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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Corazones de hielo

En el País Vasco hay más de 40.000 personas cuya vida se ve trastocada diariamente por amenazas del mundo de ETA, según cálculo realizado por el colectivo Gesto por la Paz. Personas que han aparecido en las listas de objetivos de los terroristas, han sido puestas en la picota mediante pintadas o pertenecen a colectivos (policías, concejales no nacionalistas, jueces, entre otros) expresamente señalados, y que se ven por ello obligadas a moverse con protección policial o a tomar precauciones que les impiden vivir (y hablar) con libertad. Este libro se ocupa de algunas de esas personas; las hace visibles, frente a vecinos y conocidos que hacen como que no les ven desde el momento en que las saben amenazadas.

HÉROES A SU PESAR. CRÓNICA DE LOS QUE LUCHAN POR LA LIBERTAD

José María Calleja

Prólogo de Maite Pagazaurtundua

Espasa. Madrid, 2003

260 páginas. 17 euros

Visibles también frente a párrocos y obispos que pasan de largo o se niegan a celebrar funerales por las víctimas, o sólo lo hacen con determinadas condiciones. En el libro hay una escena digna (casi) de Shakespeare. Pilar Ruiz, la madre de Joseba Pagazaurtundua, se cruza por la calle, días después del asesinato de su hijo, con el obispo Setién. Inicialmente ella se limita a mirarle sin decir palabra; pero poco después, esa mujer que había declarado (frente a una maledicencia de Arzalluz) que "no ha nacido quien me diga a mí lo que debo decir o me impida decir lo que quiero decir" vuelve sobre sus pasos, se encara al obispo, le llama "fariseo" y le espeta: "No piense entrar en el cielo, porque usted irá al infierno".

En la escena del cementerio de Hamlet, el joven Laertes se encara con el sacerdote que preside el responso por su hermana Ofelia, y le pregunta por qué es tan escueta la ceremonia. El eclesiástico responde que las exequias se han celebrado "con toda la amplitud que el caso permitía", añadiendo que hay que dar gracias de que la difunta haya sido despedida "con piadosas preces" en lugar de con "escombros, piedras y guijarros", como correspondería a alguien que ha puesto fin a su vida con mano desesperada. Laertes se vuelve al clérigo y le espeta: "A ti, cura brutal, he de decirte que mi hermana será un ángel mediador en el cielo mientras tú estés aullando en el infierno". "Tierra feroz, feraz en curas", escribió de la suya un poeta vasco.

El libro de Calleja es una colección de estampas de la vida cotidiana en Euskadi. Recoge las cosas extraordinarias que ocurren a gente corriente: un jardinero de Zarauz obligado a hacer su trabajo con guardaespaldas, una jovencita cuya vida cambió el día en que decidió afiliarse al partido del concejal al que ETA acababa de asesinar. Es también una crónica de lo increíble: el asesino confeso de dos agentes de la Ertzaintza exculpado por un jurado popular con el argumento de que había bebido; la concejal cuyo marido fue asesinado por alguien a quien el difunto había salvado la vida siendo niño. Hay muchas historias emocionantes, también muestras de la falta de piedad de personas que se sienten excelentes, las astucias del miedo. El autor se rebela en particular contra la buena conciencia de quienes se consideran a sí mismos resistentes frente al pensamiento único por su habilidad para adaptarse al dominante en un medio en el que lo políticamente correcto es no ser demasiado políticamente correcto. Aunque el pintor no debe formar parte del paisaje, Calleja se implica muy personalmente en lo que cuenta. El estilo impresionista de este periodista, conocido sobre todo por sus debates en televisión y radio, y autor de obras como Contra la barbarie, La diáspora vasca o Arriba Euskadi, favorece una lectura cómplice: de identificación con el punto de vista desde el que contemplan la realidad vasca quienes más la padecen.

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