudo no sobra en el mercado y, más aún, puede llegar a faltar.

La principal razón de esta creencia es la escalada de la violencia en Irak, porque retrasa cada vez más la puesta en marcha del prometedor sector petrolífero de este país; y los últimos atentados dirigidos específicamente al sector energético saudí, el más importante del mundo. Añadido a esto, aún hay mucha inestabilidad política en Venezuela, otro gran proveedor de crudo, además de que se mira con recelo hacia Nigeria, cuya producción se vio frenada e incluso paralizada en 2003 por huelgas y refriegas étnicas.

Todos son grandes riesgos para el normal suministro de crudo, y más ahora que la economía estadounidense está recuperando su nivel de actividad y que Asia, incluyendo Japón, ha aumentado fuertemente su demanda de energía. La AIE prevé que China supere a EE UU como el máximo importador de crudo del mundo. Los mercados financieros están muy atentos, y ello quedó patente cuando el pasado jueves las bolsas reaccionaron con pérdidas de entre el 1,5% y 2% al alza del barril por encima de los 37 dólares.

La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), que produce en torno al 40% de todo el crudo del mundo, intenta quitar hierro al temor a la escasez. Por un lado sostiene que la actual oferta se ajusta a la demanda e insiste en que suministrará todos los hidrocarburos extra que se necesiten. Para los países importadores, sin embargo, la voluntad de la OPEP no encaja con sus actos, ya que la organización recortó su producción en 2,5 millones de barriles diarios entre mediados de febrero y finales de abril para impulsar los precios. A pesar de que el cartel nunca llegó a hacer un rebaja tan fuerte de su extracción (argumento que usa en su defensa), sí ha llegado a bajarla en un cuarto de millón de barriles.

Este recorte, aunque pequeño, ha sido muy mal encajado por el mercado, que cree que la OPEP se resiste a reconocer que erró al calcular que la oferta iba a bajar en el segundo trimestre y que la producción de Irak iba a recuperarse a los niveles previos a la guerra. La OPEP estudia ahora rectificar su decisión en su cumbre prevista para el 3 de junio en Beirut, pero hasta entonces, el mercado cree el barril de crudo se mantendrá como mínimo por encima de los 35 dólares. El ministro de Energía kuwaití, Ahmed Fahd al-Sabaj, pidió ayer a los países miembros de la OPEP aumentar su producción de petróleo para garantizar el mercado petrolífero internacional. "Kuwait espera que los miembros de la OPEP continúen produciendo petróleo hasta que el mercado petrolífero mundial se tranquilice", declaró el ministro al considerar que actualmente existen en el mercado "un excedente de 3 a 3,5 millones de barriles de crudo diarios".

Un ejecutivo de la petrolera estatal saudí, Aramco, observa los trabajos de ampliación en el yacimiento petrolífero de Al Hotwa.
Un ejecutivo de la petrolera estatal saudí, Aramco, observa los trabajos de ampliación en el yacimiento petrolífero de Al Hotwa.ASSOCIATED PRESS

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Sobre la firma

Fernando Gualdoni
Redactor jefe de Suplementos Especiales, ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS como redactor de Economía, jefe de sección de Internacional y redactor jefe de Negocios. Es abogado por la Universidad de Buenos Aires, analista de Inteligencia por la UC3M/URJ y cursó el Máster de EL PAÍS y el programa de desarrollo directivo de IESE.

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