El traslado de empresas a los nuevos países de la UE aumentará en los próximos años

El traslado de empresas desde la próspera Europa occidental hacia los países de la ampliación no ha hecho más que empezar. Así lo augura un informe del instituto económico alemán Ifo y de la Universidad de Múnich y presentado recientemente. La capacidad de competir en costes laborales y su menor protección social convierten a los 10 países que en mayo accederán a la UE en lugares atractivos donde fijar empresas. Ante esta situación, España debe invertir en innovación en vez de intentar competir en bajos costes, según Xavier Vives, uno de los autores del informe.

La ampliación europea que se producirá el próximo 1 de mayo, la mayor que ha experimentado nunca el proyecto comunitario, obligará a adaptarse tanto a los nuevos miembros como a los antiguos. La industria europea fijará sus intereses en esos Estados, que en pocos meses dispondrán de todas las ventajas legales de pertenecer a la Unión Europea pero con costes laborales que no alcanzan el 30% de los comunitarios. "Los trabajos manufactureros de baja cualificación probablemente se reubicarán en los países de la ampliación", señala el último informe Cesifo sobre la economía europea en 2004. Este documento, tercero de carácter anual que publican el instituto alemán de información económica Ifo y el Centro de Estudios Económicos de la Universidad de Múnich, fue presentado en España por la Fundación BBVA.

Pese a destacar los efectos beneficiosos que la ampliación reportará a los países entrantes (Chipre, República Checa, Estonia, Letonia, Lituania, Hungría, Malta, Polonia, Eslovenia y Eslovaquia), el informe recalca las amenazas a las que se verán sometidos los 15 actuales. En un capítulo dedicado a la ampliación, el texto pronostica "importantes dificultades" para varios de los países de la UE, que podrían derivar en un aumento del desempleo. El argumento es el siguiente: dado que los salarios correspondientes a las actividades de baja cualificación son más abultados en el Oeste que en el Este, se corre el riesgo de que la industria occidental pierda terreno a gran velocidad y, al mismo tiempo, que esta pérdida no se vea compensada con la creación de nuevos puestos en el sector servicios. Ante ese dilema, el informe considera "deseable" que los Estados occidentales revisen sus sistemas de bienestar para admitir la "necesaria" flexibilidad salarial para los trabajadores menos cualificados.

Tan drástica propuesta vino acompañada de algunas alternativas durante la presentación del informe en Madrid. Xavier Vives, uno de los ocho autores, sugirió que España, como país afectado por este fenómeno, "debería invertir mucho en innovación y desarrollo en lugar de competir con costes bajos". Es decir, aspirar al valor añadido en un momento en que los costes van a ser en otros países también comunitarios mucho más bajos que en España. Vives prevé una pérdida de peso de los sectores que más se nutren de mano de obra no cualificada a favor de los que invierten en capital tecnológico. La llamada de atención se extiende también al sector servicios. "Hay que pasar del turismo barato al turismo de calidad", indicó Vives.

Para ilustrar el impacto que la presencia de esos 10 nuevos vecinos puede tener en la industria, el informe sobre economía europea en 2004 aporta un dato: el 60% de las empresas alemanas con menos de 5.000 empleados ya ha instalado fábricas fuera de la Unión Europea, la mayoría de ellas en Europa del Este.

Las facilidades laborales en los nuevos países no sólo estriban en el volumen salarial. El nivel de cobertura de los trabajadores protegidos bajo el paraguas del convenio colectivo -establece las condiciones de trabajo pactadas entre patronal y sindicatos- es mucho menor en los 10 futuros miembros que en los antiguos. Salvo las excepciones de Chipre y Malta, los convenios cubren a menos de la mitad de los trabajadores en todos los Estados de la ampliación y en el caso de Letonia y Lituania no alcanzan el 20%.