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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Imágenes escritas

Wim Mertens compuso en 1995 una de sus obras más bellas. La llamó Jeremiades. Allí se transformaban las notas musicales que, ahora, me recuerdan las imágenes -minimalistas- de Vallhonrat en su colección Casa de humo. Aquélla era una música minuciosa, que, en lo visual, me recuerda los registros de esta exposición. Escribir sobre la obra de Javier Vallhonrat (Madrid, 1953) es narrar literariamente sobre el capítulo de las formas que enmarcaban sus evolutivos registros a lo largo de una densa trayectoria.

Él juega con la puesta en sala de las galerías, con los envoltorios de su producción -los marcos-. Es un artesano de las irregularidades geométricas; disfruta con la ruptura de los espacios; y apuesta, fundamentalmente, por lo individual, con todo lo que habita en esos lugares, que son de nadie: los que usan el contrapunto y la divergencia con la arquitectura de lo personal y no la de lo genérico. Estamos ante una obra escrita visualmente en primera persona. Es el territorio de los que siempre han manejado, sabiamente, los potenciales plásticos de la fotografía; el de los conocedores de la comunicación como recurso estético. Por ejemplo, subrayamos su serie, datada en 1988: El espacio poseído, lo hizo magistralmente con obras como Hexágono, a los que acompañaban referencias literarias (los pies de fotos), que resultaban determinantes ilustrativos de estas imágenes y que eran complementarios y concordantes de la enmarcación (física) de la obra.

JAVIER VALLHONRAT

'Casa de humo'

Fundación Telefónica

Fuencarral, 3. Madrid

Hasta el 25 de abril

Vallhonrat es un especialista en la puesta en sala. Lo hace con la tendencia expositiva de la nueva fotografía. Aquí, en su Casa de humo, establece un combate con la foto que aparece en pantalla, con la copia tradicional, frente a las que duran menos de cinco segundos en las secuencias del guión de un videoclip. Ahora se entiende que pueda llegar a los límites del más puro minimalismo de la linealidad de sus tomas, presentadas bajo el genérico Casa de humo, en la Fundación Telefónica (Madrid).

Son magníficas sus técnicas de última generación, que rompen las líneas de una geografía de exposiciones casposas a los que las padecemos estos últimos años en el medio. Esta epidemia es ajena a él. Muestra de ello son las series Vuelvo a ti (tres fotos en color, en metacrilato, y un par de vídeos añadidos, en formato DVD, emitidos en bucle sonorizado) y las colecciones denominadas Gabriel (fotos en color, en gran formato, 176×124 centímetros cada una), o las llamadas Casa de humo, de idénticas características, y la titulada Rooming in, también con similar tamaño y tratamiento en DVD.

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