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VISTO / OÍDO
Columna
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Otra vez el Diablo

Diablo: (Ríe) Menos mal, todavía hay alguien que se acuerda de mí.

Alejandro Casona

"Una mente diabólica" paralizó al Gobierno desde el atentado de Atocha, dijo Aznar en la Cope, donde también creen en el Diablo (viven de él). Estas cosas suceden con políticos confesionales. Arias Salgado, ministro franquista de Información, me decía que el Diablo salía de un pozo de petróleo de Bakú y mandaba a Stalin cómo dirigir el mundo. "Pero no te preocupes: al final siempre triunfa el Bien". Yo le tenía mucho miedo al Bien, porque había causado desastres: era Franco, Fraga. Arias dejó hijos que, como tantos descendientes de jerarcas, continúan su política con Aznar para exorcizarnos. De este tipo de alucinaciones ya tengo yo mucha idea. Creo que el problema de Aznar comenzó cuando se cometió el horrible atentado contra él, que resistió no sólo por el admirable blindaje del coche sino por protección divina. En mi fabulación pienso que su mentalidad cambió. No su talante, que tanto ha ayudado porque venía del Frente de Juventudes y las escuelas pías, y de una genética muy probada, sino su repentina concepción de la vida: pensaría que había sido ahorrado por la Providencia para salvar al mundo del terrorismo, y tenía ocho años para hacerlo, después de lo cual descansaría. En este cuento cabe también que el atentado no fallara totalmente, y que Aznar sufriera algún golpe en la cabeza no fácilmente visible, pero capaz de alterar un comportamiento. Que yo sepa, a Aznar le faltaron estos psicólogos, estos psiquiatras que ahora se precipitan a atender a todas las víctimas y sus familiares para evitar problemas psíquicos. El español Rojas Marcos, que trabaja en Nueva York, escribió hace unos días, aquí mismo, cómo es el efecto durable de un choque psíquico de ese tipo. Quién sabe si fue ese efecto el que paralizó a Aznar. Aunque él dice que paralizó "al Gobierno": el Diablo puede hacerlo, y en cambio alentar a la oposición, que es más de su estilo.

(No sé: él no dice Diablo, sino "mente diabólica": no veo yo a Polanco en esa función. Cebrián tiene más parecido, con su color, su barbita, su sonrisa... En Ceberio no hay ni que pensar. Hay datos esotéricos: el atentado fue un 19 de abril y la toma de posesión del Enemigo que le quita su cargo será el 19 de abril).

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