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Reportaje:

Un paseo por el Raval

La calle de la Junta de Comerç será peatonal y conectará una zona de viandantes entre la plaza de la Gardunya y la Rambla del Raval

La calle de la Junta de Comerç será peatonal. No es una calle grande ni demasiado larga. Pero hacerla peatonal va a permitir que se acabe de zurcir en pleno barrio barcelonés del Raval un eje de peatones con un punto de partida: la plaza de la Gardunya -donde desaparecerán los coches-, para seguir por la plaza del Canonge Colom, cruzar por la calle del Hospital, adentrarse en la de la Junta de Comerç, alcanzar la calle de Sant Pau -que ya es para uso de los peatones- y enlazar con la Rambla del Raval, el emblema del nuevo barrio multirracial (véase el gráfico). El Ayuntamiento ya ha tomado el compromiso de hacer peatonal la calle de la Junta de Comerç, aunque afirma que todavía no hay una fecha decidida para empezar las obras. La conversión en calle exclusiva para peatones es una buena noticia para los comerciantes de la zona. También para los andarines y para quienes van al teatro Romea, uno de cuyos laterales está en la calle de la Junta de Comerç.

La barra del bar Mendizábal es una de las pocas que quedan para acodarse en plena calle

En total, será un paseo sin coches de algo más de un kilómetro, salvo el necesario y breve cruce por la calle del Hospital. Ahora se puede hacer un recorrido similar desde la calle de la Morera enlazando con la de Sant Agustí. Pero la primera queda aislada durante los días festivos, cuando cierra el mercado de la Boqueria. Además, los porches que rodean el mercado se cerrarán de noche, según han acordado el Ayuntamiento y los comerciantes.

Esta calle se reconoce enseguida no sólo porque está al lado de un lateral del Romea, sino porque tiene uno de los escasos bares con un mostrador que da a la calle, la barra del bar Mendizábal, un sitio donde acodarse al aire libre. Las barras a la calle son cada vez más raras de ver en el Raval, de donde han desaparecido estos locales en calles cercanas como la de la Cera y la del Arc del Teatre.

En una vía más bien corta -de no más de 200 metros- hay seis hoteles y pensiones, una lavandería, dos grandes supermercados, varios restaurantes vegetarianos y étnicos y hasta una sastrería teatral cinematográfica y de televisión, según anuncia un rótulo colocado en la calle. Su anchura es mayor que la de las otras calles de su alrededor. Sus casas -que son distintas y tienen grandes balcones y colgadores para mover enseres con poleas- se parecen a las que rodean el mercado del Born. Rematan el paisaje una oficina de la Cruz Roja y otra del Departamento de Bienestar Social; esta última ocupa la que probablemente sea la mejor esquina de la calle, junto a la de Sant Pau.

La calle toma el nombre de la Junta de Comerç, una entidad que fue importante en la historia económica de Cataluña en la época del proteccionismo de los siglos XVIII y XIX. La entidad, que estaba formada por comerciantes e industriales, tuvo competencias en comercio y legislación marítima, y creó escuelas y centros de enseñanza, entre ellas la Escuela de Náutica. Josep Eglésies explica en un opúsculo editado en 1969 que de la efectividad de la entidad da fe el hecho de que "en febrero de 1763 se publicó una real orden en la que se disponía que los uniformes de los ejércitos se habían de confeccionar con baietons de Alcoi (...). La Junta barcelonesa de Comerç se puso inmediatamente en movimiento y tres meses después conseguía la derogación de la orden", relata Eglésies.

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Pero la Junta de Comerç no siempre tuvo esta efectividad y fue perdiendo peso

paulatinamente. En los primeros años de la década de 1830 perdió su última batalla cuando sufrió un estrangulamiento financiero al retirarle el Gobierno el cobro del impuesto que percibía sobre el valor de las mercancías que pasaban por la aduana de Barcelona.

La calle y la zona también tienen su historia más reciente. En la década de 1970 y en los primeros años de la de 1980, recibía allí a los periodistas, en un sobrio piso, el viejo dirigente comunista Enrique Líster, líder del Partido Comunista Obrero Español. Para entonces Líster hacia ya dos décadas que se había escindido del Partido Comunista de España (PCE) después de pelearse con Santiago Carrillo y con Dolores Ibárruri, La Pasionaria.

Quienes deseen seguir esta ruta peatonal pueden encontrar a 300 metros de la calle de la Junta de Comerç una placa colgada en la pared, en la calle de Sant Rafael esquina con la Rambla del Raval (antes calle de la Cadena), que recuerda el lugar junto al que en 1923 cayó asesinado a tiros de pistola Salvador Seguí, más conocido como el Noi del sucre, que fue secretario general de la histórica CNT. Rosa Gil, presidenta de la Fundació Tot Raval y propietaria del cercano restaurante Casa Leopoldo, recuerda que fue el alcalde de Barcelona Narcís Serra quien colocó durante su mandato la placa en el lugar donde el anarquista cayó mortalmente herido. Pero pasados unos años la placa conmemorativa fue destruida y estuvo desaparecida durante casi 20 años, hasta que hace tres un grupo de personas decidió recuperar la memoria histórica del barrio y reponerla para seguir recordando la memoria del Noi del sucre. Un dirigente político que tuvo una vida casi de película, muy a tono con la instalación de la Filmoteca de Catalunya que está previsto construir en la plaza contigua que lleva su nombre.

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