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Una auditoría desvela que Wal-Mart violó las leyes laborales en el empleo de menores

El informe detectó 1.371 casos en los que jóvenes trabajaban hasta altas horas de la noche

La cadena de distribución más importante del mundo, Wal-Mart, se enfrenta a serios problemas con la justicia. Una auditoría interna realizada hace tres años ha puesto en evidencia que la compañía violó numerosas leyes laborales que regulan el empleo de menores de edad al hacerlo bajo condiciones más que dudosas. El informe también revela que la directiva de la compañía se saltó a la torera otras reglas relativas al tiempo de trabajo, los descansos de los empleados y los horarios de comida a los que tienen derecho los trabajadores durante la jornada laboral.

Los problemas de Wal-Mart, cuyo propietario es Sam Robson, no se limitan exclusivamente a la contratación de inmigrantes ilegales, como se puso en evidencia hace unas semanas. La violación de las leyes que rigen el mercado laboral en EE UU y en los diferentes estados del país muestra que las irregularidades están más "extendidas". Es la conclusión general a la que ha llegado una auditoría interna realizada en 128 establecimientos de la cadena de distribución y los registros laborales de 25.000 empleados durante una semana de trabajo.

El resultado del control, realizado por la auditora Bret Shipley en julio de 2000, se mantuvo en secreto hasta que ayer lo publicó el rotativo The New York Times. El informe revela que durante ese periodo hubo 1.371 casos de menores que estaban obligados a trabajar "aparentemente hasta altas horas de la noche". Según la auditoría, tampoco se respetaron los horarios escolares porque los infantes tenían que trabajar gran parte del día.

También se pone en evidencia que en 60.767 casos los empleados de Wal-Mart no pudieron gozar de los tiempos de descanso previstos en la legislación a los que tenían derecho en base a la legislación laboral. Y en 15.705 casos, según explica el diario neoyorquino, ni tan siquiera tuvieron tiempo suficiente para poder comer.

La auditoría, según los directivos de la compañía, "no refleja la conducta actual dentro de sus instalaciones". Además, la compañía se defiende echando la culpa a los trabajadores, y en este sentido afirma que "pudo tratarse más bien de un descuido" por parte de los empleados, "que no marcaron sus tarjetas" a la salida o al regreso de las pausas laborales. Respecto a los horarios de los menores, desde la compañía apuntan que "quizás esos días no hubiera clases".

Pero los antiguos empleados de Wal-Mark opinan lo contrario y aseguran que desde la cadena de supermercados -las más grande del mundo, con 3.500 centros sólo en EE UU y 1,2 millones de empleados- se está violando con frecuencia la legislación laboral. Una práctica que se hace más evidente, según indican, en los locales con menos personal disponible. En total hay 40 denuncias relacionadas con estos problemas ante los tribunales.

"Es su propio análisis el que está poniendo en evidencia que han forzado a sus empleados a trabajar sin poder descansar ni comer", explica uno de los abogados que están actuando contra Wal-Mart. "Lo que se está demostrando con la auditoría es que la política de la compañía violaba las leyes laborales en prácticamente todos los estados del país donde opera", añade el experto legal.

Las autoridades laborales tampoco esconden su perplejidad ante el volumen de los abusos. "Debe ser una fuente de preocupación", afirma una antigua responsable del departamento de empleo. La cadena de distribución podría enfrentarse a importantes problemas si la justicia constata que la organización del empleo en sus centros de distribución y el reparto de las horas de trabajo no se realizó convenientemente, según concluyen los expertos.

Sam Robson.
Sam Robson.

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