Exhibición entre lágrimas

Entre lágrimas, en el partido más emotivo de su vida, Pau Gasol ejecutó una de sus mejores actuaciones desde que aterrizara hace dos años y medio en la NBA. Ganaron los Grizzlies a los Clippers (98-89) y el baloncestista español tuvo una actuación deslumbrante que cerró con unas cifras de ensueño: 24 puntos, 18 rebotes, seis asistencias y dos tapones en los 34 minutos en los que se estuvo dentro de la cancha. Previamente, los 17.649 espectadores que llenaron la Pirámide, de Memphis, se pusieron en pie para unirse a los jugadores en el minuto de silencio en homenaje a las víctimas del atentado terrorista en Madrid.

Todas las miradas estaban puestas en Gasol, que lucía un crespón negro en su camiseta y a duras penas aguantaba el llanto. Tanto él como sus compañeros se colocaron en el brazo un brazalete con el nombre de Pau y su número, el 16. La misma inscripción figuraba en las zapatillas, también de color negro. En la grada, una bandera española no dejó de ondear ni un instante.

Gasol se sobrepuso a la emoción y se agigantó ante unos rivales que no consiguieron pararle. Cierto es que sus porcentajes de acierto no fueron elevados -encestó nueve de sus 23 tiros de campo y seis de sus 11 libres-, pero su participación en el juego resultó decisiva. Batió su récord personal de rebotes, 18, nueve en el ataque.

"Lo menos que podíamos hacer era este pequeño homenaje", declaró Gasol; "lo ha pedido la gente de mi país y, obviamente, yo deseaba hacerlo de corazón".

Con este triunfo, el séptimo consecutivo, los Grizzlies ponen un pie y medio en la fase final y se aseguran acabar el curso con más victorias que derrotas -llevan 41 por 24- por primera vez.