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Análisis:APROXIMACIONES
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

El barrio de los casos perdidos

En alguna ocasión, el cineasta Joaquim Jordà (Santa Coloma de Farners, 1935) ha reflexionado sobre la imprecisión de la frontera que separa la puesta en escena, atribuida a la ficción, y la puesta en imágenes, de la que suele apropiarse el documental. En una charla con su colega Marc Recha, con quien comparte heterodoxia audiovisual, Jordà sostenía que, a estas alturas de la película, las etiquetas "documental" y "ficción" ya no tienen sentido. Su último trabajo estrenado, De nens (De niños), abunda en estos postulados a partir de las circunstancias de uno de los barrios más degradados de la Barcelona de finales del siglo XX. Jordà no es ningún debutante. Fue uno de los más radicales alumnos de la Escuela de Barcelona y, posteriormente, inició una trayectoria que le llevó al exilio militante en Italia. Tras un periodo como traductor, regresó al cine con Numax presenta (1980), varias colaboraciones como guionista (con Aranda, Camus, Rovira-Beleta, Linares, Gutiérrez o Recha) y la dirección de tres largometrajes: El encargo del cazador (1991), Un cos al bosc (1996) y Monas como Becky (1999).

"Sólo juzgan lo que no entienden", afirma una prostituta en la frase que mejor resume la película

En 1997, el caso de pederastia que convulsionó el barrio del Raval en Barcelona saltó de la crónica de sucesos al escándalo sociológico. Cebado con sensacionalismo y negligencia, el caso se hinchó hasta reventar. Varios elementos contribuyeron a que fuera así: los medios de comunicación y una actuación policial y judicial objetivamente mejorables. Una de las personas que más escribió sobre la cuestión fue Arcadi Espada. En su libro Raval, del amor a los niños (Anagrama, 2000) dejó clara su opinión sobre el concepto "versión de los hechos", tan manoseado en aquellos días: "Las distintas versiones de los hechos, faro y guía del periodismo ejemplarmente considerado, sólo revelan la incapacidad del oficio, su fracaso epistemológico. Está bien. Al final siempre se fracasa. El problema es disimular los fracasos con ejemplaridad. Aún es peor disfrazar la corrupción con ejemplaridad".

Quizá por eso, Jordà se ha alejado

de todo ánimo ejemplarizante sin por ello aceptar la parálisis impuesta por la certeza del fracaso. Paralelamente a la trama judicial, De nens retrata la reconversión urbanística de un barrio en el que los intereses, como en el caso de la supuesta red de pederastia (primero gigantesca, luego deshinchada por la evidencia de una miseria multiforme), predominan sobre las necesidades (un proceso que, curiosamente, tiene un nombre con ecos carcelarios: rehabilitación). Conflicto ideológico, pues, aunque tratado desde una óptica que respeta ciertas convenciones del género de documental (de autor, en este caso). La tradición del cine judicial es la referencia que facilita la disgresión reflexiva. El juicio contra los acusados de pederastia es al mismo tiempo texto y pretexto. Texto porque constituye un argumento y pretexto por que sirve para escarbar en esa transición en la que los mismos que con la llegada de la democracia proponían cambios radicales tuvieron que ejecutar, ya desde el poder, traumáticas cirugías urbanas.

La cadena texto-pretexto-contexto de De nens se retroalimenta a un ritmo (188 minutos) que está en los antípodas no sólo del cine de evasión sino también de las formas de documental más convencionales. El juicio presenta a los protagonistas (jueces, fiscales, acusados, trabajadores sociales, periodistas) y desarrolla una hipótesis de cómo y por qué se pudo llegar a esa situación. En manos del documentalista, la realidad es una partitura. Jordà la interpreta mostrando las suturas del proceso, permitiéndose guiños a Lewis Carroll y reconstrucciones siempre arriesgadas. El espectador asiste a un triple desfile de evidencias: a) en el tribunal, los acusadores tienen más ventajas que los acusados, b) en la calle, también y c) el documental es una forma de ficción si admitimos que la justicia también lo es. La carne de cañón podría localizarse sobre el mapa y coincide, casualmente, con el tejido más vulnerable del barrio (ese que, en otro documental, inspiró el En construcción, de José Luis Guerín). Las diferencias entre lo que se demuestra y lo que se castiga pone en evidencia el sistema. Dentro de la sala, la ley será sentencia. Fuera de ella será expropiación. Dentro del cine será denuncia minoritaria y/o elitista.

Las imágenes del sopor de las

vistas en el tribunal, la amenaza de una siesta con luz y taquígrafos aliñan un conjunto de detalles que, sumados, configuran un retrato totalmente distinto. Como en ese Lincoln daliniano construido a base de minúsculos retratos distintos, conviene distanciarse para apreciar la totalidad. La paidofilia, encarnada por el condenado Xavier Tamarit, constituye uno de esos minirretratos. Pero hay otros: la marginación, la justicia ("sólo juzgan lo que no entienden", afirma una prostituta en la frase que mejor resume la película), la explotación urbanística y mediática, la división de los movimientos vecinales. De detalle en detalle, se apunta a la monstruosidad, la peor enemiga de los niños. Y por si no había quedado lo bastante claro, el grupo teatral La Vuelta, capitaneado por el cantante Albert Pla, subraya lo que ya se intuía. La redundancia forma parte del discurso. Al final, uno deduce que se trata de contar, a partir de la escenificación de un juicio a casos perdidos de antemano, la mutación del viejo barrio chino a moderno Raval. En otras palabras: una historia que acaba mal. Lo canta Albert Pla: "Ésta es la historia de unos niños que juegan por dinero". ¿Acaso no fue por dinero por lo que los adultos dejaron de jugar?

Un grupo de psicólogos declara en el juicio sobre pederastia del Raval, en Barcelona, en 1971.
Un grupo de psicólogos declara en el juicio sobre pederastia del Raval, en Barcelona, en 1971.SILVIA T. COLMENERO

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