A todo o nada
-¡No, señora! ¡No, señora! -Pepe Blanco habla contundente al auricular del teléfono-. ¡No, señora y no señora! Si usted quiere ZP de presidente, me vota ZP. ¡Y punto! Ése es el conceto.
-Pero es que comprenda usted que yo...
-¡Que no hay tu tía, señora mía! O ZP, o aténgase a las consecuencias.
-Pues yo defiendo y defenderé la izquierda plural.
-Que le aproveche, señora.
-Y el entendimiento de los pueblos.
-Me alegro enormemente.
-¡Y no pienso votar a ZP!
-El voto es libre, señora, ¿a mí qué me dice? Si quiere usted Mariano, vote lo que sea. Si quiere ZP, ya sabe.
-Pero...
-Aquí no hay segundas marcas.
-Pero...
-Que Dios dijo plurales pero no primos, señora.
-¡Pues a la mierda!
-¡A la mierda usted, señora!
-¡Pero, Pepe! -se escandaliza ZP, que ha llegado al despacho del secretario de organización alertado por los gritos-. ¿Cómo se te ocurre enviar a la mierda a una electora?
-Si es Gaspar Llamazares, hombre -replica Blanco- que ha llamado ya mil veces haciéndose pasar por mil personas. ¡Hasta se ha hecho pasar por Pujol! Y le imita bien, le tiene cogido el conceto al pequeñajo.
-A ver si era Pujol en persona.
-Qué va, sólo hace que insistir en su conceto: que gobernemos aunque no ganemos.
-¡Que eso también lo dice Pujol, Pepe! ¿No me habrás enviado también a la mierda a Pujol? A ver si nos quedamos aislados, como el PP.
-Bah, ya se le pasará. ¡Les tenemos comida la moral a todos con nuestro conceto! O ZP, o consecuencias: prepotencia, guerra mundial, chapapote y plagas.
-O PP o verbena nacional, Gabi -afirma Rajoy-. Con eso vamos a machacar hasta el viernes. ¿No podría subir un doble mío a la tribuna y repetirlo?
-No estés pasota, que se transmite.
-¿Y qué quieres que haga, si estoy hasta los mismísimos? Por lo menos tenemos callado al Chinchinato.¡Qué paz!
-Amén.
-¿Pues no va Iñaki y me pregunta cuánto es el salario mínimo? Por suerte, me sonaba que ZP había prometido subirlo a cien mil y pude responder que algo menos de cien mil. Pesetas, ¿no? A ver si disparaté.
-Balbuceaste un poco.
-Más balbuceé cuando me preguntó por las armas químicas. ¡Hasta carraspeé! ¿Y qué? Ahora se ha puesto de moda que va uno a las entrevistas y parece aquello el Trivial Pursuit. ¿A mí qué carallo me importa el salario mínimo? También dije que no sé si Urdaci está condenado por manipulación, que lo del Yakolev me suena de algo, deshice la oferta a CiU, y sugerí que la apelación al patriotismo socialista para que voten PP era una broma, aunque también podía tomarse en serio. En resumen: estuve bien, siendo yo mismo.
