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Gilberto Gil y la Red de "ministros Locos"

Juan Arias

Sin duda, Gilberto Gil, el genio de la canción, es el ministro de Lula más original y divertido. Prestado al Ministerio de Cultura, el cantante se siente libre para decir lo que quiera. Le ha tomado, eso sí, gusto a la corbata, que no la apea para nada. En medio de la crisis que zarandea al Gobierno, Gil sonríe imperturable, y dijo, en castellano, en la Caja Económica Federal: "No soy de los que dicen: hay Gobierno, estoy en contra". Y añade: "¿No es el Gobierno de mi país? Pues entonces estoy a favor. Estuve también antes a favor de los gobiernos anteriores, porque también eran de mi país". Contó que esta semana había escuchado del ministro de Relaciones Exteriores de Marruecos, Mohamed Benaissa, que para ser un buen ministro de Cultura es preciso estar loco y que había propuesto la creación de una red de "ministros locos". A su colega Caetano Veloso, que ha acusado al Gobierno de Lula de ser conservador en vez de experimentalista, le recordó que hace cuatro meses, en Bahía, había dicho lo contrario. Y a la pregunta de cómo lidiaba personalmente el tema del sexo y de las drogas, Gil, con sonrisa de niño travieso, cogido con la masa en las manos, respondio: "En estas cosas siempre fui moderado. No soy fanático. De verdad".-

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