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El escándalo de Parmalat se agrava con la detención de otros siete directivos y auditores

La compañía italiana pedirá nuevas líneas de financiación para intentar salir de la crisis

Buena parte de la cúpula de Parmalat pasó el Año Nuevo en la cárcel. La policía detuvo ayer a siete personas acusadas de complicidad con el ex presidente del grupo italiano de alimentación, Calisto Tanzi, en el desfase contable de más de 10.000 millones de euros que ha llevado a la empresa a la quiebra. Dos ex directores financieros de Parmalat y dos auditores de la filial italiana de la firma Grant Thornton se encuentran en el grupo de detenidos en redadas en Milán, Parma y Como. Parmalat pedirá a los bancos nuevas líneas de crédito el mes próximo para salir de la crisis.

Todos los detenidos están acusados de haber contribuido a llevar a la mayor compañía italiana de alimentación a la crisis. Uno de ellos, Fausto Tonna, antiguo director financiero, está considerado por la fiscalía como el "cerebro" de un complejo entramado de "ingeniería financiera" cuajado de maniobras ilícitas durante los últimos 15 años para falsear las cuentas de la empresa. Calisto Tanzi, fundador del imperio Parmalat, se encuentra en la cárcel de San Vittore, de Milán, desde el sábado pasado, tras el arresto dispuesto por la fiscalía de Parma, acusado de manipulación bursátil y proporcionar información falsa a las autoridades de supervisión bursátil.

Además de Tonna, ha sido detenido otro ex director financiero, Luciano del Soltado, acusado de asociación para delinquir y bancarrota fraudulenta, junto a los auditores Lorezo Penca y Maurizio Bianchi, de la firma Grant Thornton -certificó las cuentas del grupo durante la década de los noventa-, y el abogado milanés Gianpaolo Zini. Se espera que un octavo ejecutivo, el director de la filial de Parmalat en Venezuela, Giovanni Bonici, se entregue a las autoridades judiciales en los próximos días.

De forma paralela, la fiscalía de Parma investiga el papel que jugó Bank of America en este escándalo. Se sospecha que algunos funcionarios de este banco estadounidense estaban al corriente del fraude o que incluso podrían haber participado en él. El caso Parmalat se destapó hace un par de semanas después de que Bank of America negara la autenticidad de un documento que aseguraba fondos por 3.950 millones de euros en posesión de la sociedad Bonlat, filial de Parlamat ubicada en el paraíso fiscal de las islas Caimán. Se calcula que el agujero contable de Parmalat alcanza entre 10.000 millones y 13.000 millones de euros. Según la prensa italiana, la compañía pretende obtener en las próximas semanas nuevas líneas de crédito por un importe cercano a los 100 millones de euros para poder seguir funcionando.

Mientras tanto, la investigación del caso se amplía. Representantes de las fiscalías de Milán y Parma procedieron ayer a intercambiar información sobre las actividades del grupo con funcionarios de la SEC (organismo supervisor de los mercados estadounidenses), que también ha denunciado a Parmalat por engañar a los inversores en ese país.

La crisis de Parmalat estuvo presente en el discurso de fin de año del presidente italiano, Carlo Azeglio Ciampi, que se refirió al caso, aunque sin mencionarlo expresamente, al enumerar los problemas del país.

Las fiscales de Parma Antonella Ioffredi (izquierda) y Silvia Cavallari investigan el <i>caso Parmalat</i>.
Las fiscales de Parma Antonella Ioffredi (izquierda) y Silvia Cavallari investigan el caso Parmalat.AP

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